Page 71 - lista_historica_magistrados

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En su "Tratada", cita "Verdad y Poesía" de Gaethe, cuando habla del nombre "No estaba bien hecho -dice Goethe- que se permitiera aquellas bro–

mas con mi nombre, pues el nombre propio no es una

capa que cuelga de un hombre, a la que se pueda des– hilachar y desgarrar, síno un vestido que ajusta perfec– tamente hasta con lo piel, que ha crecido con él, y sobre él, yola que no cabe arañar y desollar sin he–

rirle o él mismo .

11

*

Unamuno, entonces, inventa la palabra NI,VOlA, para independizarse de la NOVELA que tiene sus nor–

mas, y, aunque él repetía, l/yo no escribo para lectores sino para hombres ll

"el nombre, según Goethe, no

~s una capa que pueda romperse

If

Don Miguel decide salirse de la NOVELA, nom– brando a su libertad de novelista, NIVOlA. !

Antes de entrar o la Nivola, debo relatar un diá– logo turbador entre Don Miguel y su nieto El niño fue al Cine y vuelve muy impresionado porque ha visto al Gota Félix en un dibujo animado, y, le pregunta si

8S de carne, es decir, vivo Don Miguel le insinúa que es una mentira o un sueño. Y el niña le responde -Pero, sueño de Carne!

Unamuno queda atribulado ante los entes de fic–

clon . realidad o ficción? "sueño del sueñeJJ? l/ilusión

de la realidad"? Sueño de Carne?

Este camino nivolesco lo llevo a experiencias an– gustiosos, inteligentemente disparatadas

El protagonista de su Nivola -NIEBlA- a quien el escritor debe hacer morir en su argumento -nivo/es–

ca o novelesco, se le presenta en una de las últimos páginas, y, en el mundo de la gran realidad de los sue– ños, le dice, furiosamente.

"No quiere Ud dejarme ser yo, salir de la "nie–

bla", vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme,

serme; conque he de morir ente de ficción?

"Pues bien, mi señor creador don Miguel tam– bién Ud se morirá y se volverá a la nado de que solió! . . Se morirá Ud y todos los que lean mi his– toria ,todos, todos, sin quedar uno!

y Unamuno reflexiono

11 no es sólo que he venido muriéndome, es

que se han ido muriendo, se me han muerto los míos, los que me hacían y me soñaban mejor " " qué es de lo que ha sido?"

'''Esta es la niebla, ésta la nivola, esta la leyenda, esta es la historio".

*

"NIEBLA" llama Unamuno a la inmensa aglome– ración de Jos mínimos, agónicos incidentes de la vida, al desvanecimiento de todo

En verdad ya se ha ido Don Miguel, ha quedado en su estalua, en el polio de la Universidad de Sala– manca, en su duradera mortaja de piedra

Muchos lectores también se han ido y, solamente quedo, par siempre, el protagonista de NIEBLA, vivien– te en la gran realidad de lo ímaginario. Y, este ente de ficci6n de la NIVOlA, goza de buena salud y de uno vida inacabable.

*

Unamuno carecía de humor, tenía humores, tenía

melancolía colérico En España -decía- estalla el

malhumor, Cervantes es nuestra única sonrisa Dol'l

Miguel gastó su vida, entre lo que denominó "soñadero feliz de mi costumbre", Salamanca, y, Madrid, califi_

cado por él, de "triste SaharaU, que eso ero paro este

huraño, lo urbe de la Corte y el ruido literario A este catador de la angustia, el caricalurista Ba_ garía -termóme': o de la fiebre política española-. lo dibujaba ardiendo, coma la zarza en los cielos re–

vueltos, sobre su cabeza, como serafín óseo y alado, una calavera sonriente con dos alas seráficas, Yr en la

cuenca vacía de la nada, floreciendo una flor tierna,

inacente .

Unamuno llevaba encendidas, como ningún espa_ ñol, las brasas de las antinomias y de las antagonías de España Nunca se habituó al hecha de existir, la aventura de la existencia le daba un pavor cotidiano

Niño aún, comienza su meditatio mortis ante la

guerra Carlista y el sitio de su Bilbao

Destino de inconformista, de revolucionario espi– ritual, debía abrir las ojos en una guerra civil y cerror– los defintivamente entre la sangre de la otra.

Al Maestro, lucidor de cierto gigantismo telúrica,

Ortega fa llamó "energúmeno español", y, al

lI

yo una·

muniano" le vislumbró la disparatada facha del ornito–

rrinco

El ojo, el alma se sorprenden ante la variedad Ningún ejemplar humano más inquietante, ningún as– pecto y atracción mental más ins6litos, que los osten– tados por Don Miguel de Unamuno

Es de pensar las lágrimas de sorpresa de los cla– sificadores ante un desconcertado sentimiento, al en– contrarse con el ornitorrinco, turbaci6n y halago de lo Historia Natural .

la clasificación, paciente colgadura de etiquetas,

retuvo esto revolución biológica, extraña criatura que

lleva la exageración de su propia estructura

Existe una vieja Historia Natural, en la lámina consagrada al ornitorrinco, al pie, dice con grandes le– tras PARADOJA

El Ornitorrinco, solitario en su morfología estrofa– laria -mamífero, ave y pez-, es muestra inquietante de individualidad

Esa extravagancia fulgurante es la que vio Ortega y Gasset en Don Miguel Don Miguel tenía una gro vitaci6n con un centro diferente, que lo volvía intelec lualmente extravagante

*

Ya tarde, Ortega, en un desahogo crepuscular, dice aquellas memorables palabras necrológicas "Ha muerto de mal de España"!

11 •

Era, como hombre, de un coraje sin límites,

no habia pelea nacional, lugar o escena de peligro al medio de la cual no llevase el ornitorrinco de sU

yo, obligando a unos y a otros de oírle "

Así, he tratado de rendir homenaje a estos exa– gerados inmortales, que se codearon siempre con la mayor extravagancia. La Muertel

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