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XI

¡Adiós, Luz! ¡Adiós, Luci.l:a! Ya Ine 'voy, vení conmigo; Te llora mi madtecita

Pata que sigas a su hijo.

¡Ay, Luzl IAy, LUzl yo te quiero, Tu "juida" me está matando; Soy persogado ternero Oue por vos está bérriando;

ño; pues caU~fe; <:tue el monie es del patr6n, eosma es mozo dé Chayotepe, canta donde los dueños de casa se alegran con sus tonadas

y además es libre de abrir su boca ddnde se le meta en gana, así se le zampen moscas y 'jejenes.

-'-Pues si- yo no digo lo contrario, lo que sucede es que va de darle y darle y más dar– ley volverle a dar con eso de:

! ,Con el nuevo aditamento Cosme vació al– go su pena' y comprendiendo por el Nis±ayo~

lero que ya había aparecido al lado de El Ro– sario que pronto iba amanecer, repitió por úl– tima vez el canta y por quince el agregado hecho al pie de la hojachigüe, lanzó un sus– piro hondo, hálito lastimero del abismo de su alma, cogió el chopo, le colgó otra vez la guitarrilla y en dos mil zancadas raudas re– corrió los dos kilómetros que lo separaban de su casa, cuando llegó a la pueda el Ayudante avizoraba en el mero quicio a donde lo ha– bía dejado y El Giro gallotiando quiquiriquea– ba indeieniblemente desde las ramas del guá– simo copudo que le brindaba dormitorio por las noches.

y t:;laro es que de tanto decirlo ya me char– chaleya el corazón y parece que quiere danne hipo ;quizás por lo mesmo que ie quiero muncho. '

. -.-Pues no te ehfadés, porqué vos me te– nés.a tus costillas, mientras que al desgracia– do el fríyo se lo COIne y el sereno lo remoja, sólo por estarse diciendo que me quiere; eso no hace dai¡.o a naide vos lo sabés mejor, pues hasta la patota Ine la ienés échada en– cima corno' si me estuviera "juyendo".

Guzmán no respondió nada y Cosme dejó ,de cantar corno si lo hubiese oído y quisiera ,darle gusto,' pero los oyentes sabían que no se había ido· porque se oía en claro un pes– punteo lente¡¡ de la gui±arrilla y una que otra palabra vaga que semi~entonada salía del pe– cho del músico comarcano.

El enfreaC±o dilató corno una hora y ya cantaban los gallos de las tres cuando Cosme principió de· nuevo a repetir la canción, pero con una auarieta más que el pobre diablo ha– bía 'agregado a la tonada en el largo inter– medio que había dado, por ciedo que el hopo

ag~egado vale la pena y hay que oirlo para juzgart

reiiafa q\ie se ha};>fa pr6pUés$d llevar a su' ado–

rada hasta La Adu~nal cuando El Giro del pa–

fió de Cbsi:néticó dividió la' 'qquedad de la n'óché eh dos' müades iguales con BU 'canto cronométrico el escalda aborigen que no dor– n1.Ía saltó de Su yacija al suelo, se encasquetó los '''bUJ;,ros'', se echó el chachagua al hombro

y ea puso 'laguitarrilla de hopo, encendió un chilcagre, llamó alAyudante para decirle que quedaba de QuardiEu.1.¡ SE; dobl? en media puer– fa. el noble dogo corno Sl hubleraentendido la orden y cogiendo él encañado cues.l:a abajo pasÓ rápido la quebrada y se adentró· en el llano de El Limón de donde se <i:olumbra el rancho dé Mateó;' , , ,

, : Tragaba rápida:mente el camino y al mis– ruo tiempo escupía nicotina producto, de la ruelenca revólead.ora; las piernas no ce!:!aban de digerir sen<;iel'o sómefidéll3 a la voluntad de

su dueño que 'iba diSpuesto a que se hai;±aran de llano, cuesta y zanjones;' pas6 él 'riatillo de El'Si,lencio y cuando estuvo a. la mitaci de la subida del altipl8.no tomó un atájó que cqn– duce derechiJo al rancho de sus dE!sveldS y i;lianqó lleg6 i'Ü Pie de una hójáchigüe que Cl;!.–

si estl3. en ¡el patio de .la casa hizo alto" recos–

16 laescopéta al' palo, pespunteó lós' ñervos

de su alegre' cc;>mpañera y dándole duro por las costillas hizo que brollara el Sdn¡¡Onete lán–

'~~iqÓ/ ¡:)~rtb talT}b~énsent~l?Íl±~l de Su c()ra– zón y cuando creyo que el 1nstrumento corres– pondía c¡. sus ansias soltó la ca,tlción. Q,ue pa– riera su espírüu. eh la primerá noche de aban– d07lol::lajo la ';fronela piadosa del andano' 'y

siempre inuchéiljr~ artancacalzÓrt. . .'

A aquella hora. y en aCiuel ;ambiente de Silencio felirto las notas invadieron con facili– dad la casa, treparon por el ta.banco y fUeron

a dar con cieda, deliberación maligna l;l los oídos de la Luz que velaba sin querer víC±ima de la goya que le heredara el: ,c;l.ía del Bautis– 'ta, laserenateada se incorporó y despertó al huésped dé Mafeíto que le calentaba ~~ raqa– dilla. y le dijo solazándose en la canC10n: -Estás oyendo? Ese que canta es Cosmi–

to; yo le, nyudaríya a buscar una buena mu: jer si él quisiera entrar en razón, y corno Sl

sintiera miedo se arrimó completamente a Guzmán y luego agregó: Cuando el diablo ese coge la guitartilla hasta las penas se echan para oirlo y los jolotes sandungueYan. ' -Pues de verdad que la rasca bien y be-rreya galano. '

-'-'Cosme ,'es hábil en todo, lástima que a mi ya;se me salió, peto eso no,l~ .quita nada en mi reconoCimiento de sus hab:i,hdades. En ese momento el cantor éomenzaba ,a enforiar por cuarta vez la endecha y Guzmán

que es:i:aba medio pipiaste por modorra g~mé­

ti,c,a 'y además semiencelado por 1a . sahsf~7­

Clan de la Luz en escuchar la canhga, dllO +nalhutnorado. . .

, ._.Es±e chocho hastp. Ciue hora, nos irá.a

dejar en paz. .' '

-Danieli±ó, si fé. molesta la caniadera , Desde ~sa madrugada el embrebajeado dormite y sí no podés reconci1iade con el sue· na±uchQ no ha faltado al peso de la media no-

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