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±rullas de la Guardia de ser aniquiladas a manos de superiores fuerzas rebeldes, cu– yas operaciones siempre Se condujeron en territorio que permitía una línea segura de escape, donde su habilidad para desparramarse y reunirse en lugares se– ñalados de antemano hacía inútil la perse– cución. Aun sus más selectas y bien preparadas emboscadas fueron planeadas en vista, no de la total destrucción del enemigo sino con el propósito de CaUsar el m.ayor daño posible sin arriesgar un contacto decisivo, y la linea de escape era siempre la principal característica de toda posición deliberadam.en±e ocupada por un grupo rebelde.

Para com.prender cómo podían man– lener una organización que pudiera so– brevivir tantas derotas tácticas y tantas acciones indecisas, se requiere un conoci– miento de las condiciones sociales y eco– nóm.icas del país y su psicología racial. Después del próspero período que llegó a la cúspide en 1928, Nicaragua perdió una abundancia de riqueza en la arisis mun– dial que se produjo en esa época. Su prin– cipal producio de exportación, el café, era corno una droga en los mercados del mun– do y apenas si obtenía un precio que jus– ±ificara su recolección. El negocio de ex– por±ación de madera era casi nulo. Una plaga atacó los bananales de la Costa Atlántica, lo que, agregado a la caída del precio en el mercado mundial, dej6 a mi– les sin empleo. Después vino la sequía de

1930, en la que el maíz y los frijoles se quemaban en los campos por falta de agua, dejando sin alimentos a gran parie de la población. Estas difíciles condicio– nes económicas arrojó a un gran número de gentes a una situación de ocio forzado, de necesidades y pobreza.

Este esfado de cosas caía pesademen– te sobre las clases más desheredadas, -las que habían sido oprimidas y pisotea– das por más de cuatro centurias-, y que se mantienen en la penuria y profunda– mente ignorantes pero que han aprendido a mirar a sus jefes con una lealfad y una confianza que para un Norteamericano es incomprensible. Nafuralmente esforzado y avezado a penalidades, de fempera– m.enfo flemático, aunque capaz de ser soli– viantado a actos de extremada violencia, el nicaragüense ha luchado por un parti– do o el otro sin tomar en cuenfa las cau– sas, al punto que un esfado de guerra es, para él, una condición normal. De ahí la ins61i±a pobreza del país, los salarios bajos por los que están acostumbrados a fraba– jar, las condiciones prizni±i'Vas en que vi– ven. Esfo, naturalmente, contribuía a que su sifuación corno rebelde no fuese peor, sino probablemente mejor que la del mozo

Juan Santos Morales Ro, Secretado

de Sandillo.

ordinario que vive al borde del hambre en una choza pajiza en las montañas.

En fodas las escaramuzas revolucio– narias las descargas de fusiles decidían la acción. Ambos lados forznaban una línea y se firaban hasfa que uno u afro comen– zaba a carecer de parque o, por cualquier afro mofivo, a perder ánizno, y ésfe se re– firaba. La carga y la lucha cuerpo a cuer– po jamás han sido parie de su fáC±ica m.i– litar. Los rebeldes nicaragüenses no am– bicionaban más que un afaque sorpresivo, una lucha corta y una fácil refirada. El éxito complefo no les era indispensable para darles la satisfacción moral de la vic– toria. Que lOé desmoralizaban por derrotas decisivas es verdad. Vigorosas persecu– ciones de grupos rebeldes que eran al– canzados y que no lograban evadir a las pafrullas de la Guardia, eran también des– moralizadoras y fueron muy efeciivas en lograr el desbande de sus organizaciones. Pero mientras lograran escapar con vida y lograran reunirse con sus compañeros, su espíritu de lucha permanecía incólume y la confianza en sus jefes no disminuía.

ORGANIZACION y POTENCIA

DE LA GUARDIA

Los Pacios de Tipitapa estatuían el desbande del Ejército Nacional Nicara– güense, cuyas funciones serían asuznidas por la Guardia Nacional que había de ser organizada bajo la dirección de Oficiales Americanos. E18 de mayo de 1927 el Pre– sidente Díaz pidió el noznbramienio de un oficial aznericano para comandar y entre– nar a la Guardia. El día 12, un Coronel del Cuerpo de Marinos de los Estados Uni– dos fUe nombrado Jefe Director de la Guardia Nacional. En Julio, el primer destacaznento recientemente enfrenado enfró en servicio activo fUera de Mana-

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