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La exageración llega hasta el disparate en el sen– tido trágico de esta literatura

El disparate lo lanza la razón Al español la reali¡fad lo toma de los huesos, de los ojos, del pensa– miento y entonces se pone a desvariar ,. a superar la

Todo es preciosamente arrevesado en Góngora, la

metáfora es un aparente disparate, una móscara de

orfebrería del mejor oro castellano Su poesía es en

verdad, como decia Gracian, "desproporción harto

considerable'-' Lenguaje "deshumanizado", plástico

de la palabra en que la musa gongorina -bandera de

los sentidos- canta el versO de don Luis

"Goza, goza el color, la luz, el oro"

Del tiempo breve

"Mal te perdonarán a ti las horas,

Las horas que liniando están los días, Los días que royendo están los años " Al conde que va a Nápoles y ló saluda una s"lva de cañones desde Castelnovo

"be aplausos coronado Castelnovo,

En clarines de pólvora os reciba " A un Cardenal joven le dice

"

Fueron necesarios seis siglos para incubar, el dis– parate más mostrenco, cuando uno aulló en el siglo XX y soltó aquel destemplado rebuzno de

I1VivQ la Muerte!lI

Cómo es embaucadora Santa Teresa cuando se le desespera la voz

I1Vivó sin vivir en mí

y tan cilta vida espero

que muero porque no muero l1

Camándula encantadora del disparate espiritual ¿Morir por no morirse? ¿Vivir la muerte? "porque el placer del morir

no me vuelva a dar la vida

11

La Sonta de Avila, como el ruiseñor de Lope

11 es más voz que carne"

ó

"olmo desnuda de mortal vestido"

tn cambio el arte de birlibirloque de Cervantes mete la locura --como razón de ser-.- en la cabezo de Don Quijote, en su triste figura Sin embargo, el hi– dalgo, al llegar a la oscura orilla de la muerte, recobra la razón, entonces -la figura chata de la vida, San– cha-- ya enquijotado, en estado de pánico, solloza ( No se muera Vuesa Merced, mi Señor, por-

que la mayor locura, ~s dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie lo motel ni otras manos le acaben que

las de la melancolía )"

Asi varía el gran tema de la Muerte Gaya dejó grabados sus "Disparates"

La muerte fue vida, soñada, sueño de inmortali_ d,ad, ésto es, sueño de la razón.

. Esos siglos XVI y XVII españoles -de oro_ tenían lo que llamaba Menéndez y Pelayo una demo_

cracia fraifuno}' es decir, un tono frailuno, y el 6cido

sueño de la vida se transforma para el español, en el

empalagoso sueño, deseo, de la muerte

Esas ideas de la muerte no tienen penetración social, la muerte fue rectora y arquitecto de la vida. Es el pánico medioeval ante la fugacidad del hombre Esta enlutada literatura de la muerte es el com– bate de no perecer

Los múltiples miradores de España, dan siempre sobre esa máquina de destrucción mortal

En los cruces del siglo XIII y XIV, el Arcipreste de Hita lloraba despavorido en precioso llanto

"Muerte, matas la vida! "

"Ay Muerte! Muerta seas'

razón Se mete en callejones de absurdo para inquie_ tar la vida y salirse de la lógica Da un empujón a la existe'1cia, al pensar cotidiano y se queda con el alma atravesada.

Al través de los tiempos, sus pensamientos van tejiendo, siglo a siglo, con la hilaza del lamento, un sudarip literario para el gran disparate que es la

muerte

La muerte se hizo, el sueño, la esperanza de la vida

"

"

" "Purpúreo creced, rayó luciente

'.

El final de cacería

"Gima el lebrel en el cordón de seda y al cuerno, al fin, la cítara suceda" Del reloj dice

"Las horas ya de números vestidas

La espuma en el freno,

"Tascando, haga el freno de oro cono

Del caballo andaluz la ociosa espuma

La metOfara es exageración Es la prestidigita-ción de la paesPa

Así el dibuja y la pintura, desnudan y visten El dibuja, descarnando, fijando lo únicamente necesario, dejando el esquema en que hemos de ver la escencial, la Pintura, es ese esquema, vestido con el ropaje y la luz varia del calor, salida del pincel inventivo, rotunda– mente distinto a la natural presencia de lo cotidiano en la vida

En el "Criticón, Baltasar Gracián, compara la poesía de Góngora a una dtara que "la perciben po–

cos, que no era de muchos

11

"Notaron en ella

-dice- una desproporción harto considerable " Escuchemos la transformación de Góngora' De Júpiter transformado en toro, dice

-"Media luna las armas de su frente

y el sol todos los rayos de su pelo! "

A las aves entre los árboles las llama "verdes

voces" o "YOZ pintada, canto alado, órgano de plu–

ma "

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