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e¡'jclí~ h'amlo ¡lO es pronunciar palabras, sino vivj¡' de
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r~ldemenfe agradecidos por los ideaie5 que hemos here
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s!as ideales con rOS "GI1HIS seres numanos .e! i11Uiltlt!, e . " JI" '( .• '" ' I ' , Por COI1SlgUlemc, }lO, OlHl 1"•• ,0i1l1Cay, oIeSJeemc I(;,e
I s Estados Unidos de Amáric<l, ele acuerelo CCfl la ¡'esclu·
~¿n conjunta del Congreso aprobada el 26 de diciembre
~I 1941, que designa al cuarto jueves cle noviembre dG
c:da 2ño Día tle Acción de Gracias, proclamo el iu,~ves,
28 de noviembre de '1963, Día da Acción de;) Grada¡¡ con
carácter nacional.
. fose día, reunámosnos en les lugares sagYildos dedi–
cactos a la ol'aci6n y en los hogares bendecidos por el
afe~fo familiar para expresar i1Uestl'3 gratitud pOI' los glo. riosos preselltes ele Dios; y, profunda y humildemente,
p¡d~mosle que cmüinúe guiándonos y sustentándonos duo
r,m;c la fjl'éll1 Im'e¡¡ pendiente cle ¡;¡!t:¡mZ3r la fH1Z, i¡;¡ justicia
y ¡c¡ eomprel'lsión entre los hombres y las naciones y la de Oleaba .. ccm Itl m¡ssria y el sufrimiento clonde'iuiera que eKislan,
22 de noviembre ele '1953
DISCURSO QUE NO lri'UE PRONUNClLADO
Tengo el honor de aceptar est~ invit¡H;ión ¡:Im'a hablar ante el Consejo ele Ciudacl,mos y los Miembros ele hl
Asamblea cle Dalias, y <:,provecho esri'l opol'funidacl pan, saludar al Centro cle Esludics cle !nvesiigatioi1 del Sud· oeste.
lEs apropiado que estos elos símbolos del pmgreso de Dalias se hayan unido para pill'rocina'r es~e acto. Pues ellos son los mejores exponentes de la Jefatura Cívica y
la Enseñanza en esta ciudad, y Jefatura Cívica y Enseñan–
za son indispensables entre sí.
r¡¡ adelanto en la enseñanza depende clel espíritu di· rectivo de la comunidacl en cuanto al apoyo finandei'O
y político, y los resultados ele esta enseñanza son a su vez esenciales para las esperanzas de este espí'ritu de clire~dón
en lo que repecta a un progreso y pros,peridad continuos.
No es una coincidencia que esas comunidades que ¡',)Oseen
lo mejor en materia de estudios de investigaci6n y en medios de estudio =desde el InstHuto de 1ecnolosía de
MaS6i1dmooHs, hasto¡ el Instituto de 'fechnoltlgía de Calif(}r
c
llia=~ tiendan <l traol' a l<ls industrias nueVélll y l;;vecientes. Congl'MulQ a ilquellos de ustedes que aquí, en Dalias, h.;¡n reconocido estos hechos básicos, mediante la creación de!
singuil'H' y progresista Centro de ~s'udiCls cle InvesTigaciól1.
F.ste enlace enfre el espí¡'itu directivo y la insit'IH:' eión es, IlO solamente esencial en las comunidades, sino que es aún más indispensable en lo que respel;;fa a los asuntos mundiales. La ignorancia y la falta de informa– ción, pueden ser no s610 un obstáculo pa'ra el progreso de una ciudad o de una empresa sino que pueden cons– tituir un impedimento para la seguridad de este país, si se permite que prevalezcan en la ,política exterior, en un mundo de complejos y constalltes problemas, en un mun· do lleno de frustaciones e irritaciones, el espíritu cli'ret
o
tivo de las Américas debe tener por guía la luz del saber
y la razón. De otra manera, aquellos que confunden la retórica con la realidad y lo plausible con lo posible, ob· tend'rán mayor ascendiente popula.· con sussoludones, aparentemente rápidas y simples, de todos los problemas mundiales.
Habl'á siempre voces disidentes dentro de! país, que expresen criterios de o,posición sin alternativas, que en– cuentren erro'l'es y ningún acierto, que perciban tinieblas en todo y traten de influir sin asumir responsabilidades. Tales voces son inevitables.
l'el'O oh'as vo¡;es se escuchar¡ acrualmel1Je 8.,
la
Naci,,¡1, que divulgan doctrinas tO¡'a~me!1~e aienas a la rea– ¡idad, fo~a!mel1!e inadecuadas a estos tiempos, dodrituls que al [M'yeCer suponen basf¡m lóls pOllabras, sin iumas, que el vÍ!'u.perio es tan bueno como la victoria y que la paz es un sigilO cle fiaqueza. I':n un momeni'o en que esíá disminuyendo la deuda Nacional, y su gravamen cCI1siguiel11e sobre nuesfl'a economía, ellos ven en esa deu– da la mayor arnel1<l:r:a él l1l!estrél seguridad. En un me· me¡,to en que estamos rebt'ljando el número de empleadas federales que presta~ servicios a toda la ciudadanía, ellos temen a estas supuestas hordas de empleados públicos más que las ho'rclas cle cal'i1e y hueso de ejércitos enemigos.
No podemos esperar que toclas las personas, para utilizar la frase de hace un¡:¡ década, IIhablen sensatamen· fe al pueblo I'mrteamerican@lI.
~)e.'o ¡podemos espera.' que ~e,m I'i'umos los que escy·
t:hel1 a los h15e¡¡s¡¡h'~s. Y la idea de qIJe este pais Iiliu'«:h¡¡ hacia la derrota debido al déficil' financien,'),
€} de que el
podeda es s610 ¡;uesti(m de lemas, rw es más que PLH'¿¡
i11sensatez.
I)eset) disculii' I'wy C0i1 ustedes la si'iuad6u adual cle nuesfra fuerza y nuestra seguridad pCH'que el ilslmto re· quiel'e evidentemente l<ls más delicadas cualidades elel es· píritu directivo y los más acertados frutos del saber. Esta Nación no obtiene la fuerza y la seguridad con facili· clad ni bar<ll'ura, ni puedei'! OlCjuellas e}cplicarse ¡'ápicla y sencillamente. Hay muchas clases, la nuclear abrumado· ¡'a, no puede ponel' fin a una guerra de guerrillas. Los pactos solemnes cle Alianza no pueden poner fin
¡) la subversión interna. La exhibición de la riqueza materi<ll no puede poner fin a la desilusión ele aquellos diplomá– ticos que han siclo víctimas de la discriminaciém.
Sobre toclo, sólo las palabras no bastan. Los Estados Uniclos son una Nación pacífica. V en aquellos [pun~os en las que nues'lra fuerza y cleterminación son cla¡'as, sólo se requiere que nuesiras palab¡'as sean COl'lviru:el1tes, no be.
ligerantes. Si somos fuertes, nuestra fuerza hablará por sí sola. Si somos débiles, las palabras serán inútiles. Me doy cuenta de que esta Nación tiencle a menudo
él idenHficar los acontecimientos decisivos de caníde¡' in· ternacional con los discursos importantes Clue les pi'ecedie. ron, Sin embargo, no fue la doctrina de Monroe la que
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