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De qué modo se podía oponer a los desig_

nios unionistas de J arez, en Guatemala, el señor

Iglesias, Ministro de Relaciones e Instrucción PÚ~

blica de Costa Rica, objeto de su misión oficiosa? Dadas las circunstancias y el prop6silo finne de Cal rera de oposición a rouarle a Barrios. no cabía más que un modo. y ese eTa el de la guerra enire Guafemala y El Salvador que el señqr Iglesias, verdad o mentira, declara haber fomentado acon–

sejándola sin tardanza Sigamos el hilo de su

interesante relato:

"Con ansias lo esperaba, me dijo el Presi–

denfe Carrera. disimule mi impaciencia, pero lbS sucesos qua U. ya conoce han tomado en esfos úl±hnos días un carácter más grave.. Lo peor es que mi acción está contrariada por la indecisión de mis Consejeros y Ministros, que aun tienen la ilusión de que pueda evitarse una gueaa, en 10 cual creo que se engañan pues las tentativas de Irungaray por adormecernos sólo tiene por obje– to prepararse mejor y recibir el completo anna– menio que esperan para dar el golpe más en seguro", Agreli1ó oiros conceptos y por fin me dijo: ¿,Qué opina U señor Iglesias'? ¿,Córno se ven esías cosas en Costa Rica'?

"Supliquéle entonces que me impusiese del verdadero estado de las relaciones con el Gobier– no de El Salvador y de los hechos recientes que habían reagravado la siiuación El General Ca– rrera lo expuso en detal, lo que unido a los que yo conocía y al juicio que me había formado de ellos no dejaba duda en mi espíritu sobre la real

y verdadera crisis en que se encontraban Gua– temala y Nicaragua, y sobre el inminente riesgo que corrían de Ser sorprendidos el día, menos pen– sado Así, pues, contesiéIe con la mayor fran– queza, que en laI sS!llBciólI la tardanza en. obrar consliAuia el n\ayor peligro, y q'l,l8 si se habíal1

agofado los recursos para conseguir una paz hon–

rosa y duradci'B sin éxi!o alguno, y si sólo se ha– bían obtenido refugios y promesas a medias sin que hubiese garantías aun así de ser cumplidas,

Wla tregua no haría ¡nás que aumenlal' el l'iesgo

inminente que corrían Guatemala, Nicaragua y

Costa Rica. Obrar de otro modo, dije, seria resig– narse a ser vencidos, o a triplicar los sacrificios de sangre, de tiempo y de recursos que la defen– sa exigiera A Costa Rica, ~gregué, atañen muy de cerca estas cuestiones, pues el peligro es co– mún; así es que ame la consideraciol'l de que esta República y la de Nicaragua sean las que :tienen que soportar los sacrificios de sangre que son los más sensibles y costosos, y además, los que aca– rrea la guerra traída o llevada a sus ten Horios,

Costa Rica no puede vaeUar en Ea l1alUicación que haca po!' nJi nlcelio de sus pR'o!nesas de apoyo

moral a enlream.bas repúblicas! y como además de ser Nicaragua su limíirofe y más débil que Gua±emala, confir.mo mi promesa a nombre de mi gobierno de suminisfrarle los auxilios de ar– ma y dinero que necesite"

Aunque en casos de guerra, resuHa sieInpre pobre el apoyo mOlal que era lo que ofrecía Costa Rica para que se rompielan las hostilida– des enfre El Salvador y Guatemala sin tardanza, no puede negarse que, en presencia de la misión privada de su propio Ministro de Relaciones e Ins!rucción Pública, anie el Gobierno de Guate– mala, dejaba por ende el Gobierno del señor Montealegre de ser neutral, pues estaba franca– meme al lado de los adversarios de El Salvador y de su Gobierno, el Presidente don Gerardo Ba– rrios Sin embargo, no tuvo empacho Costa Rica de desfacer una Misión pública a cargo de don Eusebio Figueroa, con el carácter de Enviado Ex– traordinario y Ministro Plenipolenciario, ante el

Gobierno del Presidente Barrios, con la mlSlon especial de prestar sus servicios de Mediador en· ±re los dos países en guerra, que la misma Costa Rica había azuzado por Inedio de oiro Ministro, como lo hemos visto, Este enviado entraordina– rio llegó a San Salvador, cuando el Presidente Barrios se hallaba absorbido en el campo de ba~

falla repeliendo la invasión de Guatemala, de– rrotada en las fortificaciones de Coaiepeque

El señor Figueroa, en comunicado al Minis– tro de Relaciones le pregunta el 24 de Febrero de 1863 si la recepción se efectuará en el cuadel general en donde se encontraba el Excelentísimo señor Capitán Gral. Presidente, a lo que contestó a 2 de Marzo el Ministro de Relaciones don M. lrungaray lo siguiente:

el 24 cHado, Se hallaba S E. el Presiden– te cOInbatiendo y venciendo al Presidente de Gua· temala, que alevosamente invadió el territorio salvadoreño, y después tuvo S E que pasar a Santa Ana a dictar las providencias que las cir– cunstancias hacía indispensables, para restable– cer la tranquilidad y la confianza, no regresan– do a esta capifal sino hasta ayer. Hoy el primer cuidado del infrascrito ha sido recabar la resolu– ción de S E el Presidente sobre la recepción del señor Enviado Extraordinario de Costa Rica, y

11'\6 ha autorizado aquel Magis±rado Supremo pa– ra que contesie al señor Licenciado Figueroa, que el 5 del corrienie a las doce del día pasará a su habitación el señor Jefe de Sección de Relaciones Exteriores a fin de que le conduzca al sa16n del Ejecutivo, en el carácter público anfes citado",

El 5 de Marzo de 1863 fue la recepción del Licenciado don Eusebio Figueroa en su calidad de Enviado Extraor?inario y Min~s~ro Plenipo±e~­

ciario ante el GohletnO del Capltan Gral PreSI– dente don Gerardo Barrios con la misión espe_ cial de 1nediar entre los dos gobiernos en guerra, y cimentar sus relaciones en paz y concordia, pe– ro el 7 de Marzo, con sorpresa del Gobietno de El Salvador, pasó el ministro mediador una nota en que se franspa~entaba que_la verd~dera preocu– pación del Gobierno del senor PreSIdente de Cos– ta Rica, don José María Montealegre, era la ac– tuación de Barrios en Nicaragua.

"Ha circulado, en esta capüal, dice el señor Figueroa al Minisiro de Relaciones de El Salva– dor, la especie de que el Gobierno de El Salvador intenta bloquear a Corinto, puedo de Nicaragua,

y situar una fuerza en el territorio de aquella República, ya para agredir al Gobierno conside– rándole en su calidad de aliado con el de Gua– temala, o bien para auxiliar al General Jerez que se dice encabeza la causa de oposición contra el Gral Marlínez

"Tengo instrucciones de mi Gobierno para representar al de US que Costa Rica tiene forma– do compromiso con aqu.ella República de auxi– liar moral y materialmente cuando fuere invadi– da o atacada sin justa causa,

"Mi Gobierno, que como lo ha acreditado siempl e, no desea sino la paz y la armonía con todos, espera que el de US , no dará paso alguno en este propósito, ni consentirá en que se hagan preparativos de guena en su territorio para ata– car a Nicaragua, y está dispuesto al mismo fiero po y ofrece influir decidideunente con el de Ni– caragua para que 110 inquiefe, provoque ni ofen– da en nlanera alguna al de El Salvador".

Para explicar este recelo del Gobierno de Montealegre sobre el del GIS!. Barrios, habría que

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