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El prirru3r ronquido de ManuCl David le sirvió de punía de partida y sin perder tiem– po jaló una de las bOÍellás y se empinó un baÍazo que juzgó cuartero por el iiempo que Íardó para pasarle en el gaznaÍe; dejó correr como tJ.na hora. ir al cabo de ella repitió la me–

dida, después, le pareció óir ruiditos misterio– sos y libiandb que lo quería acogotar escalo– friante pariiquin se metió sin vacilar un tercer ....

- -- rlaJ.azo.

A poco se sinlió sereno, güevudo, pencón¡

se arrecosÍó al pilar del cenÍro del corredor y hay no masiio abrieron la misma pueda que eh la noche ant",rior sé hábía engullido a los pelones y sih iitubeos de ninguna clase apa–

recieron éstos y desfilaron al alcance de su mano en el trarna de corredor eh que él esta– ba; hizo fuerza por alargar la diestra, mas el

paniquín se la sujeÍó y desde luego les dejó libre el pase.

Enfonces ñor Chico ±orrió a la pesctiezona

'y corno quien bebe agua se empinó Íodo el

resto.

Se fueron los fantasmas a traer el agtia,

regresaron, vaciarán y volvieron a salir y cuando ré±órriabán ñór Chico se les arrim.ó lo suficiente, coinpletarnen:t~ envalentonado, co–

~o para comprobar si eran de la otra o de es– ta vida, a medias rekorioció 'en las sombras

trabajanles a la Hinginia y a Lencho, los hi– jds medio 'maÍacanes del Mandador y la Do– 'minga, los déjó pasar y corno el miedo se le

había ido corno por encanto se fue a encender

la tubular, la cubrió con un bramante y pa–

cientemente esperó a que los rhtichachos con– qluyeran y se encaminaran a la pieza de don–

de procedían.

1'ern,inada lá. faena los chicos se dispa" raró"n a la mandádurla; pero Saavedra se les adelanÍó con la lámpará cubierÍa, empujó la pueria, la que cedió sin esfuerzo y se ocultó tras la misma para dejarlos pasar; a po.co en–

traron, trancaron y ñor Chico ilunlÍnó el cuar–

ÍO para ver qué rumbo Íomaban.

Al hacerse la luz se despertaron los man– dadores ir admirados de ver que ñor Chico es– iaba denfro le preguntaron medrosos que qué pasaba y cómo había enÍrado, a lo cual ñor Chico contesté:

-Están agarrados 16s duendes y son es– ios zopencos, Lencho y la Hinginia, los que al salir deíaroIl abierta la puerta por la cual

entré.

El padre asombrado se tiró da la cama de viento y gritó:

-Lenchó, Hiriginiá, pero ninguno de los

dos cohÍesÍáron, eSÍaban profundamente dor– midos: entonGes el Mandador dijo a ñor Chico:

-Qué tendrá el diablo con yo, pues se–

gún creyó iodo esias cosas son brujerías, pues

los peloríes ni pOr pienso se han despertado.

-No, mi amigC?, no hay iales brujerías,

eso Se llama sonambulismo.

-Sonambulismo, dice ñor Chicó? Yo no se que diablo saya eso, pero lo cierto es que

una persona que hace oficio dormida y en cbrnpañía de otra y lo hacen sorniados, solo

guiados por el Malo pueden hacer semejante

absa.

-No, hijo, no hijo, no hay Íal diablo ni

diabladas, ésto es un caso común, aunque no m.uy corriente.

-'Gomún? COmún llaman Íambién a aquel carro de brujos y Íigres de TeusÍepe que según créyo por mas que le digan Común no

es cornúu, puede que ?sí seya, mi fior Chi.co, pero para mientriia. rrte aseguro de ello, me

llevo a los pijines para donde el taÍa cura de Guaco o de cualquiera otra parÍe si nO está

el tata cura de Guaco, para que me los con–

jure; y mirando. a Íodos lados con ojos intran–

quilos cómo si hubiese querido encontrar al–

go y se le hiciese difícil hallarlo, el Mandador

siguió mirahdo, inqule±o y al rniSl'Tlo fieznpo

músifando eh el entreianto sin detenerse:

--Pára que me los conjure me los

conjure

y como si le hubieran dado cuerda de re– penÍe, saltó de la cama, llamó a la concier–

teda. les dio órdenes para que le alisiaran las

bestias que eSÍaban persogadas para un via– je, dispuso Íodo lo convenienÍe para la partida

y concluyó masticándole a ñor Chico, delante de Íodo el cOÍarro alboroiado y sorprendido, por el descubrimienÍo:

~Me voy a Guaco en cuanto amanezca

para que Íafa Cura me los conjure, que es él modo de darle puerta al diablo cuando se

rrte±e en el cuérpo¡ mi ñor Chico, ay lTle espe–

ra que no Íardo, pues salgo a todo chipoÍe a ver a tata Padre para que me los conjure, me los cOhjure. _ '{ vo'{ a paneriar para que hoy mesmo a Íoda priesa me los conjure _. Ían luego arrime _ tT\i ÍaÍa Cura; a lo oye, ñor Chicó? Salgo en panera, y para mienÍras queda en su casa, -luego gritó más que ex– clatnó=:

-Lencho .. _Lenchó ... Hinginia ... Hin– giniá ... amonós que ya viene claroniando El NisÍayolero.

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