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che al pie de la apa,n'l'lgada y maltrecha 'hoia– chigüe a donde llega a entonar la tonada que es como un desahogo de amargura que su al–

n'la tiene cuando su pecho inspirado y aba– tido deja escapar la canción,

En lugar de conformarse y resignaise al paso de los días parece mas bien que se elU– peora y ahora ya casi está de relUate, pues habiendo encontrado en la falda de la trepa– da un bello árbol de Coyote que ha nacido en medio del cuajicho±al que cubre la cuesta,

ha lilUpiado una regular circunferencia al pie del vástago del palo y bajo la fronda de és–

±e en pleno Inedio día desgraña los rasca– mientos que arranca a la guifarrilla con lo que la Luz tiene: ahora un concierto per– :rnanenfe,

Cuando se aburl'e de darle al instrumen– io se pone a recorrer los cuajichotales sin te·

mor a las puyas de estas cañas peligrosas y

asesinas y repitiendo la canción sin acolUpa– ñamienio va de arriba abajo, de un lado a otro, diciendo consiantemente:

¡Ay, Luz! ¡Ay, Luz! yo te quiero, Tu "juida" me está matando, ..

y cuando fatigado por la andadera ya nO puede mas se sale al camino que cbnduce a Chayotepe y lleva a Boaco y bajo un chompo– roca arbolillo de nancite que esiá en un reco– do del irepón más violento se detiene 'jadean– .l:e, desencajado, lUirando sin rumbo fijo co– lno desorbitado, quizás en pleno desquicia~

miento y Se pone a pulmón lleno a berrear porque Tarareo fe canio no es aquello ni mu– cho menos solfeo, rústico, corno dice Toña Ra–

yo cuando oye el papachín de la chichera completamente desentonado, lo siguiente, que su lUente abnegada en desesperación produjo en la madrugada de su primer serenata:

¡AdióG ,. Luz! ¡Adiós., LucHa! ¡Adiós Luz! ¡Adi6s . Ludia! ¡Adiós Luz! ¡Adiós .. LucHa!

y aquello es com.o un remoquete que un batallón de muchachos fuera repitiendo in– cesantemente no todos de una vez sino que de uno en uno hasia aburrír a un vecindario que hubieran dispuesto trasiornar en un arranque de vagancia inexplicable en una de esas vacaciones mal elUpleadas de cualquier mundo infantil del planel:a.

La. sitiada en vista de la porfía del viejo arnante, Hene en sancocho un pensamiento que según le dijo a un conciedo de Chayotepe que la pasa chiliando, de vez en vez, que de un momento a airo lo va a poner en práctica para ver si se cura el poble ajusiero ataraíla– do a causa de su amor tan inconsiante,

XII

Es indudable que La Rodante guarda de :manera recóndita en su éspíritu inquieio una vaguedad de esiimación para el natucho que

la hizo perder la cabeza al edrerno de éseu.

rrirse de su casa para irse habitar la propia

~e Cosme, y preClsamente en esa reconditez Sln deseado ella con vehelUencia, la lUanivela que ha dado vuelta al proyecto que piensa poner en práctica el día menos pensado•. . Cosm~ no ha faltado a la cita de sus COn. clerios baJO la pobre fronda de la hojachigiie en plena lafa de la espaciosa caserOl1a techa. da con clin de macho de Mateo,

La guitarrilla ha gemido iodas las medias noches lanzando al vienio la murria galopan_ te, del campesino cantadorl y por fin la an.

:t~gua amada cansad~ de oirlo suft¿.r y desper. :tandose de en medlO del enirep1ernatniento con Guzmán en el insiante en que Cosmito cantaba: .

¡Adiós, Luz I ¡Adiós Ludtal

Ya ¡n8 voy, vení conmigol

Te llora lUi madrecita

Para que sigas a su hijo! ... se dijo len. ±am.onte incorporándose por entero y senián. dose en la yacija:

-Qué voy a perder con irme a estar un ratifo con él

l luego volviéndose al querido le

pasó la mano por el cuerpo hasta las rodillas

y clespués de hablar por entredienies quién sabe que caralUbéiicas, se puso en pie, y Se

fue resuelia en derechura al solar en donde cogió hacia el silio del cual procedía la V02;

de Casino. .

El canior no la esperaba y menos que llegara a hacerle una propuesia sorpresiva para su amor de pérro hUmano que era 10 que

el juzgaba que era él para su Luzl y ctiando menos lo soñaba la antigua amasia bro116 de la tiniebla de la noche en mero flanco izquier. do de su cuerpo dejándolo patitieso y corri. do y sobre tal esiado le dijo:

-Cosmiió, buenas madrugadas, quiero decide algo que he pensado de vos.

-.-Echalo, negrita linda, que soy iodo oydos parasaberlo l coniestó castañeteando del susto que le dio su presencia inesperada el pobre jincho.

-Ve, ya ie dije que yo ya no quiero na· da con naíde, que quiero ser solo del pobre Mateyito Y vengo a pediríe que dejés de po· nerme sOlUbras.

-Sólo eso era lo que ibes a ert'lbuchar· me, pues todo eso lo tengo yo mas que fraga– do, Lucifá.

-No, no es éso iodo l vengo a proponerle un convenido, Y si te parece ya lo hacemos.

-'A ver niñá, cual es el convenido. -Ve, yo vaya ceder en parie y vos vas a cumplir el resto.

-Ajá, como es, pues, la ofreceranza? -Yo vaya irme a dormir el díya del Apósfol con vos, corno si entre los dos no hu– biere pasado nadita, pero oyilo bien, es solo el .25, fiema del Patrono Santiagol después, el diva de Sania Ana, yo salgo para mi rancho y vos fe vas a rodar fortuna para que se :le acabe la escalotal te parece? .

Cosme, Se quedó en profundo silencio Y

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