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QUILA ti

salió ele la covacha y cord6 hada si mon– ±e, donde le dispararon y lo hirieron. Levonsld se encamin6 a la a1T\etralladora pesada Browning que allí estaba empla– zada y al llegar a ella, el alistado Juan

R. Pantoja le disparó su rifle auiomático Browning y le mat6.

Aparenfe1T\ente, ninguna violencia se lntentaba en contra del Teniente Levonski, mas a medida que ocurrían los hechos el motivo de los hombres cambió y Levonski fue la víctima de la pasión y la excita– ción del momento, posiblemente por ne– garse a entregar al Tenienie Reyes cuan" do se le exigió, y posiblemente por razón de su iniento de dalener la insurrección con el uso de la ametralladora pesada Browning contra los arnotinados.

No todos los alistados de la guarni– ci6n participaron en el motín. Unos se escondieron en las trincheras; el radio operador perznaneció en su caseta ±ratan– do de llarnar e inforznar a Puedo Cabe– zas de lo que estaba sucediendo, sin lo– grarlo; el cocinero se escondió detrás de unos racimos de bananos; y aun otros 'se corrieron

Los quince amotinados saquearon el cuadel y se fueron río arriba, hacia el Oeste, en dos botes, llevándose las ar:rnas automáticas, una gran cantidad de mu– niciones, de granadas y de provisiones y forzaron a irse con ellos a unos pocos guardias, los que huyeron a la primera oportunidad, y a la "querida" del Te– nien±e Reyes.

Se declaró por una junta investiga. dora que "el motín no se debió a ninguna faHa, negligencia o deficiencia de parte de los oficiales envueHos en el suceso, y de que no hubiera podido ser evitado por ninguna acción que hubiera podido to– rnarse en ese momento",

El 21 de abril, los amollnados, jefea– dos por el Sargento Jiménez, ascendido a Coronel por los rebe] des y acompañado de treinta de ellos, volvió a Kisalaya y emprendi6 un ataque coira la nueva guarnición. Fue repelido con éxito y du– rante el combate el Sargento Jiménez perdió la vida.

Agentes rebeldes y sus simpatizado– res en Quilalí, fueron los insfigadores de un plan para provocar un motín en aquel lugar de Nueva Segovia, el 11 de abril de 1932. Este puesio era el más alejado de Oco±al, en una región de lo más monta– ñosa entre Nueva Segovia y Jinotega, re– gión continuamente infestada de rebeldes,

El plan se desarrolló con la ayuda de Reyes ires- guardias de la guarnici6n de Quilalí.

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KIISAI..AYA

A las 4 :30 de la tarde del 4 de abril de 1932, ocurri6 un motín en Kisalaya, De– partamento de Bluefields (ahora Depar– tamento de Zelaya) en el que el Oficial Conmndante, Teniente G. N.' Charles J. Levonski, -el mismo que estuvo prisio– nero en el segundo motín de Telpaneca-, fue muerfo, y el Teniente G.N., Carlos Re– yes, segundo en el mando y el único otro oficial presente, fue herido.

Esa miszna mañana, el Comandante Departamental, Capitán G.N., Orrel A. Inznan había llegado al puesto, pagó a la guarnición e hizo una inspección. En– contró todo satisfactorio, a 16s hombres alegres y aparentemente contenios A la

1 :00 p.m., salió para Puerto Cabezas, su Cuartel General, por avión.

Durante la tarde se hizo una disiri– bución de ropa a los alistados. Era una cantidad limitada, traída esa mañana por el Oficial Comandante, e insuficiente para suplir a iodos los hombres. De confor– midad, los oficiales la repartieron entre aquellos que conslderaron estaban en ma– yor necesidad. El alistado Pablo P. Sal– merón no quedó satisfecho por no haber recibido ninguna pieza de ropa y pro– nunció frases irrespetuosas contra el Te– niente Levonski, quien orden6 su confina– miento

El Teniente Reyes pasó esas instruc– ciones al Sargento Sebastián Jiménez quien se insolentó, rehus6 obedecer y di– jo que Salrnerón tenía la razón. El Te– niente Reyes le dijo que él también que– daba arrestado.

El Sargento Jiménez corrió al cuartel

y regresó con una ametralladora sub– Thompson y ordenó que todos los hom– bres sacaran sus armas y tornaran posi– ciones en las hincheras alrededor del cuartel Y así lo hicieron

El Teniente Levonski, mieniras tanto, le preguntaba qué pasaba. El Sargento le replicó que quería mafar al Tenien±e Reyes, -el que había desaparecido en la covacha- y le exigió se lo entregara a lo que aquél se negó. El sargento insis– iió en decir que no' pretendía causar nin– gún daño al Tenienie Levonski pero que

sí inien±aba ul±imar a Reyes.

En este momento el Teniente

El 1enieníe Pígg es±aba recién lle~

gado a la Guardia y no enfendía ni ha– blaba el español muy bien, así que es posible que él no haya comprendido la situación original y que sus acfos subsi– guientes fueran basados en información inicial errada, la que en su modo de pen– sar jus±ificaba sus acciones.