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« Previous Page Table of Contents Next Page »OBRE el camino que lleva de BoacC) eracía de ser excesivamente creída y al llegar para San Lorenzo, basianie adelante a su conocimiento la noticia causó una impre_ de la finca El Recibo y después de sión tan honda en ~ada miembro que cuando una quebradita que coda el sende- algún individuo tenía que hacer alguna co– ro, hay una trepada que sería muy misión por tales lados se esforzaba porque la violenta si el trillo caracoleado que noche no le cogiera nunca en el camino, para han hecho al pasar de los años los viajeros y pasar Los 'Maderos todavía protegido por la las correntadas invernales en sus continuas co- claridad del crepúsculo.
rrederas,no hubieran malma±ado la empina- A medida que pasaban los días los CUen-dura de la cuesta facilitando la ascención. ier:eie.s . cogían ~oloridos de verosimilitud y
Tan luego se pasa el crique se comienza pnnclplaron a Cl±arse los nombrés de las per– el caracol y en la parie en que mas se pro- sonas que habían sufrido sustos al subir o des– fundiza la ondulada de una de las vueltas el guindar la falda de la colina en entredicho. caballero o peaión que va para San Lencho ve Uno de los mencionados más frecuente_ sobre su cabeza a la derecha en un semiplan- ¡nente respondía al susiantivo de Carmen y al ciio que forma el capricho del desguindo ires paironímlco de Rodríguez conocido mulero del cruces desmedidas que en la posición en que hato de Chayoiepe; cuando los curiosos y cono– se encuentran parece que fueron colocadas pa- cidos suyos le preguntaban si era cierto lo que ra que formularan un Calvario campesino. contaban que le había sucedido en el camine
Poco o nada cuenta la iradición sobre la de San Lencho, principiaba por encogerse de causa de la existencia de los lnaderos abiertos hombros, después arrugaba la cara y revo– en forma suplicatoria a la maldad humana; leando con lentitud una masola de melenca pero en tal sitio se levantan desde hace ya de chilcagre que nunca le faltaba entre las ta– lTIuchos años y posiblemente seguirán por pas contesiaba con cierta indiferencia sin ;tiempo indefinido llamando la aterición del es±udio:
caminante inquiridor que enrumbe sobre la -Pues hombré, lo que a yo me pasó fue trocha que Él. sus veras pasa y se dirija bien a que regresando un día de Granada de dejar las propiedades que baña La Garrapa±a, ya unos quesos, madrugué de El Riyito y ya obs– para Camoapa o para Granada y no será de- cureciendito alcancé San Lorenzo y como no más decir que también hasta para La Joya, iriya carga resolví rempujar de un sólo pen– La Rejoya y Potrerillos. cazo hasta La Trinidad; apreié al Pico Blanco
En la cima de la falda y a la izquierda y le grité a las mulas y corno estos diablos viajando con el rUlTIbo apuntado hay una casa cuando vienen para su sitio no sienien pereza que ha sufrido varias metamorfosis según han salieron a trote lÍlTIpio; cuando pepené La Cu- , s;ido las clases de dueños que ha fenido, mas chilla ya era noche plena, le volví hablar a los la primera vez que salió a luz fue rancho bru- machos y como de la Laguna Seca para acá io en la extensión cabal de la palabra; es de- iodo es cuesta abajo en un suspiro me puse Gir tenía techo de zacaie de crin de macho y en Quebrada de Agua¡ aquí dejé ir los anima– esiaba forrada con varillas rollizas y sin pelar les a su antojo porque allí se vuelve a medio de diferentes palos. subir de nuevo; cuando llegué al portillo de
En mil novecientos trece época en que ±o- la loma de Las Cruces sin yo aligerar las bes– davía algunos boaqueños propieiarios man- ±ias principiaron a bajar casi corriendo ... y
daban sus quesos a Granada, la tal casuca fue aquí pasó la cosa que los cuenteros cuen±an... escogida por ciedos fleieros para nochar en Rodríguez generalmenie suspendía en es– ella con el doble propósito de emprender de ±a parie el relato para ±omar juelgo; escupía, madrugada el éxodo y para ello salían al a±ar- garraspeaba y miraba fijamente al intedo– decer de Boaco, botaban la carga en el ran- cuior ocasional que ienía corno para cercio-j chejo ya nochandi±o y al prÍlTIer gallo princi- rarse de que prestaba atención al cuento que piaban a ensillar las mulas para comenzar desgranaba perezoso de la maZOrca fresca de la jornada antes de que los gallináceos de las su memoria y después de recorrer con un vis– ires obsequiaran sus barcarolas a las brisas de tazo de arriba para abajo al preguntón, len-los varios horizonies. lamente proseguía:
En el verano del año citado principió a co- -Tras de las mulas apreté al Piquito rrer la bola de que en las Cruces de la bajada Blanco pensando que ya nada me faltaba pa– descrita a iodo el que pasaba después de ano· ra llegar a Buaco, en eso estaba mi cabeza
checido lo asus±aban¡ los escépiicos que en trabajando, cuando de pronio se dejó oir un cualquier lugar constituyen la minoría oye- quejidón en el fondo de la cañada que me ron, sonrieron y subieron y bajaron los hom- paró los pelos y me dejó temblando; sofrené bros al escuchar el ruido de la pelota que ro- el macho, me paré, jalé la ±ica de cruz que daba, mas no así el resto de la generalidad en no me falta en la falda de la albarda, la de– donde la vasta familia fuerana compone la sel1.vainé, mordí el lomo del acero para 11.0
mayoría y por agregado padece de la idiosin- en±iesarme y en esto me hallaba cuando otro
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