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« Previous Page Table of Contents Next Page »a través del valle hasta el poblado de Bocay, sobre la frontera de Honduras en la conjunción de los ríos Bocay y Coco; el sector de Poteca a Saca Mayor que da ac– ceso a Danli; y el sector de Saca Mayor al Golfo de Fonseca y la Costa del Pacífico que da acceso a Choluteca. Habían tam.– bién rutas al norte de la frontera por .ene– dio de las cuales los grupos rebeldes se podían desplazar de un lugar a otro sin entrar al territorio nicaragüense. De la Costa Aflántica a Poteca -una distancia aproximada de 200 m.illas- el río Coco es la frontera natural entre Nicaragua y Honduras. Muchos embarques de muni– ciones se hacían a Honduras desde las cos– fas del Caribe, vía el río Patuca a puntos sobre el Coco hasta Bocay. De allí encon– fraban el paso a los campam.entos de los diversos grupos rebeldes. De Poteca a la Costa del Pacífico, la mal definida frontera corría por unas doscientas millas de m.on– tañas, ciénagas y jungla. Habían muchos caminos que la cruzaban y conducían a los poblados de Danli, San Marcos, Yusca– rán y Choluteca. Danli y Choluieca eran notorios por el tráfico :de armas y com.o puntos de abastecim.iento de m.uniciones para los rebeldes. Además de las rutas principales m.encionadas habían num.ero– sos senderos conocidos solo por los rebel– des y sus sim.patizantes a am.bos lados de la frontera. Los habitantes de las seccio– nes cercanas de Honduras eran, práC±ica– mente, aliados de los rebeldes. Hacían ventajosos negocios, en mercad,erías y ga– nados robados en Nicaragua, los que com.– praban a precios bajos y vendían en el mercado del país. También hacían un ne– gocio lucrativo en municiones. El gobier~
no Hondureño parecía impotente para detener ese negocio, aun cuando estuviese inclinado a ,hacerl0. '
De allí que el problem.a de la Guardia no se solucionaba con cerrar unas cuantas rutas, o con la cooperación de las autori– dades de Honduras, sino que habría de exigir la confinua ocupación de toda la frontera. En vista de ello, era un proyecto imposible con los recursos lim.itados de la Guardia. '
CONCENTRACION DE LAS FUERZAS DE LA
GUARDIA PARA UNA OFENSIVA
Este plan inmediatam.ente atrae la at 7 nción del militar, pues se ajusta a los prmcipios de Objetivo y Ofensiva, y de te– ner éxito hubiera alcanzado la destrucción de ~os principales grupos rebeldes y pues– io fm al bandidaje. Su debilidad yacía en el hecho que debido al caráC±er del terreno una fuerza considerable no podría m.an– fenerse en territorio enemigo sin tener que
llevar abastecim.ientos, de allí que eliltu– viese limifada a las rutas pringipales y sin com.unicación con su base. Los rebeldes no podían ser compelidos a pelear por alguna caraC±erística del terreno u otros objeiívos. Ellos solo podían ser forzados a la acción por sorpresa. Grandes cuerpos de tropas no tenían la m.ovilidad necesar~a
para sorprender grupos rebeldes y for– zarlos a una acción decisiva. ,L9S grupos principales nunca operaban lejos de la frontera hondureña, excepto en el caso de Pedro AHamirano, cuyos m.ovimÍE;mtos nunca lo llevaron lejos de sus re~gios ~n
las inexploradas jungla¡¡: de Nicaragua central y norte. Si muy presionados ellos siem.pre podían rápidam.emte retirarse al oiro lado de la frontera o desparrarnarse en la jungla. ,
Entonces era necesario considerar el hecho que el bandidaje; tal corno se
pr¡;ic– ticaba en Nicaragua, no se llevaba a capo
de acuerdo a las reglas del arte y profe~
sión militar. Los objeiívos rebeldel\! no eran las fuerzas arm.adas de la República, sino el crimen, el robo y la rapiña, la deso: trucción de la propiedad, el alejam.iento de los cam.pesinos de las haciendas y el impedir la recolección de las cosechas tan necesarias a la estabilidad económica d~l
país. La República de Nicaragua estaba sin crédito interno y externo; se vefa obli– gada a hacer toda negociación al contado, Las armas, equipo y vestuario de la Guar– dia se compraban al contado. Las casas comerciales, tanto de Estados Unidos com.o de Europa, exigían que los pedidos se pa– garan antes de hacer el envío, por lo que resultaba imperaiívo dar suficientE) pro"; lección a los caficul±ores de Matagalp~ y las Segovias, a los m.ineros de Chontales, y del interior y a los exportadores de bana– nos y m.aderas de la Costa Aflániíca, que les peJ."miiiera producir sus artículos de E)X~
portación y llevarlos a los puertos. De otra m.anera, el Gobierno estaría en bancarrota por falta de rentas derivadas de la exppr– ción de aquellos im.pprtantes pr0cluc~os.
Las exportaciones eran también necesa– rias para m.antener el valor del Córdoba y realizar eom.pras de productos manufactu– rados en el extranjero. 'Muchos extranje– ros que vivían en el país apelaban a sus gobierilos, y el Departam.ento de Estado puso el peso de la protección en los hom.~
bros de la Guardia, inrnoviHzando así gran número de sus fuerzas com.o fuerzas de– fensivas e im.P9Sibili±ando su conóen±ra– ción para la ofensiva. Solam.ente en los Departamentos de Matagalpa y ,Jinotega habían nueve haciendas perteneciE!ntes a extranjeros, Americanos y Europeos, a la,s que se le suplían Guardias,. ;Estos se man– tenían de a~uerdo con la 'política Ameri-
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