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« Previous Page Table of Contents Next Page »llorque en sil senllr debia establecerse, en forma absolu– ta, que ningún estado puede Intervenir en los asuntos de
otro, lo cual no debfa quedar suleto a condición, como
creían que quedaba en el proyecto de Maúriutl, con la frase final: "poro en el ejercicio de este dercho, no debe afectar ni violar los derechos de otros estados", frase equivalente, a que si, en el ejercicio de su independencia o soberanía, un astado afect~ba o violaba los derechos de otro, podría caber la intervenci6n
Por unanimidad de votos, los miembros del Sub–
Comité acordaron que el ilIsunto referente a los Dere<hos
y Deberes de los Estados fuera tratado en la pr6xima Con– ferencia Internacional Americana.
Esta resolución del Sub·Comité fue aprobada tamo bién unánimemente pO,' la Segunda Comisión.
En la sesión ,plenaria de la VI Conferencia, llevada a cabo a las 2:4S de la tarde del 18 de Febrero de 1928, se leyeron todos los proyectos de resoluciones, acuerdos y fratados a QUE HABlAN LLEGADO las diversas comisio– nes y a leerse lo referente n tos Derechos y Deberes de los Estados, cuya discusión se posponía para la próxima conferencia internacional, el Delegado de Argentina, Lau–
rentino Olascoaga, dijo que acataba la disposición de la Asamblea, pero que hacía constar el sentimiento de su Delegación porque la Conferencia habia decidido poster~
gar la consideraci6n de esta MATERIA, reafirmando sus convicciones inquebrantables en cuanto a no interven– ción.
En iguales términos se pronunciaron Gustavo Gue– rrero, por El Salvador; Fernando González Roa, por Méxi~
cOi Francisco J. Peinado, por la República Dominicana¡ Gonzalo Zaldumbide, flor el Ecu3dor; Fernando Dennis, por Haití; Carlos Salazar, por Guatemala; Jesús Maria Ye–
pes, por Colombia; Ricardo J. Alfara, por Panamá; Ricar do Castro Beeche, por Costa Rica; y Lisandro Díaz Le6n, por Paraguay.
En términos también favorables para la escogencia de una fórmula conciliadora sobre no intervención, se pronunciaron Charles E. Hughes, de 105 Estados Unidos¡ Víctor Maúrtua, de Perú; Carlos Cuadra Pasos, de Nicara~
gua¡ Santiago Key Ayala, de Venezuela¡ Jacobo Va.rela Acevedo, de Uruguay¡ Alejandro Lira, de Chile¡ y Raúl Fernández, del Brasil.
En esos precisos momentos en que as( se pronuncia– ron los delegados, el Sr. Bernarda Alvarado, de la Dele· gación de Guatemala, ¡nter.peló a la Comisión de Derecho Internacional Público, manifestando que le llamaba lila
atención que en el dictamen se diga que no pudieron po– nerse de acuerdo, a pesar de que todos han manifestado su conformidad ll
•
El Presidente de la Segunda Comisión, Dr. Gustavo Guerrero, manifestó que efectivamente durante los tra– ba¡os realizados por el Sub-Comité no pudo llegarse a un acuerdo, pero que, en vista de que en la sesi6n plenaria todas las delegaciones habían manifestado que tal aCUGr~
do existía, creia que allí mismo 5e podía resolver el asun– to por medio de un voto contra la intervención.
~ctoi seguido, la presidencia rog6 al Dr. Gustavo Guerrero que redactara una fórmula de carácter general, el Dr. Guerrero presentó su moción que, en su parte re· solutiva, dice: "Ningún estado tiEme derecho de interve– nir en fos asuntos internos de otro ll
•
A continuación el Sr Raúl Fernández, Presidente de
l. belegaclón del Brasil, se oplflo a la moción del b;
Guerrero, por decir qua la Segunda Comisión habla ra: suelto por unanimidad que no. había acuerdo sobre la fórmulil que expresala lo referente a la no intervenci6n. El Sr. Enrique Olaya Herrera de Calombia, esfuvo de acuerdo con el Delegado del Brasil. Eduardo Alvarez, de El Salvador, en forma vehemente exhort6 a 105 delegados para que a.pr~,baran la ponencia del Dr. Guerrero. Aqui. les Elorduy, de México, manifestó que la moción era in. completa, pues debia abürcar tanto los asunto!J internos como los externos. Rical do Castro Beeche, de Costa Rica estuvo de acuerdo COn el Delegado del Brasil, lo mism~
que Jacinto R de Castro, de la República Dominicana y Gonzalo Zaldumbide del Ecuador.
El Delegado de los Estados Unidos, Charles E. Hug. hes, tom6 la palabra en momentCi~ tan dramáticos para
declalar que su país no deseaba la agresi6n contra él, ni
abrigaba propósito de agresión contra nadie; que desea– "an respetar los derechos de fados los paises y que los de su patria fueran igualmente re'spetados; que no que.– rían el territorio de ninguna de las repúblicas americanas, ni intervenir en los asuntos de las mismas¡ que deseaban
y querían sinceramente la paz y el orden, la estabilidad y
el reconocimiento do derechos legítimamente adquiridos, de manera que sea este un hem~sfrio no sólo de la pu, sino también de la ¡ustida internacional Aludiendo al
caso de Nicaragua, diio:
"En tiempos recientes mucho se ha dicho acerca de Nicaragua. Allí se sienta el Ministro de Rela. ciones Exteriores de Nicaragua, Delegado de su pars a esta Conferencia. El puede hablaros sobre la situaci6n de Nicaragua; él puede deciros que n,- deseamos sino la independencia y la paz d.
su país que estamos ahí simplemente con el 0\1.
¡eto de ayudarles a celebrar elecciones libres, de manera que .puedan ten~r un gobierno soberano e
independiente. Menciono este caso porque estoy hablando en un espiritu de entera franqueza".
El Presidente de la Delegación de los Estados Uni· dos hizo consi$ti~ la esencia del problema en que, de vel en cuando, surgen situaciones deplorables en lIS repúbli– cas americanas, en que la soberanía se suspende, no exis· tiendo en el transcurso de la suspensión gobierno alguno en ciertas regiones, y en que durante un tiempo, denlfo
de una esfera limitada, no existe la posibilidad de ejercer las funciones de soberanía e independencia. Que en esoS
c~sos un gobierno se halla plenamente justificado para proceder a efectuar una interposici6n de carácter tempo– ral con el objeto ele ,proteger las vida. y bienes de su, nacionales
Estas eran las verditderas reservas de los americanos, por I~s cuales no se pudo llegar a un acuerdo.
El Delegad!> de El Salvadar, Dr. Gustavo Guerrero, vio que su moción no podía obtener la unanimidad y to· manelo en cuenta las palabras del Presidente de la D.. legación Americana, la reti¡ó.
En esos momentos toc6 a nuestro Direclor, Dr. Carlos Cu.dra Pasos, responder a la alusión que le ~izo Charle. qvans Hughcs. Su disertación elegante y hermosa; dic. asi:
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