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un posible semillero de disturbios, resentimientos y hondas discrepancias, tal como lo estamos palpando en el caso actual de Panamá. Tengo la seguridad de que en lugar de esgrimir el Tra– tado Chamorro-Bryan, ineficaz y anticuado, los Estados Unidos traerían en sus manos, a la mesa de las conversaciones, un ejemplar de la Carta de la Organización de Estados Americanos.

Observación. (Pregunta 9). Es curioso notar que el Partido Liberal Nacionalista, después de gritar a todos los vientos los más terribles denuestos contra el Partido Conservador, por la suscripción del Tratado Chamorro-Bryan, no haya hecho, en sus treinta y cinco años de perma– nencia en el Gobierno, el más pequeño movimiento para la revisión dé 'dicho Tratado. No sólo, ha incorporado a las últimas Constituciones Políticas (1939-1948-1950) un artículo que actual– mente dice así: Art. 6: "La soberanía y el territorio son indivisibles e inalienables. Sin embargo, podrán celebrarse tratados que tiendan a la unión con una o varias repúblicas de la América Central; o que tengan por objeto la construcción, saneamiento, operación y defensa de un canal interoceánico a través del territorio nacional".

A su vez, el Partido Conservador contemporáneo se ha contentado con esta tímida decla– ración, que podemos leer en su Programa (Gran Convención, Mayo 29, 1960, Sección V, Política Internacional): "En forma concreta el Partido Conservador abogará por lo siguiente. .. 2) Revi– sión del Tratado Chamorro-Bryan, en lo que respecta a la cláusula de perpetuidad".

RUGO ASTACIO CABRERA

Aboga.do; Escritor; Miembro Directivo del Partido Liberal Independiente

De ninguna manera bajo la base del tratado canalero Chamorro-Bryan.

La construcción del canal sin duda traería mayor circulación monetaria al país, con ingre– sos de dólares que vitalizarían nuestra moneda; habría mayor desarrollo, turismo, y en fin, todos los beneficios derivados de la presencia d~ gente rica trabajando entre nosotros. Pero el impacto moral y material en el patriotismo nicaragüense serí'a funesto. Si la lesión a ese patriotismo aún duele en el corazón nicaragüense por la suscripción de aquel trata– do, aún convencidos de que los Estados Unidos lo suscribieron precisamente para no ha– cerlo e impedir que otros lo hicieran, la contruccián ahora, con la presencia de infantes de la marina ocupando nuestro territorio, causaría tal malestar que mantendría en zozobra al país con su cortejo de perjuicios.

Nicaragua debe insistir -y vale mucho el ejemplo de Panamá- en la abolición de ese tratado para cambiar en uno nuevo las bases lesivas a la patria del Chamorro-Bryan. Ni– caragua debe aprovechar el ambiente favorable en la política actual de Estados Unidos para abolir aquel tratado. Y al formular uno nuevo debe insistir en hacer prevalecer el derecho soberano de Nicaragua sobre el canal, incluso aunque en la participación de las utilidades le correspondiera la mayor parte d quien haga la inversión y aunque en la vigilancia y

preservación y defensa del canal no pueda evitarse la presencia, con derecho, de las fuerzas de los Estados Unidos. La administración debe estar a cargo de Nicaragua con la cooperación técnica norteamericana. '

La política internacional es propicia a la negociación de un nuevo tratado que bien podría hacerse sin menoscabo de la defensa del Hemisferio y de los Estados Unidos en particular. Nicaragua debe mantener y más bien estimular y cultivar ese espíritu de cooperación con los Estados Unidos en la defensa del Continente. En cuanto a Jo construcción de un canal para fines militares, es obvio que tendrá doble propósito, comercial y militar, sin que este último deba asustar a nadie, porque Nicaragua tiene y debe tomar su puesto militarmente en la defensa ineludible del Continente Americano.

5 Queda ya contestada en la respuesta a la pregunta 3.

6 Queda también en parte contestada pero ampliando diré que Nicaragua debe exigir la soberanía total y la Administración, aunque será imposible evitar la cooperaCión técnica de· los Estados Unidos y en lo que respecta a la defensa militar la dirección estadounidense

y la presencia de sus fuerzas militares.

7 La construcción del canal es objeto principal de un tratado entre Nicaragua, dueña de la ruta y del país --en este caso los Estados Unidos- que hará la fuerte inversión que re– quiere. Cualquier Organismo Internacional solo podrá tener una intervención mediddora

y arbitral para conciliar los desacuerdos y resolver los problemas que tales desacuerdos pla,,-

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