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pi aduciendo grandes esttogos en lu Hubo episodios tristísimos de ese

7 engo que bajar en mi memoria con la hebra de estos Cabos que ocuparme de mi propia

persona. Estaba yo recién casado y me venía el primer hijo que es hoy Pablo Antonio Cuadra. Mi casa que era de dos pisos estaba por ello más expuesta al tiro de los cañones Para evitar la fuga de los liberales, se pusieron preso a muchos de ellos El Coronel Ubaldo Chávez, que ha– bía quedado muy amigo mío desde Bluefields y que estaba haciéndome ciertas mejoras en mi casa acompañado del carpintero Julián Gorda, me pidielOn refugio y se los dí con la mayor voluntad Pero tenía que abandonar la caso por el peligro y llevar a mi esposa a porte menos

peligrosa Manejábamos un bufete bien surtido de conservas que le enviaban a mi mujer sus padres de León Ella llamó a Ubaldo Chóvez y a Julián Garcia y les dijo' Aquí quedan ustedes en la casa, tomen la llave de ese bufete y ahí hay galletas y conservas, consúmanlos sin cuidado y cuídenme yo que tienen que quedarse en esto coso Ellos recibieron el encargo plenamente satisfechos y los dos fueron mis amigos hasta sus muertes de uno por uno en uñas muy poste

riores

Mi esposa se hospedó en la casa del Glal. Fernando Solórzano boja de techo y por ello menos arriesgada Sin embargo en la esquino de esa mismo calle cayó una bomba que dañó fuertemente a una familia desbaratándole las piernas a un niño de diez años.

Cuando calcularon los del Estado Moyor que el ánimo de los defensores de ManaguCl

estaría ablandado, enviaron al conservador menista Alejandro Arcia para intimamos la rendición.

Se le recibió y se le dijo que alli haríamos la resistencia hasta el último momento y si era necesario

pelearíamos casa por casa

Pero tuvo Arcia varias conversaciones íntimas Con el Presidente don Adolfo Díaz y el

Gral Emiliano Chamorro Sospecho, nadie me lo contó entonces ni después, que consideraron que en caso de un desastre nuestro se adelantaran las tropas menistas comandadas por Thomas

en las cuales militaba Arcia, para ocupar la Loma y salvar la hegembnía conservadora El Grol Fernando Elizondo, conversando conmigo sobre este punto me confirmó mi sospecha porque me

contó haber recibido instrucciones muy íntimas del Gral Emiliano Chamarra, para entenderse en el último extremo de la batalla con el Gral Dionisia Thomas entregóndole la Loma y aún la po–

tente guarnición que en ella estaba.

El bombardeo riguroso y metódico duró tres dios población civil que abandonaba la ciudad llena de pániw bombardeo Me detendré en algunos detalles

El COlOnel Pedro Chico de GlOnada, homble valeroso y fuegueado mandaba una ala de la

defensa costa del lago en la Quinta Nina Rechazado el enemigo después de tres asaltos con– secutivos el COlOnel dejó el mando a su segundo, y vino a la ciudad para visitar a su novia una señorita Guillén de Granada, muy bella por cierto El hombre que había salido ileso en el fuego

feroz de toda la mañana, estando en medio de la familia Guillén, en la placidez del amor, llegó una granada hizo la explosión sobre de ellos y mató al Coronel, a su novia y a otra igualmente bella de las señoritas Guillén

Estando en la casa Presidencial al medio día reunido todo el gabinete, el Presidente Díaz y el Gral. Chamarra hablando por teléfono con diferentes guarniciones de la resistencia, mi her– mano Pedra Rafael, conversando conmigo cerca del teléfono y el Ministro de Relaciones don Diego Manuel Chamoflo sentado en el escritorio del Presidente, entró una granada, estalló sobre nosotros, hizo pedazos el teléfono produjo varios agujeros en el escritorio, y se nos vino parte del techo encima Sin embargo, todos quedamos ilesos Aquí tuve un incidente personal, un pe– dazo de viga me golpeó seriamente en lo espalda y yo me creí herido, pera poro cerciorarme y por miedo a hacer un papel ridículo entre tontos valientes con mucho disimulo me metí la mano bajo la camisa palpé el golpe, y vi que no había sangre, y saqué el pecho fuera como cualquiera de los otros valientes.

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