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ca que deben cr~arse lasas más alIas de Inversión para lo–

grar un desarrollo estable; o, más precisamente, que

debe llevarse adelanle la revolución agricola con mayor vigor, para que lodo el ~roceso de desarrollo no quede malogrado por falla de allmenlos.

Si el único obielivo de la Unión Soviélica y de los

Estados Un'idos fuera ayudar a esas naciones a lograr su

desarrollo conslanle, los paises más adelanlados deberían

poner en práctica un programa coniunto que constaría de tres partes: primera, ofrecer amplio capital a las regiones

.ubdesarrolladas; .egunda, brindarles ayuda para incre–

mentar la producci6n agrrcola; tercera, adoptar medidas que estimulen a los políticos de .cada nación a concentrar

IU labor en el desarrollo económIco.

Los Eslados Unido. lendrían que aceptar la idea de

que su obietivo principal en esas regiones sería constituir

estados independientes, modernos y progresistas, sin el compromiso de formar alianzas militares. Tendrían que reconocer el derecho de cada "ac¡6n a decidir la propor–

ción enlre lo que queda a cargo de la empresa privada y

en manos del estado y, en todos los casos en que se tratase seriamente de lograr el desarrollo económico, abstenerse de imponer la adopción de normas norteame– ricanas de organización como requisito para obtener prés–

lamos. Tendrían que aceplar el hecho de que el proceso

democrático es una cuestión de grado y de dirección, y

no esperar que sociedades que atraviesan un período de transición florezcan inmediatamente en formas de orga

nización polílica similares a las de los Eslados Unidos y la Europa Occidenlal. Tendrían que ofrecer préslamos subs– lanciales a largo plazo, y asislencia lécnica con la cual los encargados del planeamienlo en cada pals pudieran con–

tar, por ejemplo, por un ,período de cinco años. La poli..

lica de los Eslados Un'idos de los úllimos años se ha

venido orientando en ese sentido.

¿Y la polilica sOviélica? Excepción hecha del caso de China y la Europa Orienlal, lo que se espera de Moscú es que haga un viraje en su polilica. El grueso de los

empréstitos soviéticos se ha localizado en contados paises:

Eg'iplo, Siria, Iraq, Afganislán, Yugoeslavio y la India. En cada uno de ellos, excepluando la India, la Unión Sovié·

tica ·persigue obietivos claros, a corto plazo, aienos a la

promoción de un mayor Indice de desarrollo. Según las Informaciones disponibles, la planla siderúrgica inslalada en la India y la aslslencia lécnlca soviélicas han sido efi–

Caces y provechosas. Pero el programa de asistencia eco..

h6mica lendria que ser subslancialmente modificado si Rusia fuera a echar las bases de un serlo esfuerzo de co– laboración con los Eslados Unidos para ayudar a las regio– nes subdesarrolladas.

LIBERTAD O COMUNISMO

Es noción general entre los comunistas de las regio– nes subdesarrolladas, que sólo una dictadura comunista el capaz de superar las resistencias psicológicas y sociales que le oponen a la modernizaci6n, y de promover un

d."rrolJo económico conslanle. En Occidenle, por el

contrario, creemos que los problemas de las etapas pri ..

mltiva y de aceleración pueden superarse sin el sacrificio de la Iiberlad humano que exige el comunismo.

No quiero discutir si hay uno o muchos caminos hacia

el socialismo. Pero puedo asegurar que h~y muchos ca. minos hacia el desarrollo económico. La coexistencia

exige que se deje librado el resullado del debale ideoló– gíco o los proceso. hislóricos de cada una de las socieda– des y que se les deje resolver sus problemas poniendo a

su disposici6n ca.pital y asistencia técnica sin compromisos

mililares y políticos.

Esfo no es fácil, como bien sabemos. Grandes fller– zas actúan sobre los gobiernos de la Unión Soviélica y de los Eslados Unidos obligándolos a considerar a las zonas subdesarrolladas no sólo por su desarrollo económico, sino lambién por su imporlancia estralégica y milllar. En el caso de los Eslados Unidos, por ejemplo, uno gran pro–

porci6n de nuestra ayuda, durante los últimos años, ha sido militar, y otorgada no porque nos guste suscribir paca tos milita.res, sino debido a la guerra de Corea. Es un

hecho hislórico que las lineas de Iregua demarcadas des– pués de la Segunda Guerra Mundial fueron violadas en

Corea por fuerzas armadas organizadas, y es base esta~

blecida de la polilíca de los Eslados Unidos -que espero

5e mantenga- tomar todas las medidas necesarias para proteger esas líneas de tregua. Es asimismo un hecho histórico evidente que dichas Irneas atraviesan varias de las

regiones subdesarrollados, dándoles un carácler eslralé– glco y complicando los problemas de la compelencia ideológica pacifica y del desarrollo económico propiamen– te dicho. De esle modo, si bien podemos adelanlar algo hacia una politica lendienle a mejorar 1.. condiciones de vida en las regiones subdesarrolladas y esllmular su pro– greso, lo mejor que podrian hacer la U.R.S.S. y lo. EE. UU. en favor de ellas es poner fin a la guerra frIa y la carrera

armamentista para asegurar una paz duradera.

Llego, por consiguiente, al tercero de mis temas: la

relación entre el conceplo de las elapas de de.arrollo y el problema de la paz. La Unión Soviética, la Gran Brela–

ña, los Estados Unidos, y ahora Francia, tienen en sus manos -y pronto las tendrán otros países- armas cuyo .poder destructivo supera enormemente a todo cuanto an– tes S8 conocía; pero el empleo de esas armas significa el

riesgo de causar la deslrucción de quienes 1.. usen y del reslo del mundo. Además, las grandes polencios actúan

con gran moderación respecto de las naciones cuya capa–

~idad militar no puede compararse con la propia. la pa..

radoja de las armas atómicas es que concedén a las potencias menores cierto margen de negoclaci6n que no

habrlan lenido si la lécnico de la fuerza milllar no hubiera

avanzado últimamente en forma tan colosal.

Tito comenzó a explotar en cierta medida esa para·

doja cuando desafió con éxilo a SIal in en 1948. Pero en

forma diferente y en terrenos tam!Jién distintos, Nehru, Nasser, Ben.Gurion, Adenauer y muchos otros han encon~

Irado la manera de explolarla denlro del mundo no comu· nisla. Y Mao y Gomulka, igual que Tilo, lo han hecho en

el bloque comunista. En resumen, sociedades todavía en

la elapa de ·fransíción (como Egiplo) o en la primera fasa de lo de aceleración (India, China y Yugoe.lavia), han lo– grado actuar en el mundo de la diplomacia como si fueran grandes ,polencias. El hecho fundamenlal acerca del fu–

turo en esta materia es que se recorrerá más rápidamente

la elap.a de Iransición y el comienzo da la de aceleración en las regiones meridionales y en Chína. Acéplese el inlervalo de 60 años que he calculado enlre la elapa de

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