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« Previous Page Table of Contents Next Page »LOS CONSERVADORES DEL TRATADO
CHAMORRO-BRYAN
PEDRO J. CUADRA CH.
Uno de los más graves defectos del Tratado Chamorro-Bryan ha sido el que no se fijara fecha para la construcción del canal, cuya opción se daba a per– petuidad. El propósito de Nicaragua era que los Esta– dos Unidos realizaran en un período prudencial, dentro de las exigencias históricas del continente, esa obra
trascendental para el mundo, no sólo para nosotros. Nuestras necesidades económico-comerciales, en fun– ción con el canal interoceánico, se satisfacen comple– tamente con la canalización del Río San Juan; pero no tenemos derecho, como ciudadanos del mundo en que habitamos, a negar el tránsito de esa vía mundial, que nos proponen hacer los Estados Unidos, aunque allá en el fondo pensemos, con sobra de razón, que sería mejor que sólo se realizara la composición del río. Es un sacrificio que el bien universal impone al bien parti– cular; y por eso, los conservadores, conscientes de sus obligaciones con la nación y el mundo, no yacilarón en dar el paso trascendental que pagaron té'n caro, con
la pérdida de su prestigio, cobrado enl la moneda ficti– cia de los prejuicios que se levantaron contra la cele– bración del tratado canal con los Estados Unidos, únicos que lo podían y tenían que hacer, si se hada: Los con– servadores, conscientes de lo que hacían, asumieron la responsabilidad con la cara al sor.
Hubo argo más aun -y de todo ésto domos fe: -Influyó mucho en la actitud consciente de los con– servadores en el Gobierno de Díaz, el caso ejemplar de Colombia y Panamá. Los conservadores colombianos se habían opuesto, por lo que acaso creyeron el dictado puro del patriotismo, a ceder a Estados Unidos el terri– torio panameño para la construcción del Canal que im– ponían, con urgencia imperiosa, ras necesidades del
~omercio mundial, y los Estados Unidos estoban empe– ñados en construir esa vía a todo trance. Y ¿qué lo– graron los colombianos con su oposición indebida a una obra que pedía a gritos la civilización del mundo? Que ros panameños, influídos por los americanos, se levan– taron contra Corombia y se proclamaron independien– tes. Los Estados Unidos reconocieron al nuevo Gobierno de Panamá y celebraron con él el contrato ineludible, y el Canal de Panamá fue realizado por Teo– doro Roosevelt e inaugurado por Wilson, como una de las maravillas del mundo. Colombia por su actitud hostil, perdió la gloria de haber contribuído a la reali– zación de un enorme progreso, y por añadidura, la se– paración de Panamá.
Esta rección de tan elocuente fracaso, por uno oposición indebida a un progreso del orden ecuménico pedido por el mundo, amaestró a los c'onservadores nicaragüenses, y en lugar de oponerse a las demandas americanas, accedieron a satisfacerlas con espíritu pa– triótico, por encima del criterio colombiano de hostili– dad que' era entonces er prevaleciente en la América Latina contra el llamado imperialismo yanqui; por lo
cual se levantó una nube de dicterios y prejuicios contra el conservatismo nicaragüense, hasta llamarlo vende–
patria. No habíJa inventado entonces fa parabra má– gica el segundo Roosevelt, con la cual, como un -nuevo "Sésamo, ábrete", se abrió la América Latina entera a la confianza de Estados Unidos, que era la doctrina contenida y audazmente mantenida por el conserva– tismo nicaragüense, al celebrar el Tratado-Canal Cha– morro-Bryan, frente al mundo. Esa palabra mágica fue la Política del Buen Vecino, que despejó los hori– zontes que estaban tan obscuros, cuando se celebró ese tratado.
Cuando el General Chamorro llegó a Washington como Ministro Plenipotenciario, acababa de subir al poder el partido democrático cqn la presidencia de Wilson que nombró Secretario 'dé Estado a Mr. Bryan. Desde hacía varios años se hallaba pendiénte ante el Senado Americano otro Tratado de CbnaJ, firmado en Managua, entre el Ministro Americano y el Ministro de Relaciones don Diego Manuel· Chatn6rro; . pero como ese tratado había sido auspiciado 'por el Gobierno de Taft y Mr. Knox, republicanos, no temíet buen ambiente bajo el nuevo régimen democrático, que empezó repu· diando fa política del dólar y cerraba I<os ojos el todo acto· de la administración pasada.
Este primer tratado trajo mal sino; nO fue ~pro·
badp por lo oposición sistemática de lo~ democráticos cuyo líder en él Comité de Relaciones d~I Senado, ero el Senador Bacon. .Cuando llegó O Washington el Mi· nistro de Hacienda, don Pedro Rafaer Cuad,.ó" Q expo· ner \tI difÍCil situación económiea qüe la folta de aptobación de los convenios celebrad6s con fas Estados Unidos, para rehabilitar a Nicaragua en ló económico, se encontró con esa situación desastrosa, pues él Se– nado se oponía a continuór la ayuda iniciada por los republicanos, y como le decía el MinistrO Dr. Salvador Castrillo al Sr. Cuadro: "'Pierda toda esperanza, don Pedro, estos hombres ni oyen ni entienden nuestros asuntos; por un oído les entra y por otro les sale".
Estando en esa situación, verdaderamente deses– perante, se re oporeció ar Sr. Cuadro un caballero americano de nombre Mr. Reeth, amigo de don Adolfo Dioz, y le aconsejó que se entendiera con Mr. Douglas, abogado de nota en Washington, para que tratara el asunto con Mr. Bryan, de quien era muy amigo y de gran influencia. Don Pedro Rafael no tardó en po– nerse al habla con 'el Sr; Douglos, quien a fos pocos días arregló una conferencia, en un club de Washington con Bryan, don Pedro Rafael Cuadra y Mr. Mallet Prevost, abogado de los banqueros. Ese día cdmbió la situación del Gobierno Americano, que convino en seguir la política,. de ayuda- -americana, con algunas modificaciones. Este fue un triunfo de ra intriga sana.
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