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« Previous Page Table of Contents Next Page »lJ nu de los (l!timos tigres muertos en el llÍe s de Agosto por don i\IarÍo Sol, Ministro de Agricultura de El Salvador, y el autor, don Miguel Ruiz Herrero, con los perros impOl'· tados, "ileIl" y "SaIly". Estos penos fuero n adiestrados exc1u:;;ivamente para cazar ti. gres pOI' Jos famosos cazadores internaciuna les Lee Brothers, de Arizona, USA, Con Bell
y SalIy se han matado 26 tigres en dos años,
los nÍl:¿u'<lgüenses deben seguir I@s sClbi@s c:oi1sej@s cle su paisano, don Nacho Baldelomar 3ardos, que llil vivido por largos años en el Guanacaste y al igual que noso?ms los costarricenses, legislar en una fOri'i1il e~ectivil
para man?ener y aumentar los maravillosos retursos na·
~urale$ con que cuenta esta bella ¡\litaraguCl.
Considero que Nicaragua está todaví¿¡¡ en el momento
~r()picio pará legislar oportunamen?e (':11 es~e sentido. - !:n las regiones de Chontales, el1 las riberas del Ríe !i¿lI'l Juan y ei1 toda la vertiente del Pacífiw, ~(Jdavía (misten zlmas que sOr! un verdaclem paraíso para el ca;¡:ador, y si nos
VClmfJ~ <l lóll zona del Pacífico ¡\Jor~e, er¡ i(;j PEmíYi!>ul<il cle
Cosigüina, encuntramos una elctensi6r¡ bastante vasta, en la que la fauna es muy numerosa debido eN prindpio, y
en mi parecer, a que ciel'tos dueños de fincas, eomu don
Mario Gasteazoro de la Hacienda "Cusigüina", don Alberio Bustamante de "!.as Pozas" y otros, tuvieron la preocupa– ción de velar por la fauna silvestre y prohibieron o regla– mentaron la caza en dichos luga¡·es. Por o~ra par~e, en las márgenes del Rio Coco y en toda la vertiente del
1l(lmt~W$ qyC:1 IU<:\HJn ~gr milntQilCl' y l'evivir 'g que hgy
!1§f¿ i1~I'm¡:¡:.md@. HQi'l1b!'t1:i ¡¡in ~go¡(imf,l, hgmb!''3$ d.; verd;:II:1 que piensen que algún día sus nietº!; ¡;madan ¡;l'l.l.
za¡' las llanuras del Guanacaste y di¡;fru~ai' en ellas al ver
al rey de nuestra fauna. 1::1 venadu, el príncipe orgullosl':J,
elegan~e, iioble cfJwnaclo ¡:Wi' Dianél con Uriá ~-jermosa ctlr· nameni;:¡!!!
;Uuje¡'es nicaragüenses COlllu Flor de Maria (;uerrero, Liliana Bunge de Sengelman y 'l'elTY de Sengelman tam–
bién han comenzado a dedicarse a 1;1 caza.
~61ti tm.. ley dráli~ita podrá salvar las riquezas que IU:íY se e!>tiÍn perdiendo en el Guacanacas~e. 'fengo fe en
Dios, y espero que los gl'itos que hoy lam::a este viejo, no
caigan en el vacío. Espero que los guanacastecos cons– cientes y los Cartagos amantes de Apolo y Diana, se unan
y discutan la elaboración de una ley viable y justa que
seó:l una realidad para el ~uturo.
Por mi experiencia de tantos años de caza, me permi–
to recomendarles que tomen
en ¡¡;ot1siderad6i1 algur',¡ils su– gertmdas:
1) Prohibir 'ierminan'le
o
Mente el uso de armas de calibre pequeño y de esco–
petas en la caza de venado.
~spec:ialmente el calibre 22.
2) Prohibir definitiva· mente matar las hembras.
3) Prohibir el e)(pendio
de (illme y el wmercio de
(!Jeros.
4) Il::stablecer Uili'1 veda adecuada durante los meses
de diciembre a mayo.
51) !Establecer fueries safio
ckll'1es y multas para 105 que incurren en el delito de vio– lar esas di~posiciones.
Señores Diputados, entien·
do que hay un proyecto de ley que fegul~ la caceria y que Yil! está preserdad@ <!
la A¡;¡¡mblea Legislativa para
su tramitaci6n. Por favor, si eso es cierto, tramíienlo rápidamente, háganló ley de
1<1 República, y tomel'i por fao
VOl' en consideraci6n las su– gerencias que este viejo se permite hacerles hoy. 'j'@t':lavía iUI es ~¡¡i'de. !!tepi–
¡@, ~y~ e~~®f{j el'le@i1~r€lr
~22-
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