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de pOs~rl(:> pGr lo fZilJaatl, en ~ru~1 pyrla, Ip llevaban a lo cár:cel, de r:Jof1de '10 salía él ~qíó $i–

guietltf' si .fIÓ pagapp una f.u.ertf! mliltp~

En ese año vivía en una esquina, hoy trasera del hermoso edificio .del cole,gip de Máría Auxiliodora don t=nr·ique Guzmán, acompañado de don Fruto Chpmorro fste ero c(!Jsado con

Bernob.e/o Irribprren, hijo del pr.imer matrimonio de la esposa de don Enrique; y del famo.so p0ef¡¡¡ lveJn Irrib¡¡¡rren, cantor inspirodo y noble de la gesta d.e la lucha contra Walker: :D~:>graciado­

mente no hay un tomo de esa sonora, armoniosa y patriótica poesía.

En le esquina diagonal donde antes fuera el templo de San Sebastián, vivíamos .encasa edificada sobre solar sagrado, mi hermano Miguel con su familia y yo con mi hermtma Isid%.

En ./ 0 otra esquino paralelo vivía Narciso Arel/ano

Todos las noches, antes del toqve de queda, don Enrique Guzmán, don Fruto- Chamarra, Narciso Arel/ano, llegaban a formar tertulia, con puerto cerrada en la cosa de mi l1ermano ,Mi– flliel. Amenísima e instrvctiva resultaban poro mí aquellos sesiones de sabiduría política, de comentarios históricos, de ingeniosos reporos o la actualidad, ql,le yo el más joven pbsorbío con avidez Muy rara vez me atrevía a interrumpir lo charla con .una investigadora pregunta.

bah Enrique Guzmán l3ermúdez me dijo que él np había dejado de tener cierta sorpresa de ver que no soltara d volar ese recuerdo en mis Cabos Sueltos Coht~sté a don fririqJe que la

intención de mis Cab(Js Sueltos, tal vez demasiado atrevida, era dar lecciones a la juventud so–

bre las COsas tristes de nuestrO pasado políti~o, y que por muy hondo que cdlar~ en mi sér. él' re– cuerdo, se quedabá atado eh mi intFJ/~gencia, si nO le veía clara la lección que se podro deducir de

su relato ' .. ,', .'

Casualmente hace muy poco termihé ae leer un estudio filosóficp magnífico intitJJlddo liLa Lecc;ód' de Fray Luis de León Fray Luis que tan grande éxito tuvo en la literatiird clásiCa .e.sPQñQla dsl ,siglo XVI, sent6 ttste prin,ci.oio.

i, Al q/.le ,escrib.e pdr.o sí mismo; I~ oaOlit~pe lo qué

,ocontfJcé ,o lo tierra que cuando ,,,~ pr,oduce trigo; da espinas'" fl c.qte9tÓti~6 pe ~qll1mQrl!:;CI fIJé une;¡ novedad insigne én la abundanCia ,dé su literatura r¡:ligi<?sa y profanó ,

Sólo medio Siglo había tr~nS~ufrido después de muerto Fray Luis de Leó",;cuQndo ,se le-, V('JI1ta en la litér.oturo el.FS§nix de los '.Ingenios, Lop.e de Vega, qUé ~s~ribé pora' sí, mismo Fray f..uis de /..eán, ,e$cribía poro él PúQ/i!:;o y lIf!vO o sus lectpres hacia Dios

¡ .

Lope de Vega escribe pOro >sí mismo y forma un dios personal, có"¡'pI6dent~ eon IQs pecar

dor~s Dice el autor fi/ósofanlJo I./.COn Lope de Vego, 'la no hay Dios

i

ni ,/ey.es; ni orden u"ir

ver»al, sino, mi dios, mis leyes y mi orden Sus obras no tienen un interés· getie;'a1h;in.o' pleho~

mente pe;$Ohál.

Así expliqué él dón Enrique el haber posddo por alto ese episodió que me fUé I,Jtilísiml!> po–

ro mi educación literario y política Pero después he meditado que es justo 'el f'eparo de' dOA Enrique, y hoy que puse allinal de mis Cabos Sueltos la reminiscencia sobre mi cuñada Merce–

ditas Zavdla, creo necesario, soltar, para conocimiento de mis lectores, algo de lbS- personajes de la tertulia, de sus conocimientos, y dé sus lecciones

De don Enrique Guzmán, el viejo, no necesit6 dar mayores explicaciones En RfVISTA CONSERVADORA se está publicando su diario, y todos saben en NicoragiJa él proceso de su

inteligencia en los vaivenes que le impuso a su pensamiento la reflexi6n y la experiencia [,.q f'1S-

piritualidad de su conversión, la brasa que en su alma encendió el santo Papa Pío IX Bella-mente lo declara don Enrique en un artículo, cuando fue proclamado el dogma ge la Concepción de María: Qué PontífiCe el tuyo, Madre Santísima! Ya todo el corazón de don, Enrique era prosa inopqgable

Don Fruto Champrroun personaje sencillo, a veces cándido en

Sl) alma, pasó des¡;ono–

cido por nuestra historia, y creo sin embargo que fue el superior en mente de IQs herrnqnos Cha– marra Bolaños. Fue educado en un colegio de Alsacia, cuando esta provincia ffOncesa ela tierrr,¡ ·de nadie. Recibió vna in.strl./cciÓn intensa. Há~/aba el. Francés, me;or quf'! el :E-~p¡;iñol y

hQbloba tánibiénel Inglés. Conocía toda la literatura francesa, 'Y ,se explóyaba en largor; PJ~rrQ-

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