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« Previous Page Table of Contents Next Page »desenvuelven en un proceso lento, constifufivo del mantenimiento de buenos gobiernos, aman– fes de las liberlades públicas, y de miras eleva– das que contemplen las necesidades locales de sus estados con visión del porvenir, destruyendo las barreras divisionarias, consiiiuidas por las aduanas, extendiendo por fados los cinco estados buenas vías de comunicación, cruzadas de carre– feras, con liberfad de movimiento de mercancías
y personas, sin ninguna ±raba que perlurbe el libre curso de un país en otro, y cuando estemos así unidos, por el fácil intercambio, no tardal-ía la chispa eléctrica que con cualquier pretexto sur– giría para producir el quintuple mairimonio de nuestros pueblos en la unidad indisoluble de un Estado fuerle y pennanente, sobre el que la his– toria, sacerdotisa del Hempo, proclamaría: "No separe el hombre lo que Dios ha unido".
Para concluir nuestra introducción a las Car–
fas del Capifán General Gerardo Barrios, vamos a reproducir 10 que dijimos, en un Ensayo de In– terpretación Histórica, sobre "Un momento Plás– tico Perdido para la Unión de Centro A1nérica", que publicamos en "Nuevos Horizontes". en el No. 6, correspondiente a Septiembre de 1942, por tratarse del mismo tema y derramar luz sobre las necesidades presentes conectadas al Gran Ideal cuya realización debemos esperar contra toda esperanza algún día. Dijimos en ese en~
sayo:
"áQué se puede hacer, realmente, para lograr la realización del ideal unionista, eIi fonua prác– !ica, sin las degeneraciones que ianio lo han des– prestigiado en el pasado? No hace mucho se ha publicado en los Estados Unidos una obra del profesor Osear Newfang, sobre la Federación Uni– versal, único modo, en su concepto, de realizar el estimable bien de la paz mundial. Con ese intento, el autor hace un concienzudo estudio so– bre las condiciones en que han logrado estable– cerse en paz algunos pueblos de la tierra, que anies, dentro de una misma áI ea ten-Horial, vi_ vían en perpetua guerra. Como consecuencia lógica de su penetrante análisis histórico, llega a establecer dos únicas condiciones indispensa– bles, sin las cuales no las hubiera sido posible consolidar su posición 1) La consolidación de
una sola, efecfiva y aceptable autoridad en el área en que la paz se ha de mantener¡ 2) el li~
bre movimiento de mercaderías, dinero y perso– nas, por toda esa misma área territorial".
Como lo hemos visto y palpado en ese en– sayo de interpretación histórica, nunca se han realizado en Centro América ninguna de esas dos indispensables condiciones de paz, que según el Profesor Newfang han logrado establecer otros pueblos en el mundo, siendo el ejemplo más no– fable el del imperio británico que ha sabido unir en paz a las más dispersas razas del globo, gra– cias tan sólo a la realización de esas dos condi– ciones, el im.plantamiento de una Autoridad efec– tiva y aceptable, y la libre circulaci6n de la ri–
queza y las personas,
"Con respecto a Centro América, vemos di– fícil la primer condición, pues el carácter de
a.ceptable no Se adquiere así corno quiera, sino como producio de condiciones históricas que eS–
fán lejos de las posibilidades actuales.. por causa que sería largo dilucidar aquí, pero la falta de esa condición no deba impedimos el empeño de poner en práctica la segunda del libre comercio y del intercambio de ideas, cosas, dinero y per– sonas entre nuestros pueblos, con fanta mayor razón en nuestros días, cuanto que la aviación
salvando las distancias, facilita el libre movi:
miento sobre todo de las personas, que deben senfirse en su casa, en cualquier capital o pue~
blo centroamericano que las acoja".
"Hay que convencerse que el Ideal de Unión Cen±roamericana no puede morir, aunque la P04
lítica y los errores de los hombres lo hayan redu
4 cido a la impotencia, como rescoldo entre ceni– zas; pero tarde o temprano, se pondrán las co– sas claras y el Ideal triunfará. por encima de io– dos los intereses creados en cada uno de los Es– fados separados. Apenas ha transcurrido sobre nuestra historia un siglo de vida. y la formación de los pueblos ocupa varias centurias, a veces, para perfeccionarse La labor del estudioso es señalar los tropiezos habidos en el curso de las realizaciones históricas, p.FLra que los hombres de acción vengan después a poner en obra, con me_ jor conocimiento de causa, los principios que con– ducen al éxito del ideal buscado. El día vendrá en que caigan las aduanas fronterizas, y pasar de
un Estado a otro, en Centro América, sea lo mis– mo que trasladarse de un deparfamento a orro, en la unidad de la nación La Unión estará he– chal cuando la froniera estatal sea una entidad lógica, y no 1 eal, ventaja jurisdiccional para la buena Administración, y no muralla separadora de entidades independientes "
Así concluíamos ese Ensayo de interpreta–
ción histórica del gran lTLornento plástico que nos
evocan las Carlas del Presidente Gerardo Barrios, que se van a leer en seguida, pero antes cabe agregar que si es verdad que la consolidación de
una sola, electiva y aceptable auJoriclacl en Cen– tro América, si llegase <;l imponerla las circuns– tancias imprevistas, sería capaz también de crear la segunda condición de la liberlad de tratos mu~
tuos entre nuestros hoy disgregados países, tam– bién es cierlo que estableció por mutuos acuer– dos esía indispensable condición de unión pací– fica y estable, se lograría más del noventa por ciento en la obra de su fecunda realización, ya que es seguro que espontáneamente surgiría el acuerdo total y el establecimiento subsecuente de la Autoridad una y unificadora. Mientras no existan esas condiciones, y en ninguno de los países centroamericanos existe una autoridad, por fuerle que sea, aceptable a iodos, que aspire a constituirla, sus esfuerzos serán vanos e ino– porlunos, como han sido hasta ahora todos los conatos de unión desarrollados aún con las me– jores intenciones del mundo De ésto debemos todos estar convencidos, pues no impunemente
Se violentan las leyes de la naturaleza, y está dicho que la naturaleza no da salios. No pode– mos salir del egoísta aislamiento en que vivimos de un salio a la más perfecta Unión. Para lle–
gar a ella debemos :prepararla, no con la vana palabrería de la retorica forense, sino con he~
C??S ~osifivos que abran los surcos en que fruc– hflcara en hora oportuna, al sol de la liberlad, el grano de la Uni6n sembrado por nosotros, al calor de una esperanza contra ioda esperanza. Nos parece oporluno agregar a lo expuesto sobre el mejor modo de lograr la unión de Cen. tro América, la condición indispensable que se– gún Vásquez de Mella, el famoso orador espa– ñol, unifica a una nación. A este reBpecfo co– menta Osvaldo Lira SS CC., en su resuxnen ideo.. 16gico del gran tribuno titulado "La Nostalgia de Vázquez de Mella", lo siguiente que deberíamos tener muy presente los centroamericanos, si qui– siéslfmos de veras ver realizado algún día el gran ideal de Barrios, Chamarra y Jerez "La historia entera atestigua. dice Lira, que la fuer;z;a de una Nación la hace su unidad, BU espíritu,
eso ea lo que le da vigor, fuerza expansiva y
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