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JOSE MARIA TIJERINO ROJAS
Agricultor; Miembro del Instituto Genealógico de Nicaragua y Costa Rica
Si Jo vía interoceánica fue un regalo de la naturaleza para los nicaragüenses y se ha consi– derado la construcción del respectivo canal como el desiderátum del progreso del país, esta obra es desde luego no sólo deseable sino también necesaria.
Los inconvenientes que se exponen provienen del peligro de una guerra atómica, especie de sicosis de Jo guerra fría, pero no por eso el progreso se detiene en Europa y todas partes. Los beneficios del canal serían los de toda vía de comunicación. Por donde pasa el ferro– carril ó una carretera el progreso en todos sus aspectos es notorio. Y los nicaragüenses ya estamos crecidos para no aproyecharlo debidamente y defendernos del descastamiento por el cosmopolitismo que pueda sobrevenir.
Los sucesos de Panamá son una valiosa experiencia para la celebración del Tratado defini– tivo una vez que se quiera hacer uso de la opción Chamorro-Bryan.
La función comercial y económica del canal que es indispensable y lo que conviene a Ni– caragua, no puede desligarse de la defensa del mismo. En la ruta histórica de las luchas por el acceso a los dos océanos tiene que ser un sistema militar, como lo fueron en otros siglos Panamá y Cartagena y nuestro Desaguadero.
Sólo los Estados Unidos pueden hacer el canal por sus grandes recursos y por el derecho adquirido y solamente ellos podrPan defenderlo con eficiencia.
Nicaragua puede exigir lo que consiga Panamá una vez que se llegue a la solución de su caso y mucho más como nuevo signatario en la amplitud del troto de la buena vecindad. La internacionalización del canal menoscabaría los derechos de Nicaragua, que es lo que han pretendido por razones de vecindad los otros países de Centroamérica. Panamá no aceptaría como solución en estos momentos la internacionalización de sus derechos en la vía interoceánica. Aparte de que los encontrados intereses de muchos, desde el convulso Brasil hasta México, sería un nido de conflictos y no estaría remoto el sabotaje.
Si todos los países de América han ofrecido a Estados Unidos lo que pueda ser necesario para la defensa del continente, Nicaragua no puede excusarse oponiéndose a la construc– ción del canal por la sicosis de la bomba atómica, que Dios quiera nadie se atreva a lan– zarla.
Hace poco leí en liLa Prensa ll que las aguas del Tumo que llegarán 'a los lagos por el río Viejo harán subir su nivel unos dos o tres m~tros; lo que sea, lo cierto será que el caudal aumentaría lo suficiente como para compensar el agua que sea desplazada para llenar el cauce del canal. Hasta ese inconveniente del descenso de las aguas del gran lago ya no existirá.
Por todo lo expuesto estoy por la construcción del canal.
RAMON GURDIAN CASTELLON
Comerciante j Agricultor
Desde el punto de vista comercial podría ser conveniente para la Economía Nacional, si las condiciones o bases acordadas fueran inspiradas por un verdadero patriotismo.
Económicamente beneficiaría al país, o mejor dicho al Pueblo Nicaragüense en los siguientes conceptos: bajos costos de transportes marí1timos y como consecuencia descenso de precios en el mercado de consumo de las importaciones; aumento f':Jerte de trabajo, capacitación técnica, etc. Perjudicaría quizá en el aspecto socio-moral por la introducción inevitable de costumbres exóticas inapropiadas para nuestro ambiente.
Conservación absoluta de nuestra soberanía en la faja canalizada y por consiguiente some– timiento a nuestras leyes nacionales sin excepción de ninguna clase, sin perjuicio de procu– rar que la riqueza que involucra la faja canalizada sea compensada ampliamente en la for– ma de una renta nacional.
Es indudable que la construcción de un Canal por N¡caragua, para fines militares, consti–
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