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« Previous Page Table of Contents Next Page »se les presentaron para tratar de lograr que se realizara ese ideal, celebrando al efecto trata– dos, en diversas épocas, con los Estados Unidos.
2 Los beneficios que la construcción de un canal interoceánico reportaría a nuestro país se– rían, a mi juicio, incalculables. Cambiaría completamente la fisonomía del país; y
mejoraría su situación en todas los órdenes, no sólo por el adelanto material y económico; sino también porque contribuiría a la estabilidad de las instituciones. Me parece que eso es tan ostensible que huelga hacer una exposición detallada de esos beneficios. La expe– riencia d,e Panamá confirma lo que he dicho, cualesquiera que sea la trascendencia de las dificultades que por el momento afectan a los panameños. Conocí a Panamá antes de que el Canal fuera construído en aquel te rritorio; y nadie que también haya conocido a Panamá, entonces, no puede menos de quedar sorprendido ante la inmensa transformación que en Panamá se ha realizado. Yeso que Panamá nunca tuvo los recursos materiales ni la extensión territorial de Nicaragua.
3 Si se Ifegare el caso de negociar un tratado de canal interoceánico con los Estados Unidos, deberíamos plantear como condición ineludible el respeto a nuestra soberanra.
4 No podríamos menos que mostrarnos anuentes a la construcción del canal con fines mili– tares, si osI lo propusieran los Estados Unidos, pues, a la verdad, ese fue el espíritu con que fue celebrado el Trotado Chamorro-Bryan.
5 Ya sea con fines militares o con fines comerciales con que se pensara construir un canal interoceónico en nuestro territorio, creo que los Estados Unidos tendrían indefectiblemente la posesión y administración del mismo, por la razón obvia de que Nicaragua no tiene los recursos ni las posibilidades para ello; al menos durante la presente generación. Pero en– tendiéndose que habtía que discutir los arreglos y provisiones necesarios; en lo cual debe– rí'Omos tener presente las experienciaS de Panamá.
6 Queda contestada.
7 No creo que eh ningún coso los Estados Unidos convendrían en que la posesión y adminis– tración del canal fueran otorgadas a ning ún organismo internacional.
8 Es claro que si llegare el caso de que fuera construido un canal interoceánico en nuestro territorio, con fines militares, quedaríamos nosotros expuestos a correr los graves peligros que se ciernen por el mundo occidental. y sobre el hemisferio en particular; peligros que correría Nicaragua con especial razón. Pero al respecto conviene pensar que eso no debe ser un temor que por sí solo nos induzca a oponernos a la construcción de un canal interoceá– nico en nuestro territorio; porque todos estamos comprometidos por igual, en una forma o en otra, a defender, en cooperación con los Estados Unidos, el Continente en que nos ha tocado nacer y vivir.
GEORGE T. WEITZELL ANTE EL SENADO DE LOS EG U.
"Si esta Convención (el Tratado Ch~~Ói'ro·Bryan) ha causado inconformidad en los otros estados cen– troamericanos, deber' ser por la mala inteli~encia de sus condiciones. El texto del tratado, en su forma origi– nal, nunca se ha hecho público, y es difícil, por lo tanto, comprender sobre qué fundamento se ha levantado la obieci6n. La verdad es que el tratado, en la parte concerniente al canal, concede una simple opción y no título a una faia canal.era como en Panamá, SIENDO LA IDEA DE QUE CUANDO SE HAGA NECESARIO LA EFECTIVA CONSTRUCCION, SE CELEBRE UN NUEVO CONTRATO, pero que en el ínterin, si se ratifica el tratado, cese toda agitación: ca,nalera debido a la Qpción concedida a los Estados Unidos. CUANDO HAYA DE CELEBRARSE UN NUEVO CONVENIO PARA LLEVAR A CABO LA EFECTIVA CONSTRUCCfON, SERA TIEMPO OPORTUNO PA– RA CONSIDERAR CUALESQUIERA DERECHO E INTERESeS DE LOS ESTADOS UNIDOS/I.
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