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das y las casas adornadas con banderas, banderolas y:ram(lS de Ciprés y de Pacaya, adorno que refrescaba la vista de los asistentes y el ambiente, en aquellas calurosas tárdes de Viernes Santo, mientras la apretuja– da muchedumbre caminaba sobre el suelo hLlmedo y regado de pétalos de rosas y granos de maíz tostado, Se– mejando blancas perlas

Las señoras de sociedad, concurrían a esa p¡ocesión vestidas a la última moda ya veces, las seña·

ritas ludan elegantes sombreros, trajes troídos de París para esta ocasión y sombrillas de encajes de seda blanca o de cobres manejadas con garbo y elegancia Otros llevaban la castiza mantilla española o lujosos mantones de Manila con bordados de vist.osos colores

Las mujeres del pueblo también se acicalaban y vestían esa tarde con trajes nuevos, de chillones

colores, llevando además¡ flamantes rebozos, tejidos en la misma ciudad que en esa época contaba con un

magnífico telar para fabricar esa indumentm ia femenina, tan útil .en las ciudades tropicales Esta costum– bre del rebozo en las mujeres del pueblo, venía desde el tiempo colonial Se fabricaban en Granada de dos clases de seda y de algodón, los primeros, bordados con flores de variados y chillones colores y flecos del mis–

mo material Los de hilo, eran¡ naturalmente} más baratos, de color azul

El dueño del telar en aquella época era don José de Jesús Lejarza, hábil y activo empresario que

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logró montar esa industria con todos los adelantos de entonces Allí trabajaba gran número de obreros y

obreras, especializadas en esa luclativa industria y [os rebozos de ambas c1ases¡ se vendían por todo el país

Entendemos< que ya ha desaparecido dicha industria, lo cual es sensible, puesto que ella proveía de trabajo a mucha gente, y además .fue empresa luclativa La costumbre de las mujeres nicaragüenses, de llevar el rebozo, era típica del país

Los chillones colores de trajes, sombreros, mantones, rebozos y sombrillas ostentadas en esas tar– des de Viernes Santo en Granada, contrastaba con el acto religioso ele tal día, acto que solamente Se celebra en toda la cristiandad Muchas veces, al correr de los años, nos hemos preguntado a qué se debía dicha cos–

tumbre/ YI la única explicación que nos dábamos era que debió originarse por una de estas dos razones Sa~

bíamos por lo que la historía nos díce, que algunos rítos paganos se mezclaron, en la época del Renacimíen–

to, a las festividades del culto religioso cristiano cele.bradas entol}ces en Roma

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y no sería remoto suponer

que los españoles llegados a Nicaragua durante los siglos XVII y XVIII, trajeran a dicho país y a América

toda, injertos de cosas paganas en los ritos cristianos, como pqra dar mear esplendor a las fiestas de Sema– na Santa O bien! pudiera ser que las mujeres de los colonizadores¡ aficionadas a .Ia ostentación¡ pensaran!

trajearse con tal pompa de chillones colores en los vestidos, llamar en esa forma, la atención de los indios

americanos¡ a fin de hacerse más notables en esa rumbosa procesión del Viernes Sonto¡ la cual sí se excep–

, túa la del Corpus Christi en Guatemola, según asegura la tradición, la del Viernes Santo en Granada, entono ces servía para despliegue de lujo, boato y esplendor en esta última ciudad

Simplistas al parecer de algún lector selán las causas señaladas por nosotros, pero ellas son las únicas que se nos ocurren para juzgar costumbre sólo vista en Granada Sea como sea, el hecho de la ex– hibición de lujo y boato en el vestir, en aquellos pasados Viernes Santo granadinos, siempre llamó la atención de los extranjeros que tenían la oportunidad de visitar la ciudad en esos días

Pero! por ottO parte, debemos confesarlo¡ YCl en los últimos años las granadinas se visten más a tono con las solemnes ceremonias que en esa época se celebran

y ya que aludimos en esa exhibición exage.ada de trajes en la procesión del Viernes Santo, men– cionemosde paso ahora, el de una mujer de la clase baja del pueblo que solía asistir a ella, allá por los años de 1880 a 1890, con tocudo y vestido extrafalario Dicha mujer tenía reputación, entre sus convecinos, de trabajadora y de buenas costumb.es Se decía, en aquel entonces, que ella ahorraba dineros sola para in– vertirlos en un trae de seda de vistosos colores, hermoso pañolón de burato con fondo verde, bordado con grandes flores cárdenas y 50mbl illa de seda, ésta asimismo de llamativos coiores Para esa tarde, la dicha

señora as.istían a la procesión ,con su traje de luces, se pienaba el abundante pelo negro, baRándolo con

aCeite ,de Bergamota, a fin de darle más lustre, y formal, con su espesa cabellera, un alto moño, sobre el cual colocaba una flor roja de anchos pétalos, sujeta ésta, con peineta de carey, y como era de cuerpo esbelto y alto, llamaba poderosamente la atención del rest9 de la comitiva Al caminar, su cuerpo se balanceaba,

tnovieJ1d,o¡ asimismo, los adornos de la cabeza y por su alta estatura! no había quien no la viese, ya que

acostumbra ir delante del Sant.o Sepulcro yola par de la Cruz Alta y del Guión, formando con estas insig–

nias una llamativa