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« Previous Page Table of Contents Next Page »Las dos ruedas del régimen democrático llamó don Antonio Maura, el gran político español, Jefe del Partido Conservador de la madre ,patria, a los dos partidos de las que dependía la estabilidad y funcionamiento del sistema.
y alguien más ha hecho not.ar que ese sistema es el úni–
co que da estabilidad .1 régimen democrático porque e. el que presenta al pueblo disyuntiv.,. claras. La multi· plicidad de partidos le presenta alternativa. demasiado
sutiles para la clara comprensión popular y crea más bien,
~n consecuencia, un gran confusjonismo que termina pOI
la dispersión de las masas y la dJsolución del sistema mis..
mo.
Pero el .istema de dos grandes partidos no es sola– mente una garantía de la estabilidad del régimen Clemo–
crático, como lo ha sido en los Estados Unidos e Inglate..
rra, en contraste con la disolución del mismo sistema en
los ¡países como en Francia y la República española a que
aludimos al principio, debido a la excesiva multiplicidad de partidos; no e. solamente un impenetrable valladar
contra la infiltración comunista como lo hemos visto en los mismos eiemplos citados y en el caso de Nica'tagua y
Honduras sino también su persistencia hace imposible que el sistema dictatorial se estabilice como régimen nor– mal en los países que lo sufren.
Estos dos últimos aspectos: la garantía contra la pe~
netración comunista y la de~ensa contra la estabilización de los regímenes de fuerza como régimen normal, los dos estremos de (a disyuntiva planteada en los conceptos del discurso pronunciado en león tpor el Presidente de la
República, según la versión comentada por REVISTA C:ONSERVADORA, son eliminados precisamente por el fortalecimiento de los dos grandes partidos.
Ya hemos visto como el sistema de dos gra.ndes par.. tidos hace imposible la ¡penetración comunista, como ha
ocurrido en la práctica en (os países en que ha funciona .. do. Examinemos ahora cómo fa existencia de fal sistema constituye una defensa contra la otra terrible alternativa
esbozada por el concepto presidencial.
Estudiemos el fenómeno dictadura -sistema de dos grandes partidos en nUfilstra prapia región, y específica– mentfil, filn nuestra patria.
Ya vimos .como en Guatemala por la larga persisten– Cia de una serie de dictaduras los grandes partidos aca–
baron por desapárecer debido a la imposibilidad de con–
vivir. Vealt10s ahora qué ha ocurrido en Nicaragua. En una conferencia que dictamos en la Ciudad de Granada en 1954, refiriéndonos precisamente al fen6me–
no de las dos dictaduras que han habido en nuesfro país, la del General Zelaya y la del General Somoza en rela– ción con los Partidos Conservador y Liberal expresé los
siguientes conceptos: -
itA la existencia y a la poderosa influencia de los dos grandes partidos hist6ricos se debe que; en nuestro país, (as dictacJ:uras hayan sido fenómenos esporádicos, más o
menos largo.. Jamás han echado rarces ni han logrado
adquirir, como si dijeramos, carta de ciudadanía como en muchos otros países hispanoamericanos en que se Itan convertido en régimen normal por el conformismo del pueblo fácilmente sometido como e~ecto natural de su
dispersi6n Cuando el pueblo está organizado política.
mente en partidos poderosos que engloban, dentro d sus dos pétl alelas, todas o casi todas, sus actividades p~:
líticas, tanto las eierddas por el poder como las eierciqa$
por los ciudadanos, el poder personal viene a resultar int.
¡posible y las dictaduras acaban por esfumarse ante la in.
fluencia poderosa que ejerce el interés del patlido que al
fin de cuentas termina por privar sobre todo otro inter~s
de carácter particular. Por esa razón nada favorece más
el prevalecimiento de las dictaduras que la política que
tienda a debilitar, en cualquier forma, el sistema de lo~
dos partidos contra lo que comúnmente se cree; can p~.
simo sentido poHtico ll
• , ; .
Luego examinando a la luz de esa tesis el caso d~ i.
dictadura del General Zelaya dijimos lo siguiente: "La dictadura del General Zelaya cuando más incon. trastable parecía y más sólidamente establecida despu~
de aniquilar, por las armas, toda oposición conservadora y lograr prácticamente la disolución del Partido Conser~
vador, como fuerza cívica, no tardó en desmoronarse 'al
entrar en choque con el interés colectivo de su Pl'opi~
partido Esa realidad sobre la que se ha meditado m~y
poco, fue la que acabó por liquidar la dictadura de ~e.
laya más que cualesquiera de I~s otros esfuerzos que l;IJ~~
traron en juego, incluyendo la interv~nción extranier~/~i:
Pasando después a examinar el ca:so de la dicta~~ra
del General Somoza que a la sazón se encontraba en pl~
no eiercicio, expresamos esta realidad:
"Solo pudo surgir por el abandono de los do. par.
tidos de sus funciones paralelas. Por una parte, el Par–
tido Liberal se sumó al carro del vencedor después del
golpe militar contra el régimen del doctor Sacasa con e$'
píritu de sumisión y con ánimo de incondicionalidad en
vez de hacerlo con sentido de reclamo de su función: ~e
¡partido de gobierno, mientras, por su parte, el Parti~o
Conservador se ausentó de la vida cívica cuando m4s necesaria era mantener viva y activa la saludable influeJt~
tia que le confería su gran prestigio y su poderosa fu,/";
za política, para buscar más tarde los caminos de la vio. lencia que vinieron a resultar, más bien, contraproducen–
tes porque la dictadura salió fortalecida ya que se le .1•.
có en el campo en que ella tenía todos los instrumentoí de la violencia."
La incompatibilidad entre el sistema de partido. ,1
la dictadura} 'Sistema esencialmente personalista, es, de !al manera maniFiesta que un sistema acaba necesari,~
mente por liquidar al otro, ante la incapacidad de co"vio
viro En el caso de Guatemala la dictadura se convertl4
en régimen normal al lograr, precisamente, destruir a los partidos históricos. En cambio, en Nicaragua, la dietadll~
ra de Zelaya no logr6 estabilizarse porque si bien h.~ll
logrado aniquilar al ,partido opositor no llegó a diso!v~!
a su propio partido. En cuanto a la dictadura del Ge~e!¡1
Somoza es evidente que a pesar de su larga dUr.,i~"
siempre estuvo en permanente pugna con los par¡ld.f¡ habiéndose dividido el suyo propio, precisamente, poI ~~.
contínuísmo que cerr6 la. puertas de las oportunidaMtl
las personas impo¡otantes del mismo. :;'¡;'
El ,propío Presídente de la República, don Luí. ~.
Somoza Debayle, cuyos conceptos expuestos en la (Jiu'.
dad de Le6n han dado lugar a este artículo, en otro dl~
c~rso prommciaeto un tielt1po antes en la misma ciud'~
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