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denas convertida en un Martin Lutero para aprovechar el sacudimiento que eso provocaría en las masas, que era enemigo embozado de la administración, y se com– placia en crear dificultades al Gobierno, que al presen– tar a Córdenas respetuoso a la "religión de nuestras mayores", trataba de excitar contra el Presidente la prevención de los Estados accidentales (El Salvador y Guatemala), y, la mós grave, acusaba Carnevalini a Guzmón de ser el autor de toda hoja volante que salia

de la imprenta de El Republicano y de ciertos libelos desaforados contra Córdenas y Zavala

Guzmón se indigna de que lo crean tan desleal y

fementido que, siendo amigo de aquellos señores, se le suponga capaz de insultarlos cobardemente Niega el carga, pero no doró explicaciones porque, "No he na– cida para cortesano -dice- tengo muy dura el es–

pinazo, y ;creo que se me rompería si quisiera hacer una graciosa genuflexión ll

47 - Guzmán vuelve a conspirar (1883-84)

Parece que estos artículos pusieron mal a Guz_ món con Córdenas, y es lo cierto que desde Agosto de 1883, ya Guzmón estaba metida de llena a conspirar contra el Gobierno Su enemistad can Córdenas lle– gaba hasta el punta que no quería dar el pésame al Presidente que acababa de perder a su esposa Zava– la la convenció de que lo hiciera

No estaba Guzmón muy persuadido de la ne– cesidad de su causa Refiriéndose al trastorna que

tramaba con sus correligionarios, escribe en su Diario

Intima "La revolución proyectada me inspira serios temores, tanto porque dudo del éxito, como parque la que va a seguir es lo desconocida Quién sabe si ha– remos a Nicaragua mós desgraciada de lo que es" Al mismo tiempo sigue en la lucha periodístico

Ahora la polémica es Con don Anselmo H Rivas direc– tor de El Centro Americano, quien le echa en caro que fue a Europa de cuenta de Zavala. Guzmón contesta en El Republicano con el seudónimo de Fra-Diávolo, y a un amigo describe así la naturaleza de aquella dis– cusión "Me sigo sacando las tripas con don Anselmo; pera vaya ponerle ya punto a esta indigna polémica" En Enero de 1884 traba amistad con el alsaciano Juan Fisher que debía figurar mós tarde en la conspi– ración para derrocar a Córdenas, pero Guzmón, que era esencialmente dinómico, aburrido ya de palabras, contestaba a los que le hablan mal del gobierno y le proponen planes, lo mismo que escribia a D Julio César el 5 de Junio "Mi consigna es basta de frases, toda

lo que no sea acción me parece inútil".

48 - Se funda "El Diario Nicaragiiense" (1884)

Don Anselmo H Rivas había hecho uno sociedad con don Rigoberto Cabezas, en virtud de la cual éste dirigiría El Diario de Nicaragua que se imprimiría en el taller de aquél El primero de Marzo de 1884 comen– zó a publicarse El Diario de Nicaragua, pero bien pron– ta habiendo tomado una tendencia nada concorde con las ideas conservadoras que profesaba el Sr Rivas, fue suprimido por sus dueños. Un mes después, el seis de Julio del mismo año, salió el primer número de El Diaria Nicaraguense dirigido por dan Anselmo H Rivas Es–

te/ como el anterior, fueron los primeros periódicos que

se publicaban diariamente en Nicaragua, pues hasta entonces sólo había habida semanarios

<:;onsigno estos dotas, tanto por la que puede inte– resar a la historia del periodismo en Nic~ragua que va estrechamente unida o la de Enrique Guzmón, cuanto porque El Diaria Nicaragüense. sería pronto el campa donde nuestro biografiado esgrimiría sus mós lucidas armas, y donde pelearía m\lchísimas Ymeritorios bata– llas durante un largo períl:ldo de su historia literaria y política

A su vez los opositores al Gobierno de Córdenas se pertrechaban de una imprenta, para cuya compra Guzmón se suscribía en mil quinientos pesos, que venia a ser la cuarta parte del valor total

49 - Cómo se descubrió el plan revolucionario (1884)

Entretanto la conspiración seguía su cursa con el

mayar secreto y diligencia Guzmón era el alma de aquel movimiento, y aunque le costaba sus buenos di–

neros/ apasionado como eral no paraba mientes en eso

Por esos fechas llegó a Nicaragua el Generol Do– mingo Vózquez, y aunque propuso o Guzmón una en– trevista para combinar un plan revolucionario, nada se llevó a efecto

El de Guzmón estaba ya madura, y sólo se espe– roba una oportunidad para ejecutarla El golpe debía estallar en Granada con la entrego del cuartel Paro esto se habían ganado yo 01 cabo Andrés Almanza, y todo estaba a punto para lo fecha señalada que ero el 17 de Agosto Pero ese día, en lugar de obrar con prontitud, los conspiradores se entretuvieron en plóticas y discusiones, y acabaron por posponer lo fecha del

movimiento

En 17 de Agosto fue día de gran ajetreo. Guz– món en compañía de Gómez, visita a don Manuel Urbina, otro de los conspiradores, ordena a Fisher que se traslade o Masaya y se tome el cuartel de esa ciu– dad, conferencia con Domingo Espinosa,alias Churuco, que era el que se entendía con el cabo Almanza; habla con el General Juan José Bodón para darle las últimas instrucciones, consigue, finalmente, la complicidad pe otros cabos y sargentos para ayudar 01 plan.

Llega un momento de angustia en que todo parece descubierto, y cunde la alarma y el pónico en las filqs de los conspiradores Guzmón impone confianza con su serenidad, aconsejando pacíencía y discreción Chico Luna, de Masaya, una de los conjurados era dado 01 licor y fócilmente soltaba la lengua, cuando

se achispaba Luna era valiente, pero su indiScreción lo perdió a él y a sus amigos. Llegó un momehto fin

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