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Estrada En es~ momento le dije, que si me lo permitía le redactaría yo esa orden del día. Que él leería mi trabajo, y que si lo hallaba bien le daríamos curso inmediatamente, que si no estaba

Q tono esperaríamos al General Moncado Me ordenó Estrada Redacte doctor Dicté a Rc¡Jdolfo Poessy que me servía de escribiente e hice un esfuerzo de una prosa expresiva y estimulante Me resultó el documento a satisfaccíón del Presidente Estrada. Entusiasmado ordenó que se sacaron

el mayor número de copias posible, y se mandaron al Rama para que fueran leídas a las tropas Desde ese día fuí en realidad aunque con alternativos de otras toreas el secretario privado del Pre– sidente Juan J EstJada.

Al día siguiente salí en el vapor Hendy acompañando al General Estrada para ciudad Ra– ma. Fue discutido por los jefes el modo de organizar el ejército para la invasión Se dispuso hacer dos fuertes legiones para que operara una, siguiendo el curso del río Siquia, 01 mondo del General Emiliano Chamarra La otra debía seguir )0 corriente río arriba del Mico, al mando del General Luis Mena El General Mancada siguiendo el extraño ritmo de sus aptitudes innegables, guardó la pluma y se fajó la espado para ser el segundo Jefe de lo columna del General Mena Terminaron las deliberaciones de los altos jefes y sonaron belicosos los clorines

PARA mejor desarrollo de mis recuerdos en REV1SrA CONSERVADORA, escribiré dos - capítulos, uno para seguir las hueJlas notables del General Emiliano Chamarra, y otra para marchOJ con los Generales Mena y Moneada.

El plan general que se resolvió fue que el General Chamarra, con ochocientos hombres, sol– dados magníficos, atacara vigorosamente a las tropas del Gobierno de Madriz, y penetrara en el pais lo más profundamente posible, para que siguiera toda la fuerza, y así permitir un avance es– tratégico de lo columna del General Mena, para apoderarse del departamento de Chontales Concluída la tarea de arado confiada al General Chamarra, él debía replegarse a Chontqles¡ y

poderosamente combinadas las dos columnas, hacer un solo empuje hacia la capital de lo Repú-

blica

El General Emiliano Chamarra cumplió brillantemente su cometido Sobre el río Siquia /legó hasta cerca de La Libertad, avanzó con coraje inaudito, dando batalla tras batalla victorio–

so siempre, y movilizando todas las tropas de Madriz detrás de él, como un meteoro posó por todo el norte de Chontales y llegó hasta tomar Motagalpa

Como uno de los plOblemas más serios está en el parque que se agota, y no tenían alma– cén donde reponerse para salvar esa dificultad, se dispuso formar dos columnas, que subiría ca– da uno can cien mil tiros de fusil y veinte mil de ametlOlfadora, la uno sobre el río Grande en el norte De esa columna fue nombrado delegado del ejecutivo con plenos poderes don Ernesto Fernández Su misión fUe cumplida llevando sus tiros cerca de Matagalpa, donde aprovisionó al vencedor Chamarra

Otra columna con igual cantidad de tiros debía subir sobre el río Siquia hasta colocarse lo

más cerca posible de la región minera de La Líbertad Aquí entro yo Fuí nombrado delegado del ejecutivo Los militares eran el Coronel Wensesloo Ocón y el Coronel Clemente San– tos Comprendo que lo emocionante de esta jornado está en seguir las huestes victoriosos de Chamorto Pero escribo recuerdos personales mios y soltaré la jamado interesantísimo sobre el río Siquia escrita en cLJmplimiento de una peliglosa misión

Permítaseme pues f,lbrir capítulo

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