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« Previous Page Table of Contents Next Page »despuás de pensar por largo rá±o;' dijo' al fin:
-y sí no me parece el frajo?
-Pues piar para vos, parque s610 asi por lo menos se ie quita la angurria de tenerme en iu tabanco aunque seya por una nochita. -Pero me voy a desesperar más. ' -No, porque vos salís para La Cruz al no-chandito de Santa Ana y voy a ver que la za– jurina ña Sanfos ~éndez ~e ?-e una bebida para que se te olVIde esta IndIa feya que fue tuya, pero que ya ni pizca fe quiere.
-y si fe luchara agora'?
-Noharíyas nada porque gritaríya y fambién porque vos sabés que tengo manos gatiadas como los iígres.
-Pero ve Lucita, volvefe al rancho, que no sos mucha juidora. De pronto Cosme se par6 . ~e un salio, se ±iró sobre la vieja a.man~
fe, dIJO a besarla y zumbarla para arnba y
para abajo corno si jugara con un niñiio y cuando se cansó dijo de golpe, entre atorozo– nado y asustadizo
I
-Voy a lucharte, niñá.
-Te doy de ipegüe sin lucha ese adelan-fo, pero convenimos en el trato desde agorita. Cosme la qued6 viendo al claror de las estrellas y después de rascarSe la cabeza, dijo al fin:
-Echa la mano niñá, que esiá conveni– do el irato, pero empezando de ya.
-El ipegüe será ya, el resto para SanJ:ia– go •que a.penas falian diez diyas.
-.-Bueno, pues niñá, seya como decís.
XIII
Ya cantapan los gallos de las c~atro cuan– do Cosme columbró las tejas de su vivienda, le sali6al encuent.ro el Ayudante, cacE!.rearon las gallinas, graznaron los chompipes, se P\l– sieron a d~sfilar los patos y los, cerdos cuilla– ron como si un tigre sorprendido. por la élpro– la buscara amparo en la vivienda del dueño de todos ellos.
En cuanto amaneció Calero se fUe a don– de Goyo García a proponerle sus a'nimales do– mésticos,' éste le compró algunos, sigui6 para Las Mesas y allí le vendi6 a los Sándigo oira parte y por úl±imo fue a dar al Paraíso en donde ñor Saiurnino Vivas le hizo compra re– donda del resio de chanchos y aves de corral que le quedaban.
. Al siguiente día fUe donde Taño Rayo con quién palabri6 la finca, se arreglaron y des– pués de feriarla se regres6 a lo que había si– do BU querencia para estar listo completamen– te y entregar todos sus menesteres 'y animales en todo el día de Santa Ana.
.En la farde anterior a Santiago hizo sus cuentas, y sacó, en claro que después. de mal– vender sus haberes había reuhido' ochocientos chancheros can los que podía ·irse a rodar for– tuna como se lo había pedido el diantre de La Rodanta, y si fenía s\lerfe hacer algo, so– bre todo si los bebedizos de la zajurina ña
~a.nfos lo curaban fotalmente del apego infer-nal de la éx-qtierida. .
Seiseandifo de la víspera del Santo Após– tol La Luz fue anticipadamenfe exacta' y cum– plió cpn doce horas. de antelación su palabra, llegando, antes de anochecer por entero a la casa del;viejo amante; cuando fraspasó el qui– cio busc6 a Cosme con la mirada y lo descu– bri6 en el chinchorro terminando de hacer sus cuentas y anfes de que la descubriera se oculfó, tras del encañizado para darle la gra– fa sorpresa de su presencia anhelada.
El Ayudante la sinti6 y vino a descubrir– la, pues Cosme Se sorprendi6 de que el perro hiciera cariño a alguien. que no había visto y se levantó para reconocer quien era. .
Al verla corrió a estrecharla, lloró mu– cho y después le, contó todo lo que había hecho. .
, Volvieron a gozar la breve luna de miel de su arreglo y cumplida su palabra al medio día del veinte y seis la amante tornó a La. Aduana y nochandito Cosme enrumb6 al Co~
rozo de ña Santos para salir después de cu– rado rumbo a La Cruz 'iras de 'los rastros de la forluna. .
Se hospitalizó unos doce días donde La Méndez; cuando ésta le dijo que ya estaba curado se preparó para maqrugar al segundo día del aviso" trató de hacer recuerdos sobre la amasia para ver si todavía lo desesperaba y con sOrpresa comprob6que poco o nada le interesaba su dolor de cabeza de otros días; aligerado de semejánte peso esperó la noche con sana alegría, durmió a 'pierna suelta'· 'y
cuando el Chile Quemado de ña Santos cantó al filo de la madrugada lió sus pocos pelerds,' se zumbó la marucha a la espalda, cogi6 sU Colin y sin pensc¡.r mas que en rodar forfuna agarró el camino con rumbo para los benques.
Al despedirse de los caseros les prometió mandarles memorias con frecuencia en cada oporfuriidad que deparara el r.egreso de al– gún rodante, ya q\le el correO oficial no exis– te en la vasfa región que baña el Río Grande de Matagalpa hasta el mar.
En los pritneros meses recibían los del Corozo recados recordatorios del ex-vecino de Las Mesas, después los saludos se fueron alar": gando y por último nada mas que por pasa– das, de las cuales era Cosme el protagonista, se tenían noticias suyas, por último por mas que inquirían con los que regresaban de la luna no volvieron a saber nada de él los habi– ±a¡;J.les de la alquElría de la vieja zajurina.
Pérdida la pisfa de Su persona lo dieron por muerto y' nadie volvió a recordarse del diap.tre vagabund;o. .
XIV
; ¡
. La Luz qUe no ha olvidádo a Cosme lo rec\lerda: de tarde en tarde y en un6 de estos rosicleres albeadores amaneció· diciendo que un Pájaro Br\ljo pasó' cahtando alrededor del rancho hasta, la media noche, PQI' 10 que su– ponía que al dundeco de Cosmético algo le había pasado..
El Pájaro Brujo según los jinchQs es \lna
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