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esporádicas, = pues Je;ck
~ en conhnuo ~ov:tm1eil.io y en~pleabo. sus ra.'os
o"iaba 1" "uS campanas por fodo el J::;stado de lV1a88a-l 'b"es e. " d 1" W' h' \.' :t:ts PelO en 1952, cuan o vo VIO a as lngioll
Ghtl~e '~n ~enador, Jacle empezó oira campaña muy
he~ o la eje conquistar la .mano de Jacqueline. sen a
por a~luella época Jacqueline trabajaba como re-
o r . ráfic:o pé;ra el "WásJ::ington Times-Herald".
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por la CIudad en!revlstando gente, pregun–
So la opiniones sobre todos los lemas imaginables
±a~~~enie~do ,f~~ografí8.s con, ;.tna engo::rosa máquina X'Speed G~aph~c que apreneho a znaneJ8.r con so1fura
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e Pero por las noches, la periodisra y el senador l 'a n escaparse para cenar e ir al cine. Pronto el
50 1 • Ir d dI- ' - J k' 1 d' 'oven senador ~enne Y ,se ec alO 'l ac. le . e ~o
~1 sí. Se casar~:m en ~epheznbre de 195~, en la Igles~~
±ólica de Sania Mana, en Ne;wpori, Es~ad,? de ~hode
~lélnd. Ofició 8n la c,er:em.onl~ un ~nhguo alTugo. de i S 'aynilia el reverendIslmo senor RIchard J. Cusl-ung,
~l±o~c:es ~rzobispo de Bos±on, Fue la boda del año, e una .mulii±ud de 1.200 personas, rnuchas de eUas
~enadores Y diputados, compañeros de Jack; acudie– ~011 pell-a desear a los novios buena suerte y felicidad.
1 Todo parecía ir inmejorablemenie. Los novios asaroh la luna de miel en Méjico. Cuando volvie_ ::'on a Wáshingio~1. co:rr:praron una bella casa de e~i~lo
virginiano y se dlspusleron a fundar una gran famIlIa. . Pero el destino iba a interferir en su felicidad.
La política es una cruel profesión que obliga a quien la praciica a sostenerse a horcajadas sobre ella como quien cabalga un caballo indómito. Jack se encontró más ocupado que nunca. Sus nuevos debe– res como senador le exigían cada vez más y más ±ieI1tpO, Si no hubiera sido más que e81:0 habría podi– do soporíarlo, porque, aunque el trabajo era mucho y difícil, también era estimulante y lleno de contenido. Lógicamen±e, el nuevo znairimonio 1"'lennedy hu– biera debido emprender una .fácil y agradable vida familiar. Su amplia casa recién comprada en Virgi– nia era un lugar ideal para forinar una gran faznilia, un lugar donde los niños podían ser educados en un cordial ambiente de amor familiar.
Había, sin embargo, un problema que Jack no pudo resolver. Su vieja lesión de la espalda -el disco que se fraciuró en Harvard-, agravada cuando el des±ruclor japonés abordó su lancha iorpedera, da– ba cada vez m.ás señales de exisiencia. El iormen±o aurnen±aba diariamente, y junto a las comisuras de sus ojos comenzaron a aparecer pequeñas arrugas causadas por el sufrimiento.
Bldolor de una lesión en la espalda es agudísi– mo, La columna vertebral del hombre constituye un vulnerable y delicado centro de los nervios que se extienden a iodo el cuerpo. Una lesión en la espina d,orsal puede aplastar o compriznir cieríos nervios. El dolor es consianie, interminable y sume a una persona en una agonía que llega a provocar náuseas. Len±a pero consian±emen:l:e Jack notaba que su con– dición física iba deteriorándose. Cada paso signifi– caba una nueva oleada de dolor. Finalmente tuvo que aparecer en el Senado con muleias. .
