Page 93 - lista_historica_magistrados

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:pasar Y l'ermanécél' no asus±a.xan 11.1 descU– brieran su meiarnorfósis en pavón desmedido o sea de pajarraco d¡;¡l infierno, bautizado por el vulgo con el nombre de Voladora.

Una vez conseguida la gracia para per– manecer ires días iransformada, la bruja se preparó convenieniemente para llevar a tér– mino el proyecto que había concebido y ial corno lo concibió, lo hizo; lo principal de su plan era seguir a los chancheros para ver si ellos mismos se delataban, a la noche siguien– ie de la salida de ésios se pUSQ tras sus pa– sos, los e.lcanzó y de larguiío principió su ob– servación para no asusiarlos, pues la Necha cuya experiencia le probaba que el hombre desembucha iodo en las horas de la siesta y de comida, resolvió acercarse a los arrieros sólo cuando fueran a merendar, hora en la cual se vuelven grandes hablantines y coma– dores de pasadas para sornearse plác::idan;e?– :te despuesiío y en lugar de volar de un hron a Tepeiate, lugar que primerameni~ había es;' cogido para dar el golpe de graCla, planeo irse aposiando en los grandes árbole~ bajo los cuales pudieran sesiear sus persegUIdos, tra– bajo que tuvo que hacer de día, pues por la noche los chancheros rempujan la piara para lograr la fresca y de día se dedican a que

descanse, hecha rodeo, bajo las frondas de los bellos genízaros del sendero que son corno vastos paraguas que la naturaleza ha planta– do a la vera de los caminos para proteger a los viajeros de la inclemenciq. del medio día. Su condición de tinca manso e inofensivo, vestidura que tornaba tan luego venía ama– neciendo, le prestaba gran facilidad para acercarse a los caminantes en las horas de descanso y hasta se montaba sobre los cerdos y se ponía a espulgarlos, pues resulta común ese oficio público que desempeñan en los montes con los animales del campo las aveci– llas de la especie a la cual ella pertenecía aunque fuera solo diurnamenie; (31 primero y segundo día no pescó nada y ya principiaba la bruja a desalentarse, cuando para su suer– te, al amanecer de la tercera jornq.da, llega– ron los chancheros a la vega del Malacatoya y por consiguienie al pobladiio de este nom– bre, en cuyo lugar resolvieron quedarse para seguir el camino de las seis de la tarde en ade– lante, pues allí sobraba comida para ellos y maíz para la chanchería.

Se acomodaron desahogadamente y ro– dearon los capones engordados bajo un in– menso árbol de chilamate que proteje el ba– jadero de la parte orienial del río en el mero poblado de su nombre. Unos se durmieron, otros fueron a pesGar, no faliaron quienes se dedicaran a saludar conocidos y dos la em– prendieron hacia una taberna vecina en don– de apuraron ires grandes farolazos para irse a dar una remojada en el bello tablazo del villorrio pintoresco.

Uno de los dos que se bañaban era prf3ci– samente el famoso Zenón Treminio, que ha– bía dado la voz de alarma a los granadinos

cón±ra la cusidsneña, cuando la encon±rÓ fro– teando y recargada de chunches a la media noche de la tarde de su salida de Granada

I

el airo bañista era Pedro Rocha, de Boaquito, güertero timorato que pasaba las noches azo– rado en su vivienda por los cuentos que se narraban de La Sinesia y porque ésia ya ha– bía principiado a visitar el caserío en donde tenía él su querencia, de pronto Rocha dijo a Treminio:

-Hermanó, la tal Sinesia ya comenzó a llegar al Barrio y todos estarnos viendo cómo hacernos para amarrarla, hoy debe de andar en Boaco una comisión que va con el objeto de pedirle cons~jo a tata Cura.

-Pues, horhbré, es bueno que tengás mu– cho cuidado y que no sepa nunca La Sinesia que fueron Uds. a visitar a tata Padre para fregarla, porque si lo sabe se la pagarán toditos.

-Por eso me vine yo, para que no me mandaran, pero yo creo que hay que ±asa– jiarla, valiéndose de mostaza yagua benditas para agarrarla en cualquier gallinero que se le veya cuando ande hecha zorra cola pelada robando gallinas.

-Ustedes son ninos de pecho, a La Sine– sia sólo con lágrimas de cera del cirio pascual yagua bendita en sábado de gloria, chorrián– doselas en el mero cuerpo al cual deja tirado en su rancho por andar en sus correrías con– vertida en animal.. se le puede fregar.

-y quién, compañeró, se arrima al ran– cho de ella, cuando 10 custodia un penco ca– dejo, siempre qUe la bruta anda hecha ani– mal montero.

-Pues hay que resolverse, yo la fregué en vez pasada con los granadinos, pues con– té la vida y milagros de ella, pero para hacer– lo me santigüé primero, me puse contra el viento después y aquí me tenés tranquili±o, después de haber BInolado a semejante fiera andando.

. -1 Ah! conque vos fuiste el que la fre-gaste? ,

-Yo, y ¡quién más podría ser! los demás son unos pendejitos hablantines que se chu– rreteyan apenas oyen hablar de la tal Necha rebruñida.

Cuando Tre;rninio llegó a estar parle de su desembuchadura, se le paró un tinco en la cabeza, le metió el pico en el papasal de la mollera corno si hubiera traiado de arran– carle una chaia, quiso atraparlo el hombre, pero listo el pajarraco levantó el vuelo en un trás y cuando Treminio se tocó la jupa por– que hay no masilo le principió a dolor tre– mendamente, notó con 'asombro que le salía sanguasa de la, media coronilla y en el mis– mo instante en la vega opuesta se oyeron unos jajayes que atemorizaron a los bañistas; se salie:r¡on del agua y se vistieron rápida– mente, pero desde ese momento un dolor de cabeza ±enebrante no aflojó a¡ delator de la sabia metamorfoseada.

Cumplida la misión de manera satisfac-

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