This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »}.>arar los ±res tl.ros ai aire. El Capitá.n Selby fue herido y muerto insian.tánea– mente.
El Gen±inela en cuestión se había ausentado antes de la partida de la pa– trulla de Jinotega para evitar salir con ella y sólo se presentó en el Comando cuando creyó que aquella estuviera lejos para que fuera ordenado agrega! se a ella Sin embargo, para evitar el castigo, se comprometió alcanzarla y reunirse a ella, y así 10 hizo Estos incidentes no parece hayan fenido; relación alguna con el dis– paro al Capitán Selby, mas indican el ca– rácter del iI).dividuo La investigación que se siguió demostró una aparente falta de premediiación de parte del centinela. El era un nativo analfabeto, de limitado enlrenamien±o militar y experiencia y ba– jo las circunstancias parece que haya es±a– do bajo tensión nerviosa y creyendo que eran bandidos los que se acercaban dis– paró sin pensar en las órdenes recibidas o en 1 a posibilidad de que las personas que se acercaban no fuesen bandidos.
EL JrCARO
Un. moiín singular fue llevado a ca– bo por un solo hombre -el Cabo Simón Or±iz Morales-, en El Jícaro, Nueva Se– gavia, la noche del 17-18 de abril de 1930
en el que resultaron muertos el Capitán G N. Veryl H Darf± y el Tenienfe James O. Young y gravemente herido el Sargento G.N. Rodolfo González.
El Cabo Or±iz se sentía molesto par la reciente reducción en rango que había sufrido -de Sargento a Cabo- por malé¡. condUCÍa. El 17 de abril estaba aun fun– giendo como Sargento de Guardia y fue descubierto por el Sargento González bajo la influencia de licor. Ortiz fue retirado del puesto por el Teniente Young y sin duda alguna temía que iba a sufrir una mayor reducción en rango. Además, Orfiz tenía cieria enemistad personal con González y los sucesos del día 10 encen– dieron en cólera y amenazó con violen– cia al Sargento González quien lo denun– ció al Tenien±e Young. Por esta razón y por mofivo del estado de ebriedad de Orfiz el Sargento González fue ordenado que durmiera en la pieza siguiente a la covacha de oficiales.
El hecho de que Orfiz estuviese bajo la influencia de licor no le impidió la for– mulación de sus planes. Mas nunca se sabrá cuáles fueron sus verdaderas in±en– ciones y contra quién de$Elabavengarse, esto es, si su objetivo era matar al Sar– gento González solamente, si deseaba ul±i~
m.ar a los oficiales estacionados en El Jí–
caro, o si pretendía ul:timar a los oficia-
les y a donzález. Parece, sin 0lnbargo, en vista de los sucesos, tanio antes corno después del moiín, que el Sargento Gon– zález era la víctima y que la muerte de los oficiales no fue intencional sino acci– denial al cruzar ellos ia línea de fuego.
Durante ese día Ortiz había escondi– do un rifle en un lugar secreio del cuarto de lefrinas, cerca del: cuartel y corno a las 12:45 a.m., se acertó al emplazamien– to de la ametralladora pesada Browning, de donde, sin oposición de parte del cen– tinela, quifó la ame±ralladora y la empla– zó en la calle frente a la covacha de ofi– ciales. Cerca de media hora después abrió fuego sobre la puerla y ventanas de la pieza donde dormía el Sargen10 González Algunos disparos a±ravesalon las ventanas de la sección de ofitiales del edificio y oiros dieron contra las paredes de una casa vecina.
Como el Sargento González saliera a invesiigar la causa de los disparos, fue herido El Capi±án Dadt y el Teniente Young se levantaron Y' creyendo, sin du– da, que se trafaba de un ataque rebelde, se armaron y salieron a inves:1igar
Al salir por la puerta de la covacha fueron barridos por una ráfaga de la ametralladora. El Capitán Dadt murió inmediafamente, el Teniente Young so– brevivió hasia las 7:40 de esa misma ma– ñana.
Duran±e los disparos, aunque habían centinelas de guardia en el cuáriel, oiros guardias se lavan±aron al oír el ruido y salieron a tornar posiciones, m.ás nadie hizo ningún intenio de poner fin a aque– lla siiuación. Todos se aiontaron y per– manecieron inmóviles Guando un bien di– rigido balazo hubiera sido el medio ade– cuado de salvar la vida de ambos oficia– les. Los disparos de la ametralladora fueron permitidos continuar hasta que fi–
nalmente el Cabo Orfiz los suspendió pa– ra quitarse el zapato y el calcetín de un pie y tomando el rifle que había escon– dido y el que había fraído consigo junto con la ametralladora, se disparó un bala– zo en la sien tirando del gafillo con el dedo gordo del pie desnudo.
Debe decirse que cuando Orfiz fue primeramente reducido en rango por ma– la conducfa, debería haber sido transferi– do a afro lugar en vez de dejado en El Jícaro donde había muy poco o ningún enireteniInienfo que lo aniInara, 'ir donde seguramente perdería prestigio anfe los afros hombres de la guarnición y:. donde, por lo menos, no estaría :contento. Al ofrecerle una nueva oporfunidad de reha– bilitarse en otro puesto, se hubieran salva– do él V los oficiales que murieron a sUS manos.
-52-
This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »