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dos, severas bajas. Además, hubo un sin número de pequeños coniados por ioda la zona de operaciones rebeldes COD el 1e– suHado de que cuando llegó el momento de las elecciones, los grupos rebeldes ha– bían sido dispersados y cornpelidos a lnal· gastar la mayor parte de sus n.uniclones, y en consecuencia, incapaces de ilTl.pedir la votación aun en una sola n.esa dedo· ral.

Es±a era una clara demostración de la habilidad de la Guardia Nacional para enfrentarse a cualquier movimiento agre– sivo de los rebeldes y derrotarlos. Esto demosfraba también que la Guardia, tal como estaba organizada y equiparla, era capaz de llevar la ofensiva general sin de– jar ningún objetivo rebelde importan.le sin pl"o±ección, más como la experienci.a pasada ha demostrado, las más 81cisto– sas operaciones ofensivas sólo servían pa– ra di.spersar a los rebeldes y empujarlos lUas allá de las fron:l:eras hasta donde era imposible para la Guardia seguirlos apro– vechándose de las ventajas de 19\ persecu– ción, lo que hacía que los rebeldes, des– pués dEl cierJo hempo, volvieran a sus guaridas y renovaran sus carrera de robos

y pillaje.

CONDUCTA Y DISCIPLlNA

DE LA GUARDIA

La moral de la Guardia fué siempre muy alta. Patrullas de 20 alistados bajo el mando de oficiales Americanos o ele ofi· ciales nicaragüenses entrenados por estos, onnados ele rifles automáticos y lanza 9ra– nadas, repeiidamente demostraron su ha– bilidad para enfrentarse con los más numerosos grupos, aun cuando no estu– viesen lo suficiente fuertes para destruir– los ni siempre estuviesen capacitados para derrotarlos. Sin embargo, los oficiales y los hombres de la Guardia no vacilaban en atacar fuerzas cinco o di.ez veces 1nayo– tes que las suyas, habiendo .I:enido éxí:l:o en la mayoría de los casos, en arrojar a los rebeldes del campo de combate. Nun– ca hubo caso en que una patrulla de la Guardia, de más de 20 hombres, haya si.– do decisivamente derrotada por algún grupo rebelde por nUlUeroso que este ha– ya sido.

Los alistados eran, por lo general, leales a sus comandan.l:es, ya fuesen Ame– ricanos a Nicaragüenses, y peleaban exce– lentemente siempre que estuviesen bien enfrenados Hacían marchas prolongadas y soportaban toda clase de penalidades con un espíritu que igualaba a las más fo– gueadas unidades. Podían manlenerse con los sencillos alimentos que el territorio permitía y nunca se quejaron siempre que

fuese suficiente en cantidad. Aunque po– cos de ellos llegaron a ser verdaderos rifle–

ros, n.uchos llegaron a adquirir la habili– dad de disparar acerfadamen±e en Jos combates con un alto grado de precisión. También desarrollaron una sorprenden.l:e exaciiiud en el uso de rifles lanza grana– das Muchos de ellos vení.an de las mon– iañas donde habían sido cazadores, o gentes de campo, que podían seguir una huella o leer las señales de los bosques con 1nisteriosa habilidad.

SERVICIO DE INTELIGENCIA

DE LA GUARDIA

El servicio de intaligen cia de la Guar– dia estaba dividida en dos clases: infor– mación de los movimientos y de )as dispo– nibilidades numéricas de los rebeldes, y lo que se podría llamar servicio de inteligen– cia política. Lo plimero se obtenía de las fuerzas en el campo y lo segundo, del Cuartel General, el qúe lo recibía de varias fuen.l:es Es.l:o último conistía en informes de conspiraciones en contra del Gobierno en el poder, de revoluciones que habrían de C01nenzar en la Universidad de León, de levantamientos Comunistas y de mu– chos otros acontecimientos funestos. La información de esta fuenze que era más valiosa era de los rumores del contraban– do de armas y municiones procedentes de Honduras Se encon.l:raba con frecuencia que una serie de rumores persistentes sobre aC1.unulación de armamentos en Choluteca, -aun cuando nunca fueron verificados-, fueron seguidos por las ac– .l:ividades de Umanzor en los Departamen– tos de León y Chinandega. Lo mismo sucedía con informes similares de Danlí, los que eran seguidos de ac±ividades en las Segovias. Estos infonnes venían par– cialmente del A±aché Naval en Tegucigal– pa, pero principalmente de espías en Danlí y Cholufeca. La información adqui– rida por las fuerzas en el calUpo venía principalmente de nacionales que sufrían las depredaciones rebeldes, además de la información recogida por patrullas en ser– vicio, obtenida por estas de los campesi– nos di.reciamente y por la inspección de de huellas en los bosques y caminos.

Semanalmente se les exigían informes a :f odos los comandantes de Areas y De.... pariamenfos. Esos informes incluían in– formación sobre todos los grupos rebeldes conocidos, sus movimientos, los nombres de sus Jetes, el número ele hombres y el armamento con que contaban, la fuente y veracidad de la información y una des– cripción estimativa de sus probables ac– tividades para la semana siguienie. Toda

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