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« Previous Page Table of Contents Next Page »Ministro de Nicaragua en aquella' ~apital al Secretario de Estado Sr. Frelinghuysen. H,obtdndQ, del canal por Nitqragua, el Secretario de Estadq rrí'ónifestó que los Estados Unidos no se hallaban en condiciones de entrar en una negociación tan costosa. Zavala insinuó en– tonces que tal vez Inglaterra aceptaría una proposición sobre 'este asunto. Al oír esto el Secretario de Estado se puso en pie, y dando un puñetazo en la mesa, dijo:
'-'¿Cómo se imagina Ud. que una nación de se– senta millones de habitantes permita a ninguna otra que, intervenga en asuntos que interesan al porvenir y seguriddd de los Estados Unidos de América?
-Señor -contestó Zavala- Nicaragua es un país pequeño y débil, pero sus derechos son tan grandes conio los de los Estados Unidos y usará de ellos como mejor re parezca; sólo la fuerza bruta lo haría ceder.
Frelihghuysen meditó un momento y al cabo dijo:
-¿Puede Ud. conseguir que su país le dé plenos poderes?
-Inmediotamente me los dar6 -respondió la–
vala.
-Pídalos -concluyó Frelinghuysen.
lavala puso un cable a Panamá que fue traído de allí á Managua. Inmediatamente que se recibió en Washington la noticia de que las credenciales habran ,sido depositadas en Id estafeta, se concluyó el tratado Zpvola-Frelinghuysen, firmado en Washington el pri–
m~ro de Diciembre de 1884.
~Nunca -.....;..comentó Frelinghuysen---- se ha he– cho un negocio tan grande COn tan poco formalidad come¡> en este caso.
Como este tratádo se htJ· c6nsiderado uno de lós
má~ v~ntajosos para Nicaráguo, d pesar ,de que ya se , avizoraba tras sus líneas la intervención americana en
Ni'~drag~o~ daremós un breve resumen de su contenido.
El Canal séría construído p6r los Estados Unidos
y pertenecería a ellos y a Nicaragua. Lós Estados Unidos protegerían la integridad territorial de Nicara– gua. 'El Canal tendría capacidad paró los mayores buques conocidos entonces. Se comenzaría a construir
~entro de dos años de firmado el tratado, y debía estor concluido en diez. Si el canal se hacía fuera del río San Juan, Nicaragua podra exigir la canalización de este río poro embarcaciones de seis pies de cala– do. Nicaragua concedíd el uso libre del lago para la construcción y uso del canal, y ocupación de radas en ambos océanos. Los terrenos para el canal, para el telégrafo y ferrocarril paralelo serían expropiados y pa– gados por los Estados Unidos. Valorizarían los terre– nos tres peritos, nombrados: uno por el Presidente de Nicaragua, otro por el Presidente de los Estados Unidos,
y el tercero por ambos presidentes de común acuerdo. NiCaragua podría tener policía pdra vigilar el contra– bando a lo largo del canal, la que sería pagada con los productos del mismo. Estos se destinarían, en primer
lugar a su mantenimiento y mejora; del resto, uno ter– cera parte correspondería a Nicaragua y las otras dos, a los Estados Unidos. El artículo XVIII contiene esta declaración: "Los Estados Unidos rechazan franca– mente cualquier intención que tienda a menoscabar la soberanía e independencia de Nicaragua o de engran– decerse a expensas e independencia de ese Estado o de cualquiera de sus repúblicas hermanas de la América Central; por el contrario, desean fortalecer el poder de las Repúblicas libres, y promover y desarrollar su pros– peridad e independencia ...
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Los Estados Unidos concedí'a a Nicaragua un empréstito de cuatro millones de dólares paro obras de progreso. Este empréstito debía pagarse con los productos del canal. El manejo y conservación de éste lo haría una Junta de Adminis– tración de seis miembros, tres nombrados por el Presi– dente de los Estados Unidos, y tres por el de Nicaragua.
Tal es el resumen de lo más importante del T ro– tado lavala-Frelinghuysen.
Nunca se llevó a cabo porque fue desaprobado por el Congreso de los Estados Unidos. Era demasiado amplio para que conviniera a las miras imperialistas de Norte América.
¿Por qué, pues, se apresuró el Secretario de Esta– do a concluir un negocio tan importante con tan poca formalidad, según sus propias palabras? Sospecha– mos que fue una treta de Frelinghuysen. Compren– diendo que Nicaragua estaba dispuesta a buscar constructores en Europa, decidió impedir esa gestión en una formo diplomática. Lo mejor era adelantarse, ofrecer a Nicaragua lo que bien podía conseguir en Europa. Una vez aplazado el golpe por algunos años, se haría lo más conveniente. En sus manas estaba rechazar entonces el tratado, enmendarlo o cumplirlo.
Pero Zavala también tenía sus miras especiales paró firmar eSte tréJtado. Además de que era favora– ble a los intereses de su país, el diplomático ni– caragüense se propuso sacar ventajas políticas para emplearlas en cualquier evento que produjera la situa– ción entonces céJótka de Centro América.
Hacía tiempo que el General Justo Rufino Borrios, Presidente de Guatemala, venía gestionando por un ,entendimiento unionista. Por muy sinceros que fueran los gobernantes de Nicaragua y del resto de la América Central a esa idea, no veran con buenos ojos que tal unión se efectuase bajo la potestad del autócrata gua– temalte'co. Su régimen se había desprestigiado en el sentido de la democracia, de la justicia y aun de la se– guridad personal; y en la Nicaragua de aquellas fechas se estimaban en mucho las bases esenciales de la de– mocracia y el republicc;mismo, para no tratar de defen– derlas en todo terreno, y aunque la unión se postergara un poco de tiempo.
A mediados del año 1881, los Estados Uhidos se interesaron vivamente porque se realizase la unidad de Centro América por vías pacíficas. Mucho antes de esta fecha aparece el interés de los Estados Unidos por esa idea. Es un episodio poco est~diado de nuestra historia este padrinazgo de la democracia del Norte a
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