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~e_ !'l6br~ el ll¡;lIlO de clin dé macho qu,e c;obija el norie de la falda de La Aduana; Mateiyito cuando avistó a los viajeros se quedó sembra– do y turulato al píe del palo del tabanco el cual iba a ocupar para subirse a buscar las posturas de las gallinas que por ausencia de su,s hijos habían andado poniendo desde que se fUeron de manera caprichosa en los rinco– Iles aUos Y bajos del espacioso cortijo.

Al pobre viejo le costó salir de su asom– bro, trabajó para lograrlo y en lo que tardó para alcanzar tal Cosa la Romana pisó el cor– dón de madera de la vivienda y dijo al aden-

trarse:

. -Buena tarde le de Dio, taté. -Buena tarde hijá, te la de a vos. El viejo quedó esperando que Juancho y la Rodanta que venían traseriando entraron para indagar con los viajeros la causa que mo– ±ivó tan inesperado regreso.

Después de que los traseros penetraron y del saludo cajonero imprescindible, Mateyito s01:l:ó la singüeso así:

-Idíay, niñá, que te movió a vo1±iar la jupa para acá, sitío este tan cornizueludo pa– ra vos desde que anda por ay hecho tigreca– ribe mi viejo compañero Cosme; aquí te hací– vamos ya de sirvienta porroncita del Tata Cu– ra de Buaco y por lo que veyo ni juco hubo de la tal ideya.

. -Pues, Mateyiió, ni siquiera pasarnos de donde Gayo, que los muchachos te cuenten todas l&s pasadas que nos pasaron desde que nos fuimos; mientras ellos te las embuchan voy a paneriar para el solar que ando que me reviento de las ganas de botar lo que no he jaspiado y las cuales he venido sosteniendo desde que dimos la primera vuelta en plena mañanita.

. Juan tornó la palabra para historiar el viaje, de .<'!z en cuando la I:lomana lo inte– rrumpía para aclarar ciertas fallas que tenía la embuchadura del hermano y cuando éste terminó Mateo quedó completamente claro que de un momento a otro quedaría viudo

~i Dios y el Apóstol Santiago no disponían otra cosa.

Cuando la Luz volvió del solar sin perder tiempo mandó a llamar a los Rocha, cuando éstos se enteraron del resuHado que tuvo la escapatoria y de todos los aditamentos con que fue adobado el malhadado peregrinaje dispusieron para no encontrar¡¡e !;lolos por la

noche mAndar a invitar a los García, a las fa– milias Arriador y a los sirvientes jinchos de Chayotepe; un chacalin de Rocha hizo el bo– lado de las invitaciones y cuando obscureci6 ya estaban en la casa dispuestos a dormir donde los Hernández unos seis natuchos ami– gos incondiciortales de 101:1 dueños de -la casa.

A medida que el tielnpo corría invitantes e invitados se dieron a buchoniar de lo lindo para no dormirse y en la buchoniadera salió a colada el caso de Guzmán, el viaje que hi– ciéron por poner tierra bastante entre el mu– suneño y ellos de manera inesperada los pa– dres de Daniel, en lo que la Luz y Ma±eo se fueron hacia una esquina a convérsar al Pa– recer de casillas íntimas los platicadon¡s prin– cipiaron a citar a Unos diez hombres más qUe con seguro estaban en peligro porque came– liaron a Cosme gozando de su barragana cuando él vivía con la Rodanta y por último despellejaron sin misericordia a la esposa de Ma±eyito haciéndola totalmente responsable de la terrible situación que afrontaba sobre todo que no existia arma conqcida hasta la hora con que defendersé del tal demontre y además por agregado no' había como despis– tar a un tigrecaribe cuando anda un diablo de tal laya iras la cancelación de las deudas que le deben

Faustino Amador se paró de pronto y dijo incontinenti derramando tabardillo al expre– sarse, indudablemente, por aquello de que quien las debe las terne:

-Mi ±atabuelo Juan Amador me contó una vez que la dañiniadera de cualquier fi–

grecaribe se termIna si celebra la familia del zajurín que peló el ajo los ocho díyas o úlfi– ma noche corno las llaman algunos a los rezos que se les hacen a los muertos.

-Así es la verdá, confirmó Juan Linarie, mesero de Chayotepe, ña Santos Méndez dejó de dañiniar tan pronto se los hicieron.

La mujer de Rocha, hija de la Luz, agre– gó despuesifo:

-Lo malo es que la familia de Cosme se acabó desde hace muchos años; y según he oyido decir que para que tenga resultado la cosa los familiares son los que deben hacerlos.

-Con tantiar nada se pierde, se los po– dernos hacer nosotros que fuimos amigos de Cosmiio, agregó Gayo García.

-Hay que reunirnos mañana y manos a la obra como decíya el finado Cleto Rayo, moslicó Juan Rocha.

Por allí iba la plática cuando la quietud de la noche la cual iba a pasitrote llegando al filo de la madrugada la intranquilizó un bramido prolongado de tigre que se sintió vi– brar en la proximidad de la vivienda.

Todo el catarro se tiró a formar rodeo en el ceniro de la posada y pusieron en el me– dio a la Luz quien quedó protegida por los cuerpos de Mateo, de Juan Rocha, de Faus– tino Amador y de Gayo García; a continua– ción vibró aterrorizando otro tremendo brami– do, después maulló la bestia en plena casa,

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