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mingo de Octubre, rne reuní cap. los 25 alista– dos escogidos por mí enfre los más serios cum– plidores de su deber, para instruirles sobre las funciones de guardadores del orden que ad– quirian desde aqu,:,llos insia~i~s, así como del :mejor comportamIento y dIhgencIa que de ellas se esperaba, conocidos su bien juicio, ex– periencia Y entusiasnl.o en prestar un servicio especia] de tanta responsabilidad.

l'-To debían tener confeITlplación amistosa alguna con persona qUG, de cualqnier modo, estorbara o tratara de estorbar l.a autorizada manifesiación que alnigos y partidarios del

General Chamorro harían para él y comi±iva,

en ejercicio de sus del echos ciúdadanos y ga–

wntizados por las leyes de la República Como a las diez de la luañana, por avión hizo su ingreso al aeropuerto de Ocotal el Ge nm:al Chamarra y comitiva, donde desde antes

de esa hora gran cantidad de conservadores se habian reunido con el objel0 de saludarlo y vitorearle.

Aún cuando el avión no había abierto sus puertas para dar paso franco al General Cha–

morro, yo esperaba la saliela de éste para in–

fOlI'{larle de mi misión, para rogarle me ayuda–

se a cumplirla en la mejor forma posible, se–

ñalándom.e de previo su itinerario, así corno los lugares o casaS de la ciudad donde hubiere de efeciuarse cua]quier agasajo.

Después de recibir el saludo de sus ami–

gos, el General Charnolro, con su comitiva pasó a la ciudad, al Parque Ceniral, donde una mu– chedumbre de pariidarios de iodas las capas sociales esperaba escuchar su palabra.

En Ocotal residía en aquél entonces, casa– do con doña Carmen JarquÍn, un hern1.ano del General Charnoro, como él también General,

de nunlbre Carlos de su mismo apellido. Por lazoneB personales, éste se había disgustado

con su hennano, molivo por el cual, al pare– cer, clon Carlos Jarquín, cuñado de don Carlos Chamarra, amigo mio al igual que toda la fa– milia Chamorro-Jarquín, en momentos que el

Presbiiero Azarias H Pallais pronunciaba un encendic10 discurso canira el liberalismo, de enire la mulii±ud disparó un ioma±e maduro a

la cara del orador, con fan :mala puntería que

en vez de darle a éste fue a esirellarse, al pe– cho de otro de los miembros de la comiiiva del Cm.leral Chamarra.

Bi el alboroio que produjo esie incidenle fue inmediato, inmediato fue ±alTIbién el 1 es– iaLlecimienio del orden. Desde mi puesto jun–

fa al General Chan1.orro, can sólo haber seña– lado el si±io de donde provino aquél a±eniado

a la decencia y respeto ajenos, por medio de mis subordinados, estratégicamente confundi– dos con la muchedumbre se logró capturar al culpable, sustraerlo inn,ediaiamenle de la fu– lia que sintieron los rnanifeslan±es, conducirlo

a la cárcel y quitarles las ganas a muchos otros

mal educados elementos que, según confesión del reo, solo espen1l1Rn su aciuación para ini–

ciar el lanzamiento de una serie ele porqnerías Con Ira los manifesianies cOl1servadores.

Con diligencia digna ele mejor CUUHa, fl!ni

gas y familiares del reo movilizaron sus in fIuencias hasia el Comandanie del Arca; pelO

corno éste les explicara que él nada pod5fi ha– cer por cuanto yo eslaba al manclo de los guar– dadores elel orden en la ciudad, recurrjeron él

mí sin éxito alguno, no obstante haberles he~

cho ver y sentir la amistad que rne ligaba ül reo. "El razonamiento ql.le Uds. me ofleceD, no sólo es extemporáneo sino que se vueJve conlra Uds. misITIos, pues si Carlitas ..TarqnÍ11 es m.i amigo, COl1.'10 ial estaba en la obligación de comportarse. Por qué solo Jarquín puede valerse de su amisiad conmigo, y yo no puedo exi9;ir para mí el respeto de amigo que lnerez;–

ca?

Concluido el aefo del Parque, ChalTIOrrO

pasó a casa de Jos señores Paguaga, discunió por la ciudad, concurriendo a otros aClos polí.– ticos; y, por la tarde, sin más novedad, ulili– zando el avión que lo lleevó a Ocotal, -reg-resó a 'f.\Aanagua con su comitiva Quedando yo en la es±aci.ón de servicio, donde los políticos no

podían ver ya con buenos ojos la disciplinada

y justa actuación de aquel oficialito de 20 años cumplidos, cuyo peor delito era ser conSel va– dOl·.

Cumplida la misión encon:l.endada e inIoI– n,ado de iodo el Comandante del Area, ésie personalmente me felicitó por mi compolta– rniento, una vez rnás digno y hont"ado, que prestigiaba el uniforrne que vestía

Después de escasas horas de descanso, ele

nuevo llalTIado a la oficina del Comandante, fue designado Cornandanie del Sub-Disirito de Macuelizo, y, eveniualmenTe, COlno Segundo del Capi±án Clarence 1. Yos±, norieamelÍcano

que no sabía hablar el español, Supervisor de las Elecciones que, en aquél poblado de UllOS

rniJ habitantes, se efectuaron el prirner Do:rnin go de Noviembre, con el triunfo del candidal0 Liberal, Dador Juan BauEsla Sacasa.

Digno de mencionarse fue el siguiente he– cho: En cielio momento de la mañana del día de la votación, un ciudadano qne ya Jenla en

sus lTIanos la respectiva papeleta, .titubeó al

ir a marcarla en la casilla conservadora, y di–

rigiéndose al Capitán Yos± y a mí que servía de iniérpreie, dijo: "Señor, mejor no volo: El Juez de Mesta de Ococona, que es ése que está alli, (y señaló a una deierminado sujelol, me

ha alTIenazado con matarme si no vol0 pOI el doctor Sacasa". Alreglado el asunIo con la ex–

plicación bien clara que se hizo de que pala garantizar la libre volunlad de los valanles, yo

quedaria de Comandanle del lugar, ya que desde aquel día conocería a lodos Jos ciudada~

nos de la d rcnnscripcián, el votanÍe tirnora±o marcó al fin su papeleta en la casilla conse-(– vadora A las seis de la tarde, tenninada 18

votación el Juez de MeH±a fue amoneslado.

Con las urnas y votos escrutados y toda la

docul'1'1eniación eloc±oral debidamenie Iirrnada por los represeniantes de los Parlidos y SUPC1–

visores, el Caplián Yosi, de la Misión Electoral, en compañia del Tenien±e Jacin±o Mon±eneglo -19-