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peHdonario sé establece en iá. casa incon#– nen±i y desde esa misma noche duerme con La solicitada para entrar en iniínlidad con ella puesto que lo que el pretendiente busca es la prueba fehaciente de que la muchacha sabe moler, echar todillas, asar carne, adobar ani– males monteros, remendar calzones, barrer la casa, desyerbar, economizar sa~ y luz, sino se inquieta con los visitadores, SIno es respon– dona ni pleitisfa, ni si hoy está alegre y ma– ñana entrampada, cosas estas que solo se pue– den probar haciendo vida en común y dur– miendo juntos.

Si pasados varios meses no le conviene y aún a veces hasfa años con tal que no ten– gan hijos, enfonces el galán fama las de Villa– diego y se larga con la misma frescura con que se presentó a pedirla, ya que él no ha– bía llegado para que lo "fierraran" sino so– lamente a probar si era buena y le podía ser– vir para todo la muchacha, no sirviendo para malhaya sea la cosa, para qué demonios va a someterse a vivir con semejante pesie y di– cho iodo eso queda tan tranquilo como si no hubiera pasado nada.

Cuando la solicitud es hecha a los padri– nos, a los padres adop±ivos o al pafrón sufre una breve reforma la cosfumbre si es acep– fado el pedimento, pues el pedidoso tierte que hacer un rancho transitorio para llevar a la "jalona" a pai:¡ar el tiempo de la prueba, bohí.o que es construido generalmente en la vecindad' de las casa donde la joven posa, salvo el caso en que al patrón le toque dar el aseniímienio entonces levanta la casuca el interesado dentro de la finca de aquel sin im– podarle la distancia, pero por fuerza a la ori– lla o lo más cercano posible de un ojo de agua permanen±e; en estos casos iíene que amarrar el enamorado el potro de la lujuria y perso– garla bien amarrado porque la croca no se le entrega ni va a ninguna parte peligrosa para 'su virtud con él sino hasía que ya está con-cluido el rancho, lo que el novio padicipa en cuanio lo termina para que le reciban el tra– bajo los interesados y luego se lo cancelen con la entrega de la muchacha que es el precio convenido, ésta nunca sale junio con el futu– ro amante de la casa en donde vive sino que éste se despide de iodos y duenne la pri– mera noche, solo, pues hasta la albita toma la indita su camino íngrima y se presenta volun– ±aria al ranchejo de donde pasado ciedo tiem– po se convertirá en la esposa de su amado o la abandonará él para siempre dejándole de recuerdo únicamente las efusiones de las ho– ras vividas y el fecho que fue levantado para ella el cual iambién ésta deja cuando ya está convencida de que el novio-barragán no vol– verá a aparecer.

Nunca se da el caso de que a un solici– tante le nieguen una muchacha, porque la ne– gación equivale a autorizarlo a que se l?- lle– ve sin compromiso ninguno; cuando por algún mo±ivo quieren eludir los padres la resolución,

~ntonces manifiestan al jalón que hay que

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consultar a los padrinos de la JOV'én y que 10

que ésfos digan eso se hará al pie de la letraí el peiicionario a su vez respeta lo determina– do por los progenitores, porque para los jin– chos sus compadres son la última palabra en el desiíno de sus hijos y efecfivamen±~ hacen lo que aquellos dicen y es tal la auforidad moral de los padrinos entre la jinchería que no hay un solo enamorado que intente violen– iar a su pretendida cuando está pendiente la resolución de lo que digan los padres de pila de la dulcinea.

"Jalar" para el indio es enqueridar I pe– ro es un raro embarraganamien±o para balan– cear el pro y el contra que pueden presen±ar– se en el efímero convivio por la desigualdad o igualdad de caracieres que se juntaron para ver si no hay incompaiíbilidad en sus mane– ras, es decir, que si son capaces de aguantar– se, sin romper entre ellos, las respeciívas "pe– rradas" de cada uno y cuando esta capacidad está comprobada -a prueba de bomba como dicen los abajeños-, entonces, sin vacilar pro– ceden al casorio y lo celebran cuando lo ha– cen, tan alegremente, como si el día de las bodas fuera el primero en que van a junfar sus cuerpos y a vivir unidos por primera vez de allí para a,delanfe. ,

Explicada la prueba del ,nOVIazgo ya queda claro por qué a :Ñor Diego, ;ro.edio ladi– no y caiólico, a pesar dé tener más de cin– cuenta años de vivir enmon±añado, le diera vuelcos la conciencia para acceder a dar a la muchacha, pero encontrándose entre la es– pada y la pared y conociendo las cualidades del peiícionario, resolvió favorablemente para conservar su autoridad anies de exponerla a que el indi10 la irrespe±ara con un rapto se– guro si le ponía en frente de sus honradas intenciones, aunque a su manera, la muralla de su negativa para un "jalaca±eo" a la usan– za natucha.

Después de una prueba de cinco meses tiempo en el cual la taimada Hija de Casa no contrarió jamás a Ma±eyito, le servía al pen– samien±o, le paladeaba el gusto y le hacía fis– fes con cuatro dedos de espuma que rebasaba el anambirado guacal que si no hubiera sido el color café se habría dicho que era leche acabada de ordeñar por una mano experta, después de iodo eso y unas doscientas mirrin– gadas más que no es posible enumerar, ,el in– dio no vaciló para irle a decir a :Ñor Diego que el próximo veinficinco de Julio, día del patro– no Saniíago, se casarían; lo que se lo avisaba para que con tiempo la Andreya, hija~"legí±i­

ma de Pérez, estuviera lista para bajar a Boa– ca con iodos los que iban a ir al pueblo en donde el padre Braulio haría el desposorio.

La determinación fue puesta en práC±ica tal como lo había pensado el nafucho, des– pués mejoró el rancho y mientras vivió :Ñor

Diego acaInparon bajo la tienda en donde hi– cieron su noviazgo tranquilo, allí nació la pri–

mogénita y ya estaba en el "buche" el segun– do vástago cuando emigraron a Río Negro en

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