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poner obst6cufos a lo construcción, sino considerarla como un imperativo que le impone la geografía.

2 Creo que, tanto los beneficios que el canal reportaría al paPs¡ cómo sus inconvenientes, han sido grandemente exagerados, y en gran parte dependerán de las condiciones que se convengan en el tratado.

3 Opino que sería adelantarnos demasiado el querer fijar desde ahora las condiciones que debe plantear Nicaragua en la negociación de un nuevo tratado para la construcción del canal. Esas negociaciones deben emprenderse con amplitud de miras por ambas partes, pensando más bien en el futuro que en la ventaja inmediata y momentánea.

4 y 8 Como país democrático, Nicaragua está obligada a contribuir a la defensa de lo civili– zación cristiana y occidental, y debe permitir la construcción de un canal militar si se estima necesario. No creo que en modo alguno deba influir sobre nuestra decisión la posibilidad de que ese canal constituiría una zona de peligro en caso de conflagración mundial, pues no debemos rehuir la responsabilidad que nos imponen nuestras conviccio– nes.

5, 6 y 7 Naturalmente que como nicaragüense me gustaría que fuera Nicaragua quien admi– nistrara el canal; mas son tantas las fórmulas que pueden presentarse en la negociación sobre esta materia, que estoy seguro de que será posible encontrar una que satisfaga a todos.

Creo que en la negociación del tratado debemos tomar muy en cuenta la experiencia que ha tenido Pdnamá, a fin de tratar de aumentar los beneficios y disminuir los inconvenier1– tes del canal, para que él venga a hacer más firme la amistad entre Nicaragua y los Estados Unidos y no a constitlJir u~a fuenta de discordias y mal entendidos.

LUIS P.ASOS ARGüELLO

Catedrático de Derecho Internacional de la Universidad Centroamericana

Tratando de ser breve y conciso, hastó donde se puede, sobre tema tan complejo, daré un resumen de mi criterio sobre la cuestión del Canar de Nicaragua:

1 El Canél de Nicaragua no es un proyecto que, puedq equipararse al trazo de una carrete– ra o de cUdlquier obra vial, pdrb preguntarse que '~si es o no es deseable o cOr:'lveniente". El Cariór de Nicardgua es un destino histórico geogr.áfico de Nicaragua, marcado por Dios

y nó por los hombres. Er dnheró del Canal corre J~n las venas de toda la Historia Patria. Francisco Morózán soñaba con ro e jécución del Canal y cuando fue Presidente de la Repú· blicó Federal de CentrodmériCa, por Decreto del Congreso Federal de 1830, encomendó ros estudios pertinentes' a técnicos hólandeses. En 1849 apareció redactado en inglés y en español er semanario lIamadó "El Correo del Istmo" cuyo Director era el Padre Paúl, sacer– dote que gozó de muchos prestigios en Nicaragua.. Ese periódico estabo destinado a ro propaganda del Cancil Interoceánico y tenía el siguiente rema: "De dos mares aquí está la vasta puerta". El Desaguadero es lo mismo que el Canal, en ra mente colonial de esa época. La Ruta del Tránsito evidencia la necesidad del Canal de Nicaragua. Walker es otra manifestación de esta verdad. Todos los Gobiernos de Nicaragua, desde su indepen– dencia, han tenido que hacer negociados diplomáticos o celebrar Tratados sobre el Canal, de una u otra manera.

AsÍ' como nuestros Lagos y el Río San Juan han marcado, durante toda nuestra historia, el destino geográfico del Canal, creo entender que, esas mismas facilidades de la naturaleza que han hecho pensar siempre en el Canal de Nicaragua, ahora se contraponen a su cons– trucción, puesto que ro era atómica y nuclear hacen necesario que el nuevo Canal sea a niver de ros dos Océanos. Esto no puede hacerse a través de nuestros Lagos y nuestro Río San Juan, a menos que se desfigure totalmente nuestra geografía, pasando a ser el Gran Lago de Nicaragua un pequeño lago, ro cual no puede admitirse ni pensarse siquie– ra. De tal manera que esas mismas facilidades que antes había en Nicaragua para la construcción del Canar se han vuelto ahora obstáculo, se han tornado reversibles en contra de la construcción del Canal. Yo no soy Ingeniero, sino Abogado; y esta es una idea no– vedosd que lanzo a los Ingenieros y d los entendidos para que se estudie con mayor dete.. nimiento. Una conclusión sobre este punto puede ser definitiva para desterrar toda idea del Canal de Nicaragua.

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