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vQlviera a ~i~I:eca:ibiar, p~es nuz:ca há~ía fe– pido en.eInlgos nl lo hablan, odIado nl mal quería a naide ~lr"ma3 no lftsí la Luz y Guzmán que íemblaban. de pavc;>r aníe la fuiu!a vep– gáIlZa del- íemIble canbuno musuneno, V1C–

:1iina de ambos cuando el defunio peregrinó en la tierra en su v~hículo mortal: , Cosme converhdo en ±ransmlgraníe llego al Musún' a cambiar de pellejo para coronar su 'carrera de hechicero, que no aira cosa sig– nific$. volver en cuerpo de tigre a dañinear a iá vida, ventajas que solo los zajurines tara– gofudos logran alcanzar en el dominio elel Gigante Suquia; o después de hecho su novi–

ci~doí c.omenzó a andariegar por todos los ámbitos de los gredales y aber±ales por don– de anduvo ±ro±eahdo en vida, el lnalogrado ajusiero que lo volvi6 ciego el amor de una maldosa a punto de brebajes y menjunjes, ocupa hoy, al fin y al cabo, el puesto de ven– gador con que le obsequió el Gigante como pr,emio de haberse hecho devoto de su cien–

cia avernalicia cuando iba a rodar fortuna a los bananales de La Cruz.

suelo donele había desfilado su juveritud se– dueiente y como el tiempo no sede±íene, en pensar y más pensar un resolvido, se voló dos meses y jamás 'llegó a tomar un rumbo fijo para darle pauta al problema de su caso ver~

daderamente espinoso y de exigente deter– minación.

Por fin la obligó a decidirse definitiva· meníe un hecho inesperado que le puso 1m!' pelos de punta y la llevó al qqnvencimieníl1l de que si se quedaba mas tiernpo en La Adua– na un día de iantos desaparecería de su casa en la boca del caribuno que la asediaba.

Sucedió queiriesperadamente se presentó en su casa la madre de Daniel Guimán con quien la Rodanta ya no tenía relaciones 'por~

que lo había cambiado con Demetrio Sáridigo comarcano adinerado de la vecindad de Las Mesas.

La madre de Guzm{m llE'lg6 a iu.querir por Su Daniel y le dijeron los HernÉlndez que :l:e– nía muchos días de no llegar a verlos, viendo la antigua amante del lenchano la ansiedad de la pobre señora y juzgando que la auerie de Daniel se m.l±aba j\.1.gando junta en eSe mo" X 1 X mento con fa suya, le' dijo con voz apagada y - afligida como para que s610 la viejecita la

Poco ,s~1?e la jinchei'Ía del tiempo que oyera: - - ,

tarda en transmigrar el espíritu <:lel zajurín _y qué lo pasa a Danielito'? _ , cU$.ndo lamue:tte lo convierte en emigrado a -Pues Lucitá, nada que yo s,epa de cier.. la fúeIza del mund9 de los vivos tangibles y :1:0, pero es el caso que hace unos OCh9 díyas lo lleva .a cons.±i:l:uir un microcosmo intangi- que pasan cosas muy e:drañas en el rancho.

hIe en el Enci:l.l1to dél Musún dentro de un _y cuales son esas cosas que pasan, dijo

vehíc~lo de tigre. - Mateyi:l:o. ;

. Las noticias sobre la transición de ial es- -:pues han de saber que se ha venido pec: ie de brujq son V¡;lgas e incoherentes, pero oyendo llorar un tigre de diva y de noche en es iridiscJ.].tible que no se verifica nunca antes el ojo de agua de la posada y por mas que de los tres meses del fallecimiento del repre- mi ni.arido lo ha bu~cadocon la chachagua

~ehtant¡;¡ del Gigante Suquia; aunque desde al cuape no lo ha podido ver, solo encontró ayer sig\1iente día de muerto el hechicero el pavor un guellerón de ñigre en el lodito del cantil inunde a toda la rtatuchadá en la Comarca en que hace la chorriadera del agua que se saca, que habi:l:ó el desaparecido y particularmente en el mero brocalito del ojo.

se llena de pánico el jincho que por uno u otro -Bueno, dijo la Luz, pero todo eso no motivo tuvo diferencias personales con el aclara su aflicción por buscar a Daniel lan a diantre que fue llamado a

sus dominios por medio díya y con lanta priesa.

el Gigante. -Es que todavíya no he llegado al punto Se puede asegurar que si hay adelanto por donde :l:al vez debíya de haber comenzado ell1a fecha de la nueva vida que llevará el el caso, que nos ha puesto con mucho cuidado. malandrín sepultado, tal avance se debe a la _-Cómo es eso, ña Isidrá; dijo Juaneito imaginación y al acobardamiento del natu- llamando por su nombre a la visi:l:ante.

che que le teme, pero jamás a perentoria- -Pues, pasó que seisiandifo; se oyó bra-miento ordenado por el poderoso Suquia. mar al gato anoche, se fue Danielito a bus;, La Luz no había vueHo a iener sosiego ni carlo con su chopo y a poqui:l:o regresó con conocido -la calma desde el día que ña San- una cara como la del tamaño de una na,mbira tos le revel<f¡ su identidad figruna en la mon- que se hubiera ido en vicio de crecimiento y taña de Santa Justiná¡ a veces quería tornar temblando corno envenenado y b¡:¡.i1otiando elconsejo de Juancito y en otras el de la ~o- como bailante ahnariado en plena fiesta del mana, el del primero era que debía de irse a A ' t 1 S t"

I3baco y entrar al servicio del padre Cerna y pos_o an lago.

el de la muchacha, que era el que le gustaba Ra Isidra se pare? para coger juelgo y co– más, consistía en que se fuera lejos de Chayo- mo iodos estaban pendiéntes de la pasadita,

±ep$ a fincarse definitivamente en Granada la Romana para que siguiera, pues juzgaba

~Ill? criada de a.dentro de su patrón don larga ya la coda suspensión de)a, narración, 'V!anano. le dijo intrigada hasia donde ya no l!le puede

:'Los días iban pasando, mientras en su más dar pruepa,s de interés pqr un(l hi.storietá:

~1;Jeza se sªncochab¡n a su modo la resoluoión -Ajá, y qué má/;l tienen tragado que le .... e.f~nj:tivf\ ,f;lin ~omar ninguna por apego al hayga si.lcedido en efia resbala,da a,l ojo'?'

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