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Oigómosle burlarse de los falsos católicos "Tú, Juan, sigue el camino derecho y no dejes un instante la mano de tu Párroco que es tu guía Me moriría de pena sí supiera que te hqbíl'ls vuelto Un des– carado ,librepensddor, pero no dejará de ser gronde mi confusión y mi vergüenza si llego a saber que perte– neces a ese número de cristianos gallogallinas, de cató– licos tornasol que comulgan el Jueyes Santo y no creen en la infabilidad (siC> del Papa, qUe lIevon el escopulo– rio del Carmen bajo lo comíso'y se burlon de lo molo de San Luis Gonzago, que se lIamon hijos sumisos de la Iglesia y otocon a los Jesuítos, que oyen misa, en fín, todos los domingos y leen todos los miércoles El Conal de Nicaragua

"Nuestros Congresos han suprimido las comuni– dades religiosas, vendído al mejor postor los bienes del clero y acabado con el diezmo (1) iMira qué cató– licos! No saben lo que hacen ni saben tompoco lo que dicen

"La última legislatura ha declarodo que no es obligatorio la observancio del domíngo Ya tenemos, pues, al Congreso reformando los mandamíentos de lo Iglesia ¿Que tal? ¿Y crees tú que los autores de esa ley impía merecen el nombre de católicos?" (2)

Iglesia. Esta es, en fin, la afortunada Comarca donde los herejes se ofenden porqUe los excomulgan

"Juan, sigue mis consejos y atiende bien a lo que voy a decirte. Si quieres ser un verdadero católico, no discutas nunca los derechos ni los actos del Prelado, no pongos jamás en duda las enseñanzos de la Iglesia,

no examines sus decisiones, no ataques dIos Jesuitas¡

no leas, por último, libros ni periódicos prohibidos" Más adelonte, hablondo de los católicos, dice "El sacerdote es su guía, desde el momento que se aparta de él y que intenta marchar solo, tiene necesariamente

que despeñorse en profundo precipicio"

Copiaremos otro párrafo de ironía contra los ma– los católicos como prueba de que la hipocresía ero ob– jeto de sus dtaques y no congenioba con su carácter

franco Para Guzmán no había más que una de dos o ser radical de verdad o católico a macha martillo

y así lo fue él rodica! en sus mocedades sin eufemis– mos ni tapujos "El radical más valiente de Nicora– gua", le llamó don José Dolores Gámez sin hacer uno excepción de sí mismo Y también fue el católico más franco y valiente después de su conversión Ni las burlas ni los dicterios, ni las persecuciones, nada bastó paro hacerle dejar el catolicismo que habí'a abrazado con toda la sinceridad de su corozón y toda la convic– ción de su clara inteligencia.

"i Qué borohundo, Juon! iAquello ero de verse! Los liberoles que estobon empeñodos en hacer Presi– dente a don Buenaventura Selva, quisieron agarror el cielo con las manos Instaron a Persius pord que se retractara por la prensa, declarándole que de no hacer– lo así la elección era perdida, invitaron al pueblo leonés a uno procesión solemne que tenía por objeto desagra– viar aMaría Santísima de las ofensas que le infiriero el periódico de Gottel, y algunos de los más notables llevaron su abnegación hasta cargar las andas en que iba la, estotua de la Virgen.

"Persius, que negaba ser el autor de María Alaco– que, no se retroctó; pero dijo en el mismo Porvenir que "él ero incapaz de burlarse de una de las devociones mós queridas de este pueblo".

En la carta V el Padre Cobo s deja por un mOmen– to la sátira volteriana y se vuelve contra los que con <;lrgumentos absurdos, niegan al Obispo el derecho de él<comulg"!r y de prohibir la lecturo de un periódico Es un ejemplo de aquella sinceridod de Guzmán que contribuyó no poco o mudar S4S molos ideos En los siguientes párrdfos parece que hable el Enrique Guzmán de los últimos años

/15610 en nuestro país, Juan, se ven estas curiosas

cuestiones Sólo aquí se dice que un Obispo atoca la propíedad de un plumi'fero porque prohibe la lectura de su periódico ,En las naciones más adelantadas que Nicar<;Jgua, católicos y liberales reconocen el perfecto derecho que tiene la Iglesia Romana, y todas las igle– sios paro aconsejar y amonestor a los miembros de su

~espectiva comunión.

"Cada día me convenzo más y más, mi querido amigo, de que en Nicarogua los católicos son unos ca– tólicos muy flojos, y los llamados radicales unos furi– bundos autoritorios En resumidas cuentos, aquí no hay ultromantanos ni librepensadores, conservadores ni libero les.

"Este es el poVs divertido donde personos muy pia–

dOsas sostienen, tal vez sinceramente¡ que atacar a los

Jesuítas no es combatir al catolicismo Esta es la tie– rra privilegiada donde los librepensadores escriben, no sé si de COrazón o de miedo. somos hijos sumisos de la

ante el poís que es Persius quien le ha mandado el ar– tkuJo al?ominable, rogándole no deje de insertorlo en el periódico, Persius niego hober enviado dicho ortículo,

y dice que nunca ha rogado poro que publiquen sus rr\omarrochos. Cerdo le echa de nuevo el muerto a

PersiUs, y éste se lo devuelve incontinenti mientras tonto el Canciller (1) aprovecha la ocasión y señala a los liberales como enemigos implacables del catolicis– mo

29 - Las cartas del Padre Cobos no se quedaron

sin contestación (1877)

Las Epístolos Moroles o Cartas del Padre Cobas,

COmo másgenerolmente se Ids conoce, no se quedaron Sin, contestación En Lo Tertulio, periódico que en Ma– saya redactaba él Lcdo D Jerónimo Pérez, dpareció un seudónimo, "EI Cura de la Aldea", glosando las car. tos, y desde la entra'da llama apóstata al autor. Guz-

(1) Don Anselmo H RivB!J

mán, en la primera epístola, se hacía aparecer como hombre "aburrido del infernal zipizape de nuestra tie– rra "lIevo la descansada vida del que huye del munda– nal ruido", y así es que encerrado entre las cuatro

(1) La supresión del diezmo fue conveni~~ en ~l Concordato Tampoc.o es cierto que se Hndieron _al mejor postor los blene.s del clero. Véa~e

BiogtAfía de D P J Chamurro por g¡jteban Escobár. ¡ig 108.

(2) Decreto de, 20 d.e Febr~o de 1877 ,FUe utado por el PreliideIlte D. P.

J. dhamDrro; pero ratificado conStitu¿ionalmente por eí COngteio.

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