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eelldad de ermamento ilimitado pera el GFA (go– bierno federal alemén) y treta de basar su reclamo en la ausencia de un acuerdo sobre un desarme ge· neral controlado en el cual alega estar interesado. El gobierno del GFA plantea de nuevo la cuestión acer– ca del llamado derecho de los alemanes para su au· to.determinación; se alega que el Gobierno del So– viet lo está obstruyendo.

El gobierno del GFA alega también que no ve en la nota del Soviet "el esplritu de pacifica disposición y

voluntad favorable a un mutuo entendimiento lJ que

el Gobierno del Soviet ha afirmado tantas veces. (Pravda, Septiembre 4, 1960).

En una nota del 1S de Marzo de 19S9 el gobierno del Irén protestó contra SI casos de violación del espa–

'0 aéreo por la aviaci6n soviética entre Noviembre de

~'9SS y Febrero de 1959. No habiendo recibido respues– ta el Irán envió una segunda nota el 25 de Abril citando nuevos casos de violaciones. El Ministerio de Relaciones Exteriores del Soviet replicó en dos notas (Mayo 2 y Ma– yo 31 publicadas en Pravda el 4 de Junio, 1959) negan· do la' justicia de las quejas; la prensa soviética publicó lolamente las notas del Soviet.

El 2S de Abril de 1959 el Soviet protestó a Italia contra el permiso que este pals dio a la NATO para es-

tablecer basel de cohetel en su territorio. Italll conteltó ellO de Mayo. EllO de Junio MOICó de nUevo atlcó I

Italia en una nota severa de SOO palabras. La nota Italia· na fue condensada en 130 palabrs, de modo que IU ver· dadero significado fue obscurecido.

Esa técnica ha sido a,plicada desde hace mucho tiem· po. La condensaci6n de (as textos de notas extranieras es, evidentemente, hecha en el Ministerio de Relaciones Exteriores y el producto resultante sirve de modelo para toda la prensa de la Unión Soviética.

Finalmente, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Soviet suele faltar a la costumbre de no hacer póbli. cas sus notas a los otrc)s gobiernos antes que el gobierno recipiendario pueda familiarizarse con su contenido; esta práctica soviética, también está de acuerdo con el punto de vista de Moscú de Jos mensajes diplomáticos como ve– hlculos para conseguir apoyo popular en vez de instru– mentos de negociaciones. En 1958, por eiem,plo, el Pre–

mier Soviético envió doce car.tas al Presidente EisenhOoo wer. "Cada vez Radio Moscú radiodifundió los textos en

47 idiomas antes de que una traducci6n oficial haya sido hecha en Washington. Este es un recurso agitado, dema.. gógico para provocar emociones en el campo internacio.. nal, algo fácil de hacer y má's a prop6sito para exacerbar las relaciones que para conseguir lo contrario".

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Karl Marx dijo que deben prevalecer en las relacio– nes internacionales las mismas simples reglas de honesti– dad y ética que existen en las relaciones entre individuos. La literatura soviética ha citado con aprobación, más de una vez eltas palabras. En 1917/IS Trotsky estaba con· vencido de que las "simples reglas" de moralidad preva.. lecerlan bajo el régimen de su partido; desa,probaba la diplomacia secreta, hizo públicos los documentos secretos

diplomáticos de los anteriores gobiernos rusos y prome~

ti6 que en el futuro usaría solamente de la diplomacia abierta. El pueblo de la Rusia Soviética, deda, liene de– recho a saber todo lo que los gobiernos extranjeros y los pueblos conocen acerca del Soviet.

Estos principios serían muy difíciles de mantener a cualquier gobierno, pero la Rusia Soviética de 1917/IS

(tri el campo menos propicio para una di,plomacia de esa clase. Menos de un año después que el gobierno Lenin· Trotsky tomó el poder concluyó arreglos secretos con Ale– mania en contra de la Entente Occidental. Lenin, más dnico y realista que Trotsky, nunca habla prometido ad– herirse estrictamente a los nuevos principios de la diplo– macia abierta. Stalin estuvo aun menos inclinado a seguir

101 principios de Marx o las ideas y promesas de Trotsky. Sajo Stalin se elaboró el sistema que, perfeccionado por

SUI sucesores, está ahora en vigor: lo que es ventaioso ¡p.ra la Unión Soviética es ético y honesto; un gobierno Comunista puede hacer todo lo que beneficie su causa.

Nicolás Maquiavelli, cuyo nombre y escritos son bien conocidos en Rusia, describe una poUtica más ajustada al dinémico, agresivo y belicoso curso Stalinista que el de "las simples reglas de ética". Un gobierno, escribió Ma. qui.velll, "debe combinar las cualidades del león y de la

zorra -poseer el gran arte de la mentira y la hipocresía, eliminar a los adversarios con la ayuda del veneno 'y el puñal, tomar la ley en sus propias manos en lo referente a sú~ditos revoltosos, porque un buen fin justifica 101 ma– los medios."

La vieja generaciól) de diplomáticos soviéticos, con muchos Trotskistas y ofros oposicionistas en medio, fue

radicalmente purgada en vlsperas de la Segunda Guerra Mundial, y la nueva cosecha, educada en la década de 1940/1950 se ha alimentado con los principios del Ma· quiavelismo y la leche de su "alma mater" ••Ellos han alprendido la medio en broma, medio en serio verdad de un diplomático inglés que define al diplomático como un hombre honrado que es enviado al extranjero a mentir por el bien de su patria. El espíritu de tenacidad, de "el

bien de mi país", de "alcanzar la meta a cualquier me–

dio" llena la atmósfera de la diplomacia soviética. Los método. especificas que han sido descritos aqul, vienen a ser un excelente instrumento para el gobierno, un Ins–

trumento bien adaptado para las extensas meta. del go· bierno en asuntos mundiales. Los poderes Occidentales no han encontrado un medio efectivo para contrarrestar estos métodos ,peculiares en 1.. negociaciones poUtlcas extranieras. Aunque los códigos escritos y no escrites de intercambio diplomático proveen un buen número de po..

sibles remedios, en sus esfuerzos por mantener una at· mósfera de calma y evitar el aumento de tensión, .e han aferrado a las regla. tradicionales de la diplomacil.

(NOTA, David J. Dallin es el conocido autor de "Polftica

Soviética Exterior después de Stalin", "Rusia y la Europa de la Post-Guerra" y otros trabajos sobre Rusia)

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