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« Previous Page Table of Contents Next Page »~En dónde está? Estrada, Estrada, visto está que Dios ciega a aquellos a quienes quiere perder".
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Días anies de m.orir don Fruio lo irasladaron a su Hacienda Quismapa en las faldas del Mombacho y su úliima disposición fue al alejarse de Granada, que Corral se hiciera cargo de la dirección de la gue– rra. Muerlo don Fruto a la una de la madrugada del 12 de Marzo de 1855, el paso hacia la Suprema aspiración de su vida, le quedaba libre a Corral. Pen– só que no había más que reunir los restos de la Asam– blea Nacional Constituyente para que lo eligieran Pre– sidente de la República.
NUEVOS DESlENGUOS
Proceder In.político
Llenan de tristeza estos recuerdos. Los dirigen– tes de nuestra polilica peleándose por la Presidencia, escandalizando internacionalmente, mieniras los es– clavistas del Sur de los Estados Unidos buscaban la oporlunidad para anexarse tierras de México y de Cen– tro América en su preiendido idealismo de extender la esclavitud más allá de sus fronteras.
Hay quienes suponen que si Corral hubiera le– vantado sus ejércitos hasta León con honrosas propo– siciones de paz, la suerle de Nicaragua hubiera sido otra, pero lejos de eso, los hombres del Partido Legi– timista presentaron un nuevo problema. Al reunirse la Asamblea Nacional Constituyente en Granada, de– signaron para Presidente, no a Corral sino al Diputado José María Estrada, que lógicamente no era el hombre del momento. El ejército que era el que tenía que sacrificarse y derramar su sangre para el restableci– miento de la paz, se había hecho uno solo en la com– prensión y en el afecto con la persona de su Jefe Su– premo, Gral. Ponciano Corral. La resolución desca– bellada del Cuerpo Constituyente paralizó por com– pleto las operaciones militares en lnomentos suma– mente difíciles puesto que yá, William Walker ope– raba militarmente en Nicaragua, en francos entendi– dos con el Licenciado Francisco Castellón, jefe del Go– bierno provisorio de León, tratos y arreglos a espal– das del Comandante Militar del Bando Democrático, Gral. J. Trinidad Muñoz.
Muñoz como ya se ha observado en la relación de los capítulos anteriores era un militar inquieto, con experiencia en cuarlelazo y metido entre ceja y ceja corno Corral, que un día llegaría a la Jefatura Suprema de los poderes públicos. Comprendió que Castellón no era el hombre para sorlear airosamente las serias dificuliades que afrontaba el país, y pensó aparlarlo en la primera oporlunidad. Corral por otra parle amargado por lo que no solamente era una inconsecuencia sino un error de sus correligionarios, fincó en el éxito de las armas la reparación de tamaña injusticia. Demás está decir que la posición de los dos Jefes Provisionales de Nicaragua, Estrada y Caste– llón era puramente artificial.
La astucia de la Guerra agudiza los sentidos y Corral y Muñoz, buenos militares comprendieron de pronto que tenían un propósito semejante y que po– dían entenderse a base de la Presidencia para los dos o turnarse en el ejercicio de ella. Nada más terrible que las pasiones insatisfechas. La cosa pública obse– ciona más.
Siguiendo este hilo Corral y Muñoz se cambiaron emisarios y los frentes de batalla permanecieron inac– fivos. Dos factores alieraron esta situación: la lle– gada de Walker 116 de Junio de 18551 contratado por los democráficos de León y la intervención del Gral. Hondureño José Santos Guardiola a favor de los Legi– timistas de Granada. Este problema espinoso había que resolverlo prontamente.
