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« Previous Page Table of Contents Next Page »Hay más, desgraciadamente, respecio del señor Orozco.
Ha existido en León una Asociación denominada "Aposiolado de la Oración, con fines al parecer puramente religiosos. Pues bien, esta Asociación de que era Presidente el SerlOr Orozco, en su Sesión del 29 de Junio, formula una acia que también publicamos, juzgando al Gobier– nO en términos tan acerbos corno injustos, por la expulsión de los Jesui±as, q,ue a su simple leciura se nota que sus mlem.bros no estaban anim.ados del espíritu de paz
y de caridad propios de una asociación verdaderam.en±e religiosa.
Más farde, el Apos±olado com.pró con los fondos que tenían destinados al cul±o del Sagrado Corazón de Jesús, la im.pren±a denom.inada "Minerva" que después in±i– tuló "La Opinión nacional", y según cons– fa de docum.en±o auténtico suscrito entre afros por el Padre Orozco COino Presidente de la asociación, se entregó la dicha im.– pren±a al señor Docior don Nicolás Valle, uno de los corifeos principales de la revo– lución, corno aparece de nunlerosas prue– bas del proceso. La im.pren±a corno era natural, sirvió para arrojar publicaciones subversivas e incendiarias escritas en el mism.o León, y para reproducir cuantas hojas suel±as salieran de oíros puntos y que tuvieran el rnism.o caráC±er ±rastor– nadar.
"El señor Orozco se ocupó ±am.bién, según declaraciones del proceso, de asis– tir a reuniones sospechosas de conspira– dores y distribuía en el pueblo los m.en– cionados im.presos.
"Todos estos hechos y afros n"lás que constan en las repetidas informaciones, obligaron al Gobierno, a pesar del respeto que le m.erece la alta investidura del señor Canónigo Orozco, a expulsarle del ±erri±o– rio de la República.
"Penoso, m.uy penoso es para un Go– bierno que, no m.andando en nom.bre de ningún partido, ha visto en iodos los nica– ragüenses m.iem.bros de una m.isrna fam.i– lia que debe am.parar y proteger el Poder público, dietar providencias que afec!en a la libertad de algunos individuos.
"Pero hay m.om.en±o en que, insufi– cientes los medios ordinarios para asegu– rar la paz y la tranquilidad de los pueblos; desoida la voz del bien entendido pa±rio– ±ism.o que llanta a los ciudadanos a la senda del deber, ineficaces las amonesta– ciones de ]a autoridad, es necesario el uso de m.edios extraordinarios para salvar los grandes intereses de ]a sociedad puestos en peligro y dar el ±ributo debido a la jus– licia y al derecho.
A esta extremidad ha sido llevado
el Gobierno contra sus intenciones Y pro-pósitos. .. ., ... .
El pensaba que ±end:pa necesld~d de pedir a la Constitución su última palabréi para asegurar el órden; pero los .. hec~Qs
han venido a proporcionarle un inste desengaño.
"Obsérvese un m.om.én±o su conducía respecio de estos asuntos. , .
"Aparece la insurrección de Ma±agal– pa, la debela, y am.nisfía a los culpables. . Aparecen las asonadas de León, a.s,o– nadas que duran un largo m.es, y tamblen perdona a los culpables.
Se le insulta, se le infam.a por la pren-sa, y calla. .
Se conspira casi a la luz del día, y fo– lera.
"Y a ±an1as pruebas de benignidad se ha correspondido con una nueva insurec– ción en Ma±agalpa y una nueva insurrec– ción en León.
Después de esto ~cóm.o podía el Go– bierno, sin contraer gravísim.a responsa– bilidad, llevar su tolerancia hasta el punto de no rem.over lo que ha sido y puede se– guir siendo cáusa de inquietudes y ±ras±or– nos? ¿Cóm.o podía olvidar q\le algo se de– be a la sociedad ofendida y algo ±am.bién a la dignidad del rnism.o Gobierno para no seguir siendo fácilmente engañado?
"Com.prendemos bien la tendencia hu– manizadora del siglo, de ser benignos con el hombre que Se ha extraviado. El Go– bierno lo ha sido. Com.prendemoSl la E!l~,..
vada filosofía que entraña la docirina de que el delito polí±ico puede y aún debe, en muchos casos perdonarse. El Gobierno lo ha hecho. Tam.bién sabemos que la polí– lica de represión, la políiica de m.ano fuer– te con el enem.igo es estéril, fecunda solo en crueles reacciones. El Gobierno po ha seguido esa política.
"Pero también es preciso adm.i±ir que entre ella y la de una tolerancia excesiva que igualn"len.te es perjudicial, hay el juso: to m.edio de proceder en lo es±riC±anLe:ri±e necesario para conservar el órden; y esto es lo que el Gobierno ha hecho: que no es propiam.en±e un delito el acio de levantar a una parle de las m.asas sin una idea o principio digno de consideración, sino ex– plo±ando su fanaiism.o con fines reproba– dos; y sin em.bargo, el Gobierno ha consi– derado ese hecho bajo tal aspecio, que es el m.ás benigno. Es preciso en fin,conve– nir en que el castigo no es severo, cuando deja abierta la puerta para el arrepen±i– miento; y el Gobierno no la ha cerrado.
"La clentencia es una viri'ud m.uy apreciable que hace más bien en la opi– nión ajena al que la ejerce que al que re– cibe su favor. Fácil es ser clemenie, pero difícil acertar siempre en serlo; pues cuan-
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