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« Previous Page Table of Contents Next Page »dígnamen±e llevado por los hijos de un pueblO, es el de respetar y venerársu pasado en la conservación de sus reli– quias, dentro de la recia y varonil crea– ción del presente en que se vive. ¡Loor a los hijos del Laborío!
Su posición panorámica.
Forman "EL LABORIO" una serie de paisajes artísticamente bellos, pudiéndose decir que todo él, es una "sucesión de perspectivas ricas en color y en variedad"; inagotables e inconfundibles en sus tonos
'Y en sus f,orz:nas. . .
El palsaJe de este barno se ennque– ce con una infinita gama de verdes y de grises, en la cadena montaño$a o cordi– llera del Pacífico, que a guisa de fondo puesto por mano de adífice, surge al Sur– Oeste, en suaves y variadas ondulaciones. Son imponentes macizos de ella el "Ce– rro de Acosasco" y "Cerro Grande", que vístQS del atrio Sur de la Iglesia, o de la sala de la casa (reliquia) del Dr. J. Ve– nancio Berríos, "perfilan el horizonte bajo un cielo de húmedas ternuras".
El cerro de "Acosasco" fué ocupado por el PreSidente Gral. J. Santos Zelaya como Fodín, para amagar la ciudad con la boca de sus cañones y el calibre de sus amefralladoras en casos de revolu– ción. Caído el régimen de Zelaya fué desarmado por los Presidén±es conserva– dores, ocupán.dolo rnili±armente sólo en casos de emergencia y en amenaza para la ciudad. Volvió a convertirse en lugar de armas con bien montado cuerpo mili– tar en el gobierno del Dr. Juan Bautisfa Sacasa; pero no obstanfe, fué rendido sín ninguna resisfencia, al rebelde empuje del Gral. Anasfasio Somoza.
. Después de ésto quedó en abandono y cuando por todos se creía que iba a ser ocupado ese fresco y dominante lugar por sanatorios, por asilos o por cualquier otra obra en beneficio efectivo de la ciudad, volvió a ocuparse actualmente corno cuar– tel-prisión. Su aspecto de noche es afra– yente por la hermosa corona de luces que lo circunda.
A continuación de éstos cerros en di– rección Sur-Esfe, se exfiende la p1cmicie de colores finos y jugosos que parece que llaman COn voces entrañablemente hu– manas; en ella se retuerce en conqueto– nes jugueteos el inagofable y necesario río "Chiquito" que desde el año de 1892,
a~astece de agua a toda la ciudad. A la orilla de este río en dirección al Oeste existen "Tenerías" bien monfadas; estan– do.también a su vera; la famosa poza
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'La CU1tanca", apefecido balneario de los mu– chachos del ayer.
La Iglesia del Laborío.
Lo que fué el barrio del "LABORIO".
El barrio del "Laborío" fué o empezó por ser un pueblo de indios "naborías".
Este concepfo de "nabor~as" que se– gún el Diccionario de la lengua casfellana, "es el indio libre que en América se em– pleaba en el servicio doméstico"; fué la resultante de la gran lucha de criferios que acerca de la condición jurídica de los indios sometidos en América, se empezó desde los primeros momentos de la colo-nización española. .
Para unos, se debían conceptuar to–
rno esclavos; Pará otros, corno los teólo– gos- enfre los que sobresalía el insigne Padre de las Casas, debían ser respefa– dos en su estado de libertad. Triunfan– te este criferio, se violaba con la· prácti– ca y los hechos, y, aún la mísma legisla– ción restrictiva, a veces vacilaba, permi– tiendo que pudieran someterse a los in– dios en· ciertas condiciones, a esclavitud.
Más, a pesar de ésta controversia en– fre el d19spotismo y la justicia, fueron de– clarados los indios "vasallos libres de la Corona de Castilla". Sin embargo, ce– diéndose siempre a las realidades inevi– tables que presentaba la sociedad y la economía de los españoles habitan±es en América, se tuvo la debilidad o la inte– resada condescendencia con ellos, y se consideró a los indios corno personas "rús– ficas o miserables" necesitados de tufela y protección jurídica. Para esto se crea– ron "los repartimientos" y las "encomien– das".
En el "repartimiento" que primera– mente se estableció en la Isla ESPañola, iba unido a la imposición del pago de "un iribuIo" exigido por el propio Colón, en especie de convenio con los Caciques, lo que dió lugar al primer levantamiento democráfico en América del rebelde Rol· dán, caudillo de los españoles descon-
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