El joven senador se había esforzado grandemenie I;0r oC7'.lfar a sus am.igos el verdadero alcance de su
aolen~la. La cam.paña elecioral para el Senado de– m?s±ro hasia el máximo el dominio de Jade sobre sí
~JsI!l-0' Había días que sólo un baño en agua casi hlrv;endo podía reducir los espasmos musculares que sen,ha cerca de su lesionada espina dorsal. Sólo des–
~uef qUe hubo reconocido que no podía prescindir ele as, muletas comenzó a saberse entre sus colegas SUfrl1Ulenio que había experiznentado.
f b La primera operación sufrida por Jack cuando es– a a en la Marina no había conseguido curarle ade–
h~ac;iame.nie. Una placa mE!±álica que los cirujanos f blan IntroducIdo en su columna vertebral para
j~~aldcerla, por alguna razón desconocida, había de-o e cumplir completamente su misión.
Jolm F. Rennedy, entonces Senador rle los Estados Uni· dos, trabajando en su oficina, mientras su esposa le ayudaba en la traducción de documentos pertinentes.
'Si se miraba por el agujero que ienía Jade en la espalda, se podía ver la placa que le habían colocado allí los cirujanos -dice uno de sus amigos-o Algu– nos días, durante la campaña de 1952, Jack no pudo moverse sin muletas y no podía soporíar la idea de que el público le viera con ellas. Cuando llegába– mos a la puerta de un local donde Jade tenía que pronunciar un discurso, entregaba las rnuletas a uno de nosotros, erguía la figura y recorría el pasillo non la espalda tan derecha corno un cadete de Wes! Point. Nunca supe cózno podía hacer aquello".
Pero ya ni su .:fuerza de voluntad podía hnpedir que el dolor afeciase sus actividades. Una vez, un amigo que fue a visitar a Jac1e en Hyannis Porí le encontró sentado en el porche golpeando sus mule· fas con profundo pesar.
"Preferiría morir antes que pasar el resto de rni vida con estos tras±os" -dijo al amigo.
Así se veía traicionado por su cuerpo una vez más, Había vencido el problezna de su falta de peso cuando era niño; había forlalecido su cuerpo para entrar en la Marina; había salvado de la muede a su tripulación en el Sur del Pacífico Meridional, a pesar de sus heridas; amaba y praC±icaba desiacadamenle todas las formas de actividad física al aire libre. Ahora, pensaba sOlYlbríamente, parecía que iba a 1:ener que pasar el resto de su vida con muleias y sufriendo un dolor constanie.
Aunque Jade quería que se le pradicara la ope– ración, los médicos no estaban de acuerdo. Aplaza– ban la operación una y aira vez y hacían prueba tras prueba. Algunos znédicos indicaron francamen_ ±e a Jack que no se arriesgase someiiéndose a la operación quirúrgica. Su vida esiaría en peligro, de– cían, y enumeraban las muchas probabilidades que tenía de no salir vivo de la operación.
Pero Jack fue inflexible. No quería vivir como un inválido si podía evitarlo. La operación había de efeC±uarse. Finalznen!e, en octubre de 1954, un equi– po de cirujanos inició la delicada iarea de realizar una doble fusión de 'discos en la colunma vertebral de Jack.
La operación someiió a Jack a una prueba de valor. Una fusión espinal deja a quien la sufre en un deprimido estado de ánirno, y el dolor es cruel. Jack permaneció inmóvil duranie sernanas des– pués de la operación.
Al aproximarse las Navidades de 1954, Jade es– taba aún inmóvil y sin mejorar. Su moral estaba quebraniándose y los znédicos, con la esperanza de que un cambio de escenario le beneficiara, le me– tieron en una carnina y le enviaron por avión a PaIro Beach para que pasase las Navidades con la gran familia Kennedy. Pero ni el calor de Florida ni el de las Navidades en familia mejoraron al enfermo. La herida no se curaba, y en febrero volvió al hos-
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