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nitivamente' concluída la obra de la revolución y simpatizaban sin reservas con el nuevo Presiden–

te Los agentes del doctor Madriz en San José de Costa Rica, que lo eran Salvador Cerda y

C1odomiro Urcuyo, me escribieron una carta noticiándome de la intención del doctor Madriz, de visitar Bluefields para entrevistarse con el General Juan J Estrada y /legar a un arreglo parecido al que hicieron en el año 1858 los Generales Martínez y Jerez, que dio larga paz a Nicaragua Me recomendaban que hablara con Estrada y les escribiera si aceptabiJ la propuesta Cumplí el en– cargo hablé con el General Juan J Estiada y manifesté a Cerda y Urcuyo que era grata la pro– puesta

Volvieron a escribirme del alto espíritu conciliador del aoctor José Madriz que pensaba poner dos conservadores eminentes en su ministerio, a Pedro Rafael Cuadra en el de, Hacienda, y al doctor Alfonso Ayón en el de Gobérnación, y avanzaban con la posibilidad de que s'e formó/a una Junta de Gobierno sui generis, bajo la Presidencia del doctor José Madriz, agregados el General Juan J Estrada,y Emiliano Chamarra Me entusiasmó la idea Esto Junta hubiera sido recono– cida inmediatamente por el Gobierno Norteamericano, porque estaba favorecida pOr la opinión del Almirante Kimbal/, jefe de la escuadra que bloqueaba los puertos de Nicaragua. Simpatizaba Kimball abiertamente con el doctor José Madriz. Pero pasaron días y días y el doctor Madriz no

se apareció por Bluefields Me pregunto siempre por qué abandonaría hombre tan inteligente como Madriz, proyecto tan feliz que hubiera suavizado el proceso de la intervención americana, que se hubiera encontrado fi'ente o lo unidad constructiva de todos los partidos y de todos los elementos valiosos de Nicaragua? Sería que lo intransigencia zelayista se lo impidió?

Lo ignoro, pero el abandono de esta. idea costó mucho sqngre, mlJcha ruina matetial y

moral a nuestra patria En ese tiempo, ya claro el fracaso de una conciliación ,entre Estrada y

Madriz, la Corte de Cartago quiso interveQir en favor de la conciliación y puso un telegrama pi–

diéndole propuestas al General Juan J Estrada Este contestó aceptando la mediación de la Cor–

te de Cart:ago sobre la base, de una elección completdmente libre, supervigildda por la propia Corte y por el Gobierno de los Éstado's Unidos Fue Id primera vez que apareció esa idea 'que es– taba destinada a realizarse transcurridos muchos años de lucha feroz, derramamiento de sangre

y destrucción. de la riqueza

Por estas circunstancias el General Estrada promovió una reunión amplia de toda clase c{e

elementos para resolver la actitud que debía asumir la revolución al ver al doctor Madriz total– mente absorbido por el zelayismo En esa reunión, y a petición del General Estrada pronuncié un discurso que fue decisivo en la unificación del ánimo revolucionario Versó en una glo,a de

las palabras del gran tribuno Cicerón, cuando Bruto, mostrándole el cadáver de Julio César le dijo Padre de la patria, Roma es libre ha muerto el tirano. Replicó Cicerón Ha muerto el tira–

no, pero la tiranía no Expliqué que era verdad que el doctor José Madriz no tenía alma de tirano, pero que le ahogaría el ambiente de despotismo que había creado como sistema el dictador Ze– laya Que el mismo doctor Madrlz sería víctima de ese ambiente, que no podía ser destruído .sino

en virtl.Jd de un antagonismo bien definido, ..y ql.!e esa sería la ob/a insigne de la revolución o me– Jor dicho de la Costa Atlántica sobre el total de Nicaragua

Tuve gran éxito en esa hora aflictiva, y en una franca identificación con Bluefields adqui– rí en 10 Costa Atlántica una sólido posición y mucha influencia para salvar las grandes inconfol– inidades de los costeños Se resolvió la inmediata movilización del ejército, el avance sobre el

interior, la invaSión sin pérdida de tiempo

El General Juan J Estrada había encargado al General José María Mancada que le es– cribiera uno orden del día, enérgica, elevada y sonora pala que se la leyeran o las tropos como una proclama del Jefe de la revolución El General Moncada olborotodo ya cO,n los menesteres militares de Jo movilización, tardaba en llevar el texto de la proclama y se impacientaba el General

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