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CAPITULO V

MOTINES DE LA GUARDIA

y otros valores sufridas por la población civil en los pueblos donde la guarnición se amotinó, pues los amotinados saquea– ron las tiendas y residencias privadas an– tes de abandonar el lugar.

Debe hacerse notar que con excep– ción de. lo que ocurrió en Managua el 4

de abril de 1931 -donde se desarrolló una situación especial, que será descrita más adelan±e-.- iodos los motines iuvie– ron lugar en territorio infestado por los rebeldes, .en sitios aislados del país, en los que el servicio rutinario era extrema– damente arduo y en los que muy poca, si no es ninguna, recreación proveía el ne– cesario escape a las energías de hombres naturalmente excitables y emocionales con muy poca experiencia militar y dis– ciplina.

Poco después de mediodía del 8 de enero de 1928 tuvo lugar la primera re– vuelta de léi reci€m organizada Guardia Nacional, cuando una parte de la guar– nición de Somo±il1o, en la sección norie de Chinandega, en un puesto aislado co·

mo a setenta millas del ferrocarril; cerca de la frontera de Honduras, se amotinó. Nueve de los alistadas y un número de civiles de la localidad se vieron envuel– tos, mientras el resto de la guarnición, una media ¿aqena de hombres, perma– neció leal, mas habiendo sido sorprendi– dos y estando incapacitados de coordinar sus movimientos en defensa del puesto o de los oficiales, se desparramaron por los montes y permanecieran escondidos hasta que el motín había cesado.

El jefe de la revuelta, Cabo Manuel Chaverti, se hizo General y ascendió a un soldado a Coronel Fue sin duda alguna un movimiento bien planeado y el resul– tado de uIta conspiración entre los jefes rebeldes y sus simpatizadores civiles. Dós grupos de esíos civiles Se habían orga– nizado, uno en Somotillo para ayudar a los Guardias amotinados a matar a los ofi– ciales, saquear el cuartel y el pueblo y transportar las armas y municiones y olro en Vjlla Nueva, un pueblo a nueve millas al Este Se tenía planeado que éste gru– po engrosaría el primero una vez que Jle– gara a Villa Nueva y juntas, procederían a unirse a las tropas rebeldes de Nueva Segovia.

La revuelta comenzó cuando los tres oficiales de la Guardia volvían al cuartel

Durante el régimen de cinco años y

iete meses de control de la Guardia por

,1 Cuerpo de Marinos, ocurrieron diez ca– ·05 de mofines o acontecimientos que >ueden ser considerados corno iales. To– los tuvieroh un carácter local, sin co– lexión alguna con otros puestos y, con a excepción de los motines de Somotillci

In Enero de 1928, de Somoto el 8 de Di– :iembre de 1930 y de Quilalí el 11 de lbril de 1932, en cada 'lino de los cuales le manifestó la influencia rebelde, todos Jueden atribuirse a fadores internos de :ada puesto en particular.

En sólo cinco casos puede decirse con :erieza que los planes se desarrollaron :on más de un día de anticipación Tales :ueroll. los moHnes de Somofil1o, de Tel– Janeca el 6 de oefubre de 1929 y de nue–

vO el 21 del mismo mes y año, el de So– :nol0 y el de Quilalí. En un sólo caso, :!l del Jícaro el 18 de abril de 1930 -que [ué la acción de un hombre 5010- 'los planes fueron elaborados el luismo día Los otros casos parl;!ce que fueron espon– táneos, sin previo planeamiento, y lleva– =los a cabo en el calor de la excitación o

ta ira

Además de los diez casos arriba men– cionados, hubo ±an.bién lín número de quasi amotinamientos, los que fueron im– pedidos de tornar Serias proporciones por su pronto deScubrimiento y la rápida acciÓn de parie de los oficiales Estos se basaban en algunas quejas de supuestos daños, que directa o indirectamente se– gún el caso, provocaron una explosión de ira y de insubordinación de parte de al– gunos de los alisiadas; cuyas característi– cas raciales y su ignorancia fueron la cau– sa primordial para sus aefos, y por las mis– mas razones, les permitía olvidar pronta– mente sus agravios y continuar sirviendo a la Guardia con fidelidad

Corno resultado de los diez casos a que se ha hecho referencia -y que serán descritos brevemente a continuación– siete oficiales, dos de los cuales eran ofi– ciales del Cuerpo de Marinos y los otros simples comisionados, perdieron la vida; dos oficiales fueron capturados y hubie– ran encontrado una muerte segura a ma– nos de sus captores si no se hubieran es– capado; además grandes cantidades de propiedades del gobierno, iales corno, amefralladoras, armas automáticas, rifles, granadas, municiones y toda clase de pro– visiones Se perdieron. En unos pocos ca–

SOS hubo pérdida substanciales de dinero

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SOMOTILLO

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