Walke&'
Cuando los filibusteros plantearon en León la ne– cesidad de aiacar a los Legitimistas por el lado de
Rivas, Muñoz aceptó rápidamente la idea, pero de el pensamienio puesto en la segura derrota qUe ~
esperaba iba a sufrir en esa Plaza, Walker. Cón- e de acuerdo con Muñoz enviaría a Guardiola a la :fr6~1
tera de Honduras con un pequeño ejército para lIa' mar la tendón a Cabañas que amenazaba a los Le : iimistas con una invasión Hondureña. Muñoz áta~~'
ría por sorpresa a Guardiola y lo desbarataría. L'
estrategia tal corno lo habían planteado los dos Grale: ami!os, era la siguiente: un Walker derroiado y qu¡' zás muerlo desde la primera acción militar y un lV1u'
ñoz victorioso en el Norle, mientras por otra part~
Corral a la cabeza de un flamanie ejército de refresco en, Managua, presentaban un cuadro en el cual los Jefes Civiles, los Licenciados Francisco Casiellón y Je.
sé María Estrada resuliaban sobrando.
El objetivo de Walker al elegir el Deparlamento de Rivas como centro de sus operaciones no era una
s~mple llamada C!e. afeI?-ción a la tropa Legitimista SlnO que un proposlfo blen marcado y preconcebido Posesionarse de la línea del tránsito en donde reci: biría abastos, perlrechos y soldados contratados en California. Deserctbarcó en el Gigante, pasó por Tola y el 29 de Junio de 1855, atacó la ciudad de Rivas Anticipadamente este movimiento militar había sid¿ puesto en conocimiento de Corral por medio de Un correo enviado por el Gral. Muñoz.
res B-!.ell.'oiisll1\1o de MOll'1gaRo
Tengo el ejemplar No. 56, correspondiente al 10 de Julio de 1855, del Periódico Legitimista EL DEFEN. SOR DEL ORDEN que alude a los detalles del encuen. tro librado entre Walker que comandaba una tropa del mando democrático y los soldados Legitimistas. Refiere esie periódico que la noche del 28 llovió en Rivas torrencialmente y continuó en la mañana del 29. A la una de la tarde asomó el enemigo en la ronda de la ciudad. El choque fue terrible hasta las seis de la tarde. El parle de guerra hace ver que en el campo de balalla quedaron 14 americanos muer' tos y 12 del país, muchos rifles y pistolas. El Cívico Enmanuel Mongalo en compañía de Nery Fajardo cIa· varon un mechón encendido en la casa de Máxircio Espinosa último reducto de los filibusteros originán. dose de esta manera las llamaradas que hicieron co· rrer a los invasores. En un doculnento firmádo por el Licenciado Mateo Mayorga como Ministro de Rela. ciones y Gobernación al referirse a la acción de Mon– galo explica: que se hizo aún más digno de admira– ción pública porque el precio de cincuenta pesos que se había ofrecido al que realizara esa empresa 10
rehusó aceptar.
La derrota de Rivas indignó a Walker porque la tropa Legitimista estaba lista a rechazarlo habíendo deducido en su astusia que Muñoz había adverlido a Corral poniéndolo en guardia. Mien±ras tanto el Jefe Mili±ar de los Legi±imistas Gral. Poncia.no Corral desde Managua se quedó a la espeC±ativa de los acon– tecimienlos. Muñoz destrozó los efeciivos de Guardia· la en El Sauce y cuando presenciaba el desbande de sus contrarios una bala de la misma tropa democrá– tica hirió por la espalda a Muñoz_ El Gral. viciorioso perdió la vida.
Exitosas o)l)e!l'aciones mililal'es de Walkell'
Walker llegó hecho una furia ante Castellón y
amenazó con irse de Nicaragua si Muñoz seguía como Comandante General de las tropas democráticas. Cuando se dio cuenta de la muerle del que lógica· mente presumía que era su más poderoso rival de– sistió y volvió con su idea de atacar el Deparlamen~O
de Rivas. Salió nuevamente para ese lugar y despue.s de parapetarse en San Juan del Sur esperó el m ov
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1–
miento de Guardiola y Corral. Este se quedó en a dudad de Rivas mieniras Guardiola chocó con Walke r en La Virgen. Los resultados fueron favorables par~
los filibusteros. Guardiola se desbandó y esta de~oja
bajó la moral de la tropa Legitimis±a. Corral ml~O
se desconcerló. Frizaba más o menos en los 50 anOs, cansado por las fatigas de la guerra, preterido en sus
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