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LA INTEGRACION EDUCATIVA DE CENTROAMERICA

GONZALO MENESES OCON

Ministro de Educación Pública de Nicai'ag~.

,

Creo que no es siInplemente un afán de unión para ser fuertes, el que ha estado pro– duciendo los tratados centroamericanos de integración ecor¡,ómica y otros relacionados con aspectos financieros, ni el que ha estruc– turado la Organización de Estados Centroa– mericanos u ODECA, o este nuestro Consejo Cultural y Educativo que ahora se congrega por tercera vez. en este sing\llarísimo movi– miento de unión Yl¡lce subterráneamente, sub– conscientemente quizás, un pensamiento y un sentimi",nto de reunión, de volver a juntar 10 disperso; un pensarniento de relexión asom– brada sobre tantos años, tantas décadas per– didas en una Diáspora cenfroamericana sin razón, 'que a veces ha sido productora de ri– ñas y de quebranfosfratricidas, pero que pro– bó en verdad el ansia de ser unO solo, cuan– do hace un poco más de un siglo Se cirnió sobre nosotros el pavoroso peligro de perder la libertad, y iodos los cenfroamericanos vi–

niero~ a nosotros a defender juntos ese don precioso amenazado, en la jornada gloriosí– sima de nuestra Guerra Nacional.

Ahóra ya vivimos la segunda mitad del siglo XX, y los fiempos, las costumbres y las ideas de los hombres han variado muchisimo en relación a 1838; o aun a 1856 o a la pri– mera mitad de nuestro siglo. Esta época nuestra se caracteriza por ser de transiciones radicales, en las que parece que cruje y Se desploma todo lo que los siglos habían ro– deado de barreras que se creían indestructi– bles. Ha pasado al ferreno de las verdades sin exageración, dejando de Ser una frase he– cha o un lugar común, aquella s13ntencia Se– gún la cual el hoy mata al ayer y el mañana mata al hoy. Los descubrimientos pasmosos de la ciencia revelan un mun<io que se trans– forma día a día, y a,bren el campo en la vida, ya no para el horno sapiens u hombre hu– manista, sino para el horno fechnicus u hom– bre especializado ",n una rama del sab",r; y quizáS muy pronfo ensancharán el horizonfe hurciano para el horno interplanefarius, Un hombre con visual cósmica ir con visión que se medirá en años-luz y en decamegatones de distancia y de energlB.

Esos descubrimientos esfán haciendo la vida más tácil, la movilización más cómoda y, más rápida, la duración del hombre sobre la tierra más prolongada, la prodúcción y el consumo mayores y más variados; pero tam– bién están haciendo los peligros de destruc– ción, fotal más intensos y sobrecogedores, porque las hambres mundiales son cada vez

más generales, las desigualdades económic~~

y culturas más profundas, las barreras y 10$,

<iesniveles en las oportunidades cada vez má.lí altos y desequilibrados, y las ambiciones de :¡:>oder ,:,ás terribles e;n el persistente emp~~

no de Imponer la dICtadura de una clasEi' hasta hoy sufrida y necesitada, cierlo, pe¡'~

que en el empeño de obtener la redenciox1 yerra el camino porque ha escogido el d':'í

odio y el del aplastamiento de la liberi<;i,d. "

Henos, pU,es, a nosotros los pueblos de Centroamérica, frente a 'tui mundo que se reí nueva constantemente y que ha dejado de creer hace tiempo en muchos aforismos qUé se feníart por verdades. Henos en ",sfe añil de 1964, en que nos reuniInos en la capüál de uno de nuesfros países los Ministros dé Educación de cinco repúblicas hermanas, pá¡ ra revisar lo que podernos hacer a nivel de foda la región en favor de la educación de nuestros pueblos, para esfudiar qué frutos há

producido o se pueden lograr de ese Trafadi:) de Unificación Cultural y, Educativa CeJ:lfro r americana, suscrito' hace dos años en San sai.

vador, para allegar, si fuere posible, los ex, pedienfes y los mecapisrnos que lo hagan vi~.

ble, que lo convierian en eficaz productor di! los mejores frufos de unificación, de re-uniói;i; de nivelaci6n a alturas mayores en la educa: ci6n y en la cultura de esfe pueblo.';

Ese Tratado ha puesfo los címiellfos g<!: nerales de la estructura unificadora. VamQ~

ahora. a acumular mafe¡;iales para consfruí¡' la parie visible de ",sfe gran edificio que no~

hemos propuesto erigir en bien de Centro! américa, a discufir pz;oblein,;,s y necesidade~

comunes, a presenfar sugeshones para hacE1r o mejorar fodo aquello que la experiencill de uno u ofro aconseje, a formular recomen' daciones de tipo regional, animados de f;¡'¡'· vor patriótico y fraferno.

A diferente escala de magnitud, en dife, rente grado de infensidad. con variacione$ de espacio o de extensi6n, todos los puebloS de este Isimo padecernos necesidades sirni,. lares, derivadas quizás, o sin quizás, de 1/1

pobreza o y de la etapa de desarrollo inci. piente que vivimos, en lo que Se refiere a l<;le aspectos financieros y económicos de la vid/l pública y privada. Al mismo tiempo que sur frimos esas necesidades de fípo maferial, f,,· nemos gravísiInas penurias en lo espiritu¡¡!, en lo educativo y en lo cultural. La igm', rancia y la miseria sort dos hermanas gem~:

las, que cada una alimenta a la otra sin ce, sar entre todos nosotros. '"

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