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después de almorzar a mediodía. Una ametralladora fue emplazada de modo que pudiera dispararse sobre ioda la ca– lle principal por la que se acercaban los oficiales y varios rifleros fueron estacio– nados en diversos puntos en la vecindad del cuartel, especialmente en el patio trasero que era espacioso y conectado con los pafios de las otras casas en la misma manzana y que ofrecía cieda especie de protección

Los disparos iniciales sobre ellos, -mientras se acercaban al cuarfe1-·-, fueron interpretados por los oficiales co– lno un aíaque de los rebeldes y continua– ron avanzando. El Oficial Comandaníe, Teniente Segundo G. N. George H. Adams, logró llegar al cuartel, vio a civiles ar– mados con rifles a quienes lomó por re– beldes y a tres guardias adentro a quie– nes ordenó que salieran a luchar, y fue eníonces que Se dió cuenía y comprendió la naturaleza del ataque que él y sus com~

pañeros oficiales habían sufrido, por lo que él y los otros dos oficiales se retira– ron a los cuadales de los MaritLos donde estaban dos de ellos apostados.

Desde esíe lugar se estableció un ti–

rafeo entre los tres oficiales y los dos Ma– rinos por un lado y los amoiinados por airo, sin resultados aparentes. El tiroteo, por ambos bandos, era mal dirigido y sin efeC±o. Los amotinados comenzaron en– tonces a tomar tácticas ofensivas y cuan– do hicieron un 11Lovimienio circular hacia el cuarlel de los Marinos, los cinco nor– leamericanos se tetiraron al ~ío Somoti–

110, al sur del poblado, y allí se :¡;epararoü.. Uno de los oficiales y tino de los alistados de la Guardia qUe permanecieron leales y con quien se había encontrado, procedie– ron a Villa Nueva para comunicarse por telégrafo con el Comandante de la Divi~

sión estacionado en Chinandega. Los afros dos oficiales de la Guardia; uno de los cuales era alistado del Cuerpo Médi– co de los Marinos, los otros dos Marinos y airo alistado leal de la Guardia a quien también habían encontrado en el carni– na, tomaron una posición defensiva en un cerrito a la ribera izquierda del río, a

10 largo del camino que va de Somotillo a Villa Nueva, creyendo que el grupo de amotinados habría de pasar por ese lu– gar. Esío resultó Ser un paso acertado y

una decisión afortunada pues fue el fac–

lar decisivo en la lucha que se entabló esa misma tarde y en la que los dos je– fes rebeldes fueron muedos, fracasando con ello iodo el movimiento.

Después del fracaso en el ataque a los oficiales de la Guardia y a los Mari– nos, los mnolinados dedicaron sus esfuer–

ZO$ al saqueo, tomaron :todas las armas,

incluyendo las automáticas y una ame±ra– lladora, las municiones y la ropa, incluso los efedos personales de los oficiales, que encontraron en el cuartel, saquearon al– gunas tiendas y residencias privadas en el pueblo y procedieron hacia Villa Nueva

Cerca de las cuatro de la farde se acercaron los amotinados al carrito, ocu– pado corno se ha dicho antes, y afacaron esa posición embistiendo con coraje la falda a pesar del fuego de rifle y de pis– tolas de los defensores Estos se mantu– vieron serenos y apuntaban con cuidado, dando por resul±ado que los dos jefes, un guardia amotinado y un compañero civil, fueron muertos y afro guardia de los amo– finados fue tan severamente herido que murió al siguiente día. Esto causó el to– tal desbarajuste del grupo, el que despa– rramó hacia la frontera, no pudiendo lle– gar a Villa Nueva, donde los del otro gru– po de civiles se quedaron esperando su llegada.

Es±e fUe un buen ejemplo del valor del entrenamiento y la prác:l:ica del tiro, el uso debido de la mira y el cálculo acertado de la distancia, lo que le valió a un pequeño grupo mal armado pero bien entrenado a propinarle una derrota substancial a un grupo mucho mayor¡ bien armado aun con rifles automáticos, pero que carecían de entrenamiento esen– cial para una buena puntería.

TflLPENECA - I

Cerca de las dos de la mañana del seis de .ocfubre de 1929, el Tenien±e Se– gundo G.N., Lewis H. Trogler, Oficial Co– mandante de la Guardia Nacional acuar– telado en Telpaneca, NUéva Segovia, fue baleado a muerte en eSe mismo pueblo por soldados bajo su mando que se amo– finaron. El motín fue cuidadosamente planeado y toda la guarnición estabé en– vueHa en él, aunque también habían al– gunos pariicipan:l-es indispuestos a ello

Un convenio escriio había sido ela– borado por el Sargento Primero Fernan– do Lados hijo, con1.O jefe, y por cinco aIras, convenio que fue firmado por ellos el 3 de octubre y en el que se estipulaba qUEl el Tenienle Trogler, que era el único oficial en servicio en Telpaneca, había de ser muerto y, a lnedida que las circuns– tancias lo permi.l:ieran, todos los afros ofi– ciales norteamericanos, como una mues– tra de su oposición a la "ocupación Ame– ricana" del territorio nicaragüense. To– dos los airas miembros de la guarnición, veinfitrés en tolal, firmaron el documento,

1.l11.0S voluntariamente, afros por :temor de su seguridad personal si rehusaban. En cada caso una señal fue puesto al lado de -48-