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las Máquinas de votar y las garantías electorales

El ideal de todo partido político es alcanzar el poder, o mantenerlo. Toda la acción que un partido político en en la llanura pueda desarrollar tiende a asegurar su ma· yor prestigio en la opinión pública, la que, expresándose

en comicios libres, lo favorecerá con sus votos.

En todo país democrático las elecciones libres, justas

y honestas, son la meior expresión de la voluntad popu–

lar. Y el resultado de esas elecciones debe mantenerse

pUfO en el escrutinio de los voios depositados en las UI–

nas. Toda la mecánica de las elecciones con el sistema actual y el Iproceso engorroso que significan, están ex– puestos y sujetos al manejo de las personas encargadas de llevarlas a cabo.

La fabricación de las urnas, la impresión de las pa– peletas, su distribución y uso en los diversos cantones establecidos, implican un trabajo que si no se efectúa con espíritu de honradez, resulta vano y contraproducente, pues todo acto o gestión que tienda a desvirtuar el demo~

crático proceso electoral, no produce sino el descontento popular que puede culminar con la violencia. Para evitar ésta y sus fatales consecuencias para la paz y estabilidad de la República, tendrán que tomarse todas las precau.. ciones para que las elecciones estén revestidas de todas las garantías necesarias para que, tanto la votación como el escrutinio y la publicación de su resultado, sean un re flejo exacto de la voluntad popular expresada en tales elecciones.

Una de las formas modernas de garantizar la pureza de unos comicios libres es hacer uso de las facilidades que la técnica actual ha desarrollado ,para la impresión y cómputo de votos.

The SHOUP VOTlNG MACHINE CORPORATION, con oficinas en New York y Philadelphia, es una de las repu– tadas firmas que se dedican a la fabricación de máquinas de votar. Débese explicar, sin embargo, que The SHOUP VOTING MACHINE CORPORATION sólo vende sus má– quinas de votar a gobiernos que están interesados en mostrar a sus pueblos que las elecciones son un reflejo exado y preciso de 'a voluntad popular, sin alteraciones de ninguna especie, y para este fin, lo primero que exige es la buena fe, pues no quieren ex¡poner el prestigio de sus máquinas; y exigen, además, las garantías necesarias para que los técnicos encargados de la misma compañía estén respaldados para poder exigir del púbH~o y I~s au– toridades el respeto a la organización que técnicamente ellos imponen, pues aunque efectivamente es una firma comercial que se interesa en vender máquinas de votar, no lo hace sino con la garantía que éstas han de desem~

peñar cabal y exactamente la función para que fueron construfdas¡ por significar esto el prestigio de su nombre

Como las elecciones en Nicaragua han adolecido de graves defectos, tanto en la votación misma, como en el

escrutinio de esa votación, la compañía norteamericana que propone la venta de estas maquinas de votar, exige previamente se instale el sistema de cedulación científi– ca, en la que son expertos. Requiere, además, una legis– lación electoral, con sanciones serias para los infractores, ya sean éstos simples ciudadanos o funcionarios guberna– mentales o miembros del cuerpo electoral.

Para una mejor comprensión de las ventajas de la máquina de votar como la fabricada por The SHOUP VOTING MACHINE CORPORATION conviene hocer una descripción de la misma hasta en sus menores detalles.

Esta máquina tiene el tamaño de una alchivadora pequeña lo que permite su fácil manuabilidad Une] vez abierta se ven al frente los nombres de los candidatos de cada partido en columnas horizontales. Según el votante va indicando su selección, la X familiar aparece al lado del nombre del candidato, impidiendo así poder equivo~

carse, pues al darse cuenta de su error, puede rectificarlo volviendo la manecilla que usó a su sitio y usando la que pertenece al candidato de su simpatía. Siendo hasta que el votante está convencido de haber seleccionado correc~

tamente que aprieta la manecilla que computa su voto

Esta máquina asegura el sigilo del voto, pues antes de comenzar el votante a usarla, al mover una palanca grande, como la de los cambios en un automóvil, situada en el centro inferior de la máquina se cierran las cortinas, condición precisa Ipara que la máquina esté en condicio~

nes de aceptar un voto. Luego se baia la palanca que queda al lado del nombre del candidato por quien se vota

y aparecerá una X. Enseguida se aprieta un botón que queda el' la parte central derecha, con lo que el vo~o que~

da registrado y se abren de nuevo las cortinas. El vohmte ha eielcido su derecho y ha cumplido su deber. Débese advertir que la máquina no puede recibir otro voto hasta que un nuevo votante cierre las cortinas

La totalidad de la votación se ve al anverso de la má– quina debajo del nombre de cada candidato, cuando la máquina Se abre al final de la elección en cuanto los re· presen'antes de todos los partidos usan sus llaves respet~

tivas al unísono. No hay nada, ¡pues, que descifrar, y se ahotran horas de tabulación y se evitan las tentaciones de los malabarismos numéricos, pues esos resultados pue– den fotografiarse y quedar todas las autoridades electo– rales pronta y permanentemente documentados.

Se ha dicho ya por ingenieros que han estudiado y

visto, las máquinas SHOUP de votar, en acción, que por el hecho de estar arregladas en columnas para los diver~

sos candidatos del mismo partido (Presidente, Senadores, Diputados, Jueces, etc.) presenta todas las ventajas. lue– go, los resguardos mecánicos contra la improbidad, que son de un diseño especial, son las mejores y más efedivns garantías de las mismas máquinas.