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1727

c4~e~il1ato áel ,ª"bernc,áo,.

epoCJeáa 11 CJ:liCJaáeH'eira

ci~ proveído en 23 de AgoB:l:é> de 1721, eri.~

iro a sucederle Poveda 'y' Rivadeneira en

1722~ Par~ éste Sargenf:o-Mayór de Bata– lla, este ~':l0 de. ~u prim~r'.~?bienio f.ué de grandJ.slIna dIbcuHad, "PUeS corno dlee el historiador, "se encontraba. Nicaragua corno en el centro de un incendio", ya que ian:l:o por el lado de Honduras corno por el de Costa Rica, se hacían sentir con fre~

cueneia y con gran encanlÍzamien:l:o las hosiílidades de los :l:erribles mosquitos. A ioda.s éstas desesperantes inquietudes, el GobIerno de Poveda y Rivadeneira hizo

frent~ con, dec~ión, con valo~ y con pru– denCla, mas, SIn embargo, fue víc:l:Íma de desafeC±os y de in:l:rigas en su con:l:ra :l:an– fo por los indios corno por el Cabilclo de Granada; según lo dice García Pelaez· las que, si bi~n no luvieron fundamen:l:o ~in­

g~no ni a±.endidas por los superiores del relIlo, ceSó en el ejercicio de su bien admi– nistrado dés:l:ino.

Le sucede don Tomás Marcos Duque de Estrada, que por real· Cédula de 1718

dese~peñaba el cargo de Corregidor de Subhava con la ~acul±ad de designar per– sona que le sustituyera cuando no pudie– se seguir desempeñándolo. Por esta ra– zón al entrar al gobierno de la Provincia designó para ese corregimiento a su cu~

ñado don Vicente Luna y Victoria.

Es aquí precisamente con es:l:e nom– bramien:l:o donde se trazo tal vez por la mano del des:l:ino el fín funesto de la vída de Don, Antonio .Poveda y Rivadeneira¡ ya que mas tarde lba a ser, sobre quién re– caería, la injusta venganza que se había tramado contra las decisiones y rigores .del nuevo gobernador.

Lo que sucedió después con el nombramiento de Luna y Victoria como Maestre de Campo.

Ya en el año de 1725, habiendo que reponer al Maestre de Campo del fercio de la Provincia don Diego BIas de Somarriba fué ascEmdido a ese cargo el mismo Corre~

gidor don Vicen:l:e Luna y Vicioria. Es±e

nombramien~o heche: por el Capitán Ge– neral del Relno por Influencia del Gober~

nadar Duque de Estrada, provocó una. se~

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~ra uno de los más benéficos que tu– vo NIcaragua. "Dis:l:inguiose por la activi– dad en el desempeño de sus deberes, mo–

derac~ón de su carác:l:er, prudencia en el n:ane]o de los negocios públicos e impar– CIalidad con que procedía en todos sus actos". .

G Dos v~ce~s desempeñó el alío cargo de obernador de Nicaragua. Fué la prime–

r~ vez, cuando habiendo cesado de su des– ilno c;1e. G6ben:ador ,don SebaSjiián de Araneil:>la y Sas1, segun au:l:o de ',residen-

¿Más, quién era este Gobernador?

En este año de 1727 abre el nuevo León el tercer magnicidIo que puso su ro~

jo principio el duro acero de la espada de Pedrarias Dávila haciendo rodar par el suelo de León viejo, la cabeza de Franci.$– ca Hernández de Córdoba.

El magno fundador de León y de

Gra~:="dél: c;:áe bajo el peso del férreo puño del arhbce de la obra de España" que inflexible ante la rí.gida 'frialdad de BUS

resoluciones no sentía estremecimientos de piedad, y Le9n, que guarda en su pri– mera Catedral "su corazÓn desarraigado de todo cuanto amaba", sígue la trayecto– ria de su ~qmbra como ejecutora de su própiarebeldía. .

El 26 de Febrero de 1550 el Príncipe de la Iglesia nicaragüense, el TImo. Señor Obispo Fray _Antonio de Valdiviesó cáe mueito a puñ8.ladas en su propia qasa del mismo Leórt viejo, por la satánica mano del vil Hernando Contreras. "Las Nuevas Leyes" por medio de la Audiencia de los Confines despoja a ,Rodrigo de Contreras de su gran. rebaño de indios esclavos, y la rebelde Ira de los Con:l:reras, de inme– diate> se desa:l:ó contra el que era el más acendrado defertsor de los indios. Después, den:l:to del puñado de años que marca el registro del tiempo, se 11e– g!'l el 7 de. ~ulio de 1727 en que se perpe– :l:ua el asesIna:l:o del Gobernador de Nica– ragua Don Antonio Poveda y Rivadenei– ra, en la casa del Ayuntamiento del nuevo León.

La sombra de PedrariCls.