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« Previous Page Table of Contents Next Page »cho de que el desarrollo llega a coslelrse I si mismo.
Aumentan las inversiones y $8 mantienen por encima del 10% neto, suficiente para superar las necesidades resul ..
tantes del incremento de la población y para hacer perma–
nente el aumento de la producción per cáp'lta.
A la eta.pa de la aceleración sigue la de activa con·
salídación, período en el que la sociedad aplica en forma
efectiva toda la lecnologia moderna de la época a la ex–
plotación de sus recursos. Durante est. etapa nuevos ramos adquieren importancia como para subsliluir a los
esenciales de la etapa de acelerac16n. Después de la ex..
pansión de los ferrocarriles en el siglo XIX -con el car– bón, el hierro y l. ingeniería pesada como eje del proceso
de desarrollo- el acero, los nuevos barcos, los productos
qulmicos, la electricidad y la maquinaria.herramienta do·
minan la economía y sostienen la tasa de desarrollo.
Señalo las siguientes fechas aproximadas y sim– bólicas del arribo de varias soé¡edades a la madurez lecnológica: Gr.n Brelaña, 19S0;' Eslados Unidos, 1900; Alemania y Francia, 1910; Suecia, 1930; Japón, 1940; Ru– sia y Canadá, 1950. Eslas fechas dislan más o menos 60
años del cGmiel1zo de la etapa de aceleración, intervalo que considero apenas aproxim~do y provis~onal, a la es·
pera de un esludio más profundo.
HACIA LA MADUREZ TECNOLOGICA
Conforme las sociedades van hacia la madurez tec.
nológica, la masa obrera no sólo se aglomera en las ciudades, sino que aumentan los trabaiadores semiespe–
cia!lzados y los empleados; los ingresos reales y los niveles
de consumo se elevan; administradores profesionales re· emplazan a los aventurados empresarios que iniciaron esta etapa. Pero también se produce un cambio más
profundo. la genle reacciona contra la ruda labor que
exige la etapa de consolidación; empieza a tomar como
cosa natural el progreso y el desarrollo de la tecnología y deja de considerarlo un objetivo individual y social sa–
tisfactorio; y se pregunta c:ómo puede usarse la maquina–
ria industrial, perfeccionada y dolada de capacidad
intrínseca de multiplicar sus ganancias como en el inter~s
compuesto. Tres rumbos se abren ante una nación de
tecnología avanzada: la seguridad social y el ocio; la ex– pansión de su poderlo en el escenario mundial; o el gran
consumo con la difusión del automóvH
f
Ja vivienda cómo–
da y los ulensilios eléclricos que hacen la vida más fácil
e interesante.
La hisloria de los Estados Unidos en el siglo XX re· f1eja, en diferenles épocas, caracterlsticas de cada una de dichas posibilidades. Ah;mania, al alcanzar la etapa de consolidación cayó dos veces en la lenlación de expandir su poderlo mundial: y cuando el Japón alcanzó su plení. tud tecnológíca en la década de 1930, hizo lo mismo.
la Europa Occidenlal está realizando ígual experimento que los Estados Unidos en la década de 1920, cuando una de las posibilidades era el gran consumo. Y en el Japón,
en proporción menor, también ocurre algo semejante. Es·
la nueva fase de desarrollo ha dado a las economías de los países un impulso mayor que el previslo por los cálculos más optimIstas inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.
EI\ cuanlo a la Unión Soviética, en la década de 1920
reorganizó la sociedad que luego de la elap. de acelera– ción, enlre 1890 y 1914, habl. sido quebrantada por las terribles fuerzas desatadas por la Primera Guerra Mundial. Comenzó luego, en 1929, el avance hacia la consolida–
c¡6n, que se reanud6 con gran energía una vez reparados
los daños causados por la Segunda Guarra Mundial. Este
proceso coloca a la Un 'i6n Soviéfica frente a 105 tres cami..
nos que puede tomar toda sociedad tecnol6gicamente madura. O sea, debe decidir en qué proporción em–
pleará sus recursos para el ocio, para el gran consumo o
el incremenlo del poderlo nacional.
Mientras en la región noroccidental del mundo las elapas de desarroll!, han estado transcurriendo desde el final de la Segunda Guerra Mundial con relativo orden y
celeridad, otras zona' son teatro de un gran drama h1istó–
rico: grandes sociedades, que comprenden la mayoria de la ,población del mundo, aceleran su marcha hacia la ela–
pa de aceleraei6n, o la inician. México, Argentina, Bra–
sil, Venezuela y especlalmenle China e India eslán en esa situac'ión. Eslas sociedades deberán soporlar muchas vi–
cisitudes, pero creo que han echado las bases para un
desarrollo conlinuado. Nadie sabe, por ejemplo, la for– ma polllica que adoplarán China e India; pero, en general,
mantendrán tasas d. inversión que substandalmente
superarán las del crecímiento de la poblaci6n. En olras parles hay sociedades que alraviesan las últimas fases del periódo de transición: Irán, Iraq, Egiplo, Marruecos y va–
rios países latinoamericanos. Indonesia, Pakístán, Birma– nia, están sólo un poco más atrás, si es que lo están. No
creo que el comienzo de la elapa de aceleración demore más de una década en esos países. Al sur del Sahara hay sociedades, todavla en la elapa primiliva o tradicio–
nal, que necesitarán Un proceso prelim~nar más prolon–
gado.
TECNICA y DESARROLLO
Surge ahora una cuestión: ¿Es correcto usar este
concepto de las etapas de desarrollo, derivado de una ge–
rieralización del pasado histórico, para analizar los pro..
blemas conf,!mporáneos de las regiones subdesarrolladas? Mucho de lo que ocurre ahora es conocido para el hlslo– riador. los ,problemas técnicos de la elapa de transición
todav(a están cenlral'¡zados enva.us tres aspectos principa" les: capital para la infraestructura económicosocial¡ au– mento de las exportaciones y revolución tecnológica en la
agricultura. Las transformaciones psicológicas y soci,gles
que deben ocurrir son parecidas a las del pa.ado: la trans–
ferencia de la renta de la tierra ,g la índustria, el cambio
de aclítud de los campesinos y la preparación de nuevas clases dirigentes capaces de aplicar la lécnica moderna.
y puede verse otra vez que un nacionarismo dinámico,
ínclinado a tomar otros rumbos que los del desarrollo eco· n6mlco. es en gran parte la causa de los hechos .políticos.
Pero hay una diferencia técnica importante: la suma
de recursos tecnológicos a disposición de estas naciones
subdesarrolladas es mayor que nunca. Esta diferencia compfica el problema del desarrollo al mismo tiempo que ofrece la posibilidad de acelerarlo. Complica el creci– miento porque las lécnicas modernas de la medicina y la salubridad pública tienden a disminuir radicalmenle el In– dice de mortalidad, lo que aumenta el de crecimiento de la población mucho más que en e\ pasado. Esto signifi-
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