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« Previous Page Table of Contents Next Page »lenguaje toponímico usado por nuesfl'os conquistadores en actos jurídicos correspondientes a ese año e inmediatos posteriores, hace muy presumible esto que hoy siento co– mo una hipótesis. De Granada no se dilO más que, a secas, "Granada", o "La Ciudad de Granada", lógicamen– te, seguida de la frase inciso: "de la provincia de Nicara– gua". Muy raras veces se usó el decir "Granada de Nicaragua". Al principio solía naturalmente nombrárse. la como "la nueva ciudad de Granada", y sólo dos veces la he visto, asimismo en los comienzos, ser llamada la "Ciudad de la Nueva Granada". (Indiferente 1382-A y Patronato 180, 27). La advocación de esta ciudad, nUnca me ha sido posible conocerla ni verla en 10$ documentos formando Iparte de su nombre. El folleto de la Oficina filatélica a que me vengo refiriendo, la llama "Santiago de Granada". Como natural de allí, y criado en ella, debo confesar que es la primera vez que veo llamarla así.
hibe en sus nombres con tan e~presiva fuerza el sentido cristiano de lIU existencia. Un vistazo no más al mapa de América, y sllItarán a nuestros ojos esas grandes ciudades de hoy: San Francisco, Los Angeles, San Antonio, San Agustín, San Salvador, San Juan, San José, Concepción, Asunción, Nuestra Señora del Buen Aire (Buenos Aires), las Santa Fe y las Santiago de acá y acullá. Otras hubo, y no las menos, que dejaron su advocación oculta en la historia; en donde el fuerte atractivo del nombre que se hall9, o el de un imponderable de sonorid~d, de vivaz intención primera o quizá de simplicidad, hizo al otro elemento sobresalir y hacerse perpetuar. .
Según lo dicho, en principio, las antiguas villas y ciudades de Nicaragua de que aquí se trata, tuvieron sin duda alguna su advocación. Sin embargo, cuando el uso del nombre de ésta fue exiguo e inconstante, al punto de ser raro o imperceptible su rastro por los documentos,
para alguna he de decir que solamente una futura inves- Des,de mi infancia, de personas versadas y de mucha tigación la podrá precisar con exactitud. Claro es que edild, oía decir "Granada de La Concepción". A la Inma– cuando no se cuenta con una expresa nominación, sobre culada se la tiene allí por Patrona de la ciudad. Y hay este asunto se ¡plantea desde el primer momento el pro. una coincidencia con esta tradición, de mucho peso y que blma de si se puede o no adjudicar a una determinada resulta vElrdaderamente curiosa al respecto. Hasta hace población, por corresponderle verdaderamente, la advo- muy poco no se sabía, que la primera iglesia de Granada, cación o patronazgo con que fuera instituída su iglesia su iglesia mayor, de que se conozca nombre cierto, ya en mayor y primera, como es frecuente y lógico que así sea. 1527 estaba consagrada a la Inmaculada Concepción de Pero, por lo visto, no síempre existe esta coincidencia. María, y se decía "La Iglesia de Nuestra Señora de la E'l la Ciudad de León de Nicaragua (que ésta es la forma Concepción de la Nueva Ciudad de Granada". Sin em– m6s acostumbrada de llamarla), su primer templo de que bargo, sigo creyendo que, mientras no aparezca un do– se cQnozca nombre, de su iglesia mayor, nada menos que cumento que la exprese claramente, la advocación de la del año de 1S27, se había erigido con la advocación de ciudad de Granada se halla en el terreno de meras conje– "Nuestra Señora de La Piedad", como quedará demostra· turas. En un expediente que corre del año de 1772 a do en próximo estudio que haré sobre la Iglesia pre· 1782 sobre los excesos de cierto Alcalde Ordinario de la episcopal nicaragüense. En el documento pontificio de Nueva Segovia, he podido ver por primera vez que a esta la erección de su Iglesia Catedral se la hace asimismo con ciudad se la nombra "Nuestra Señora de la Asunción de la de "Santa María" (bajo la invocación de 'a g'oriosa 'a Nueva Segovia". Desconozco 'a tradición que sobre e' Madre de Dios siempre Virgen María). No serán los úni- ,particular se tenga en ella, pero este dato es absolut.a– cos, pero sí de los ,pocos que he podido ver en que se la mente cierto. Además, con los varios cambios de asiento llame "Ciudad de Santiago de León", son diversos docu- que tuvo esta ciudad, es posible que no se encuentre la mentos de los años 20, 23. 36, 48, 58, dos de 64, de 66 misma advocación en todos ellos, de lo que hay repetidos
y 67, del siglo XVIII. En uno de los citados del año de ejemplos. La antigua villa de Rivas mantiene a lo largo 64 se dice en fe de escribano "León de Los Caballeros", de los años la intención de su patronazgo, que forma sus– simplemente. (Guatemala, Legajos 250, 253, 593, 596, tancialmente su verdadero nombre. Desde que los ved– 646 y 916). Y muy curioso es: que en el siglo XVI no apa- nos del Valle de Nicaragua expresaron la voluntad 'de rezca nunca, ni en el XVII, así en poderes otorgados por erigirla en tal villa, aparece su advocación, aunque no ella ni en otro instrumento solemne, como tampoco en los siempre luego enunciada con los mismos vocablos. En el eclesiásticos. Es más todavía: en el quizá más importan- auto fechado en Guatemala el 29 de Mayo de 1720, en te documento de su historia después del de su primitiva que el Presidente Gobernador de Guatemala Don Francis· fundación, como es el expediente abierto e' año de 1610 co Rodríguez de Rivas hace la erección, se dice "La Villa sobre su traslación al nuevo sitio de Subtiava, no se ex- de Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción de Ri· presa su nombre más que en la forma simple de "Ciudad vas". Años más tarde, aunque cuando ya había obtenido de León" o, a lo más, con el de "Ciudad de León de Nica· la confirmación de su villazgo por el Rey, en expediente ragua". No obstante estas observaciones sobre la rareza de su propio Ayuntamiento del año de 1795, hallamos con que se menciona su advocación, expreso mi creencia que se la nombra "La Vílla de la Inmaculada Concepción de q~e la verdadera sea para esta ciudad la del Santo de Rivas de Nicaragua". Pero, sin embargo de la igual Apóstol Santiago. Pero, repito, que la forma clásica con significación de los vocablos con que se la expresa, creo que vino a llamarse la antigua cabecera de la gobernación que para hacer un uso ,preciso y determinado del nombre de Nicaragua fue en el decir "La Ciudad de león de Ni· de esta advocación hay que atenerse al más egregio de caragua". Lo cual, empero, no es ,para afirmar que esta sus documentos, a la R. P. de San IIdefonso de 19 de haya sido la forma original de nombrarla al momento de Septiembre de 1783, en que Su Majestad confirma su tí– su fundación en 1524. De aparecer algún día el acta de tulo y la llama "La Villa de la Purísima Concepción de Ri· este acontecimiento, posiblemente no encontraríamos en vas de Nicaragua". Para Managua no he tenido 'a suerte ella mencionada la palabra "Nicaragua", pues no había de verificar documentalmente la tradición cierta de que
~st" alcanzado la extensión que tuvo poco después. El esté bajo la advocación del Apósol Santiago. Solamente
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