Page 95 - lista_historica_magistrados

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Tierninio volvi6 en sí, se encon-ir6 cOn que el otro campista que se había despezuñado para encontrarlo ~e estaba apeando en ese n,omen±o para subirlo e11 su' bestia, la que traía rebea±ada del jine±i11o y que dos horri~

bres más lo acompañaban para, ayudarle en la faena; después de medio sacudirse corno pudo y revisarse y palparse las costillas des– quebrl;ljadas y además sobarse dos g¡;andes chichones que le habían nacido en la frente

y luego de contar iodo 10 que le había suce-dido, le dijo al compañero: . -Ayudame a subir, que yo no puedo; lle– vale los novillos y decüe a don FiladeHo lo que me pasó y que mañana le mando el po– ±ro, pues lo q;ue ,soy' yo me voy ago:rí:t~ pa;ra Teus±epe a hqu1dár cuentas con la Slnes1a, pues así me lo aconsejó que lo hiciera la que me curó la o±ra vez que esia misma vieja maldí!a me hechizó. ,

-Pero, hombré, con iamaña maJma±adu-. ra no es posible que aguan±és a llegar a iu posada; porque estás tan malnla±ado y me– lenquiado que ca,si ±e hallás a un paso de pe-lar el ajo. '

-'-Aunque reviente y llegue sólo a bo– quiar, me voy, cornpañeri±ó; y puesto allá en el barrio. no me queda más camino que ma– lar o que me maten; así es que o este ítlfierno de La Necha deja de fregar o yo me voy para el Musún. Qué querés que haga, hermani– ±o, .. lindo ... y se solió a llorar 's rhoco iendi– do corno un chicuelo cuando pierde a sus pa– dres eíl una procesión.

Cuando se desahogó, lo moniaron siguien– do en todo sus deseós; ~omó los es:tribos, se despidió de sus amigos casi desmayándose y

echado sobre la :tabla del pescuezq del caba–

116, enderezó al biu:to con dirección para Teus±epe. ' Anies de anochecer, Treminio llegó al pueblo ayudado por unos parientes, le' bus-' caron una curandera la que le dio remedios para envalentonarlo, pues había arrimado muy decaído y además para curarlo, y cuan– do a los días. ya convaleciente, se sin:tió me– dio güevón y mejor6 de la desmanLbichada por entero, principió a salir ,ya, rondar el rancho de La Necha cargado de reliquias y de contras y también llevando a mano dos candelas benditas que al decir del sacristán del pueblo eran de cera del cirio del úliirno sábado de gloria, únicas an:nas posibles pa-, ra dar fin con la cusirisneña.

Por su parie, ésla no rehuyó el combate, pero para su desgracia, Treminio andaba. muy preparado pára que le pudiera hacer daño y ante tal si±uación lo que hizo fue no salir de noche a correr tierras :transformada en animal maligno y se dedicó a cavilar la manera de

c~mo podía malfregar a su enemigo.

. Trenlinio, que estaba bien adiestrado, pa– so varios días sin pesquisar a La Necha dán– dole a creer así que ya no se ocupaba de ella, por ésto ella ±omó confianza y un viernes en que la noche estaba ±a1chocotosa y llovía a

±otren±es, en plenEl lobreguez medianochuna de un día de un mes de Octubre incomparable por lo lluvioso, resolvió salir a dar uria asus– lada en el mero Teus±epe, por si fregaba al descostillado del Zanjón de Acoto.

Entonces no fue al palo de guásirno, sino que sacó al Nagual de su calabazo, se lo en– talló en el pe'scuezo, dio ires brincos a la iz– quierda del camastro y cuatro a la derecha, se le hizo un yagual en mera cabeza la ser– pienie, silbó horriblemente el ofidio repug– nanie y La Sinesia se desplomó seguidi±o so– bre' la yacija saliendo al poco rato de su bo– ca, hecha un huraco desmedido, una mica brincadora y noricona; salió al suelo la ali– maña, abrió la puería de la covacha y desa– pareció bajo la lluvia que profundizaba do– blemen±e la :tiniebla de la noche; el nagual se hizo rollo sobre el cuerpo supino de la b;ru– ja, puso la cabeza sobre su rollete y principió

él vigilar con inquietud a:tisbando a iodos lados.

Al poco raio, alguien que también v1g1a– ba afuera, rempujó la malirecha fabla que cerraba el pos:tigo, cuando ésta cedió, apare– ció la cara de Treminio, quien habiendo visto la negrura de la noche que vivía resolvió echarse en su seno, pues supo que la nagua– lera la lograría para salir de correría y juzgó el momento oportuno para atacarla por la es– palda logrando su ausencia y puesto en ellu– gar y habiendo observado los movirnien:tos de La Necha, la dejó pariir amparado por el viento que estaba soplando para un rumbo distinto del que llevaba la bruja; a pesar del valor que le daban los brebajes ingeridos, Zenón se adentró temblando corno si padecie– ra de mal de San Vito con una cruz de palma del domingo de, ramos próximo pasado en la siniestra y, una botella de agua bendi±a en la diestra. El reptil al verlo silbó esiTidenfe– mente, casi se puso derechi±o sobre el cacas– ±e de la vieja y sacaba y nle±ía con rapidez las leznas de la lengua, se llenó de fosforescen– cia la tiniebla, cuchichearon mil voces en el palio, la serpiente se preparó al combate y dió un raudo y rudo colazo sobre el tapesco en que yacía el cacasíe arrugado de la hechi– cera. Por el horror que le causó lo inespe– rado del cuadro que palpaba, el visi±an:te alzó la botella para amenazar a la culebra y con el movimiento que hizo para tal fin el agua que llevaba salió del pico del frasco y dio por pura contingencia o protección de sus Devo±os en medio cuerpo del ofidio el que se recogió adundado en el instante. Envalentonándose con el resul±ad,o d~ aquel milagro para sus ojos de creyenté, Trenlinio le :tiró de hecho afro poco de agua,. el nagual sal±ó sesereque del pellejo de La Necha Ell jicarón en que lo guardaba ésta, siguiólo con rapidez su aia– cante y en pleno nambira le dejó caer un chorro de linfa bendi±a que lo dejó sin acción. incontinente el moribundo demonio sacó los guindajillos de la lengua, ni siquiera pudo ya hacer piruetas con ellos, silbó sorda y lú-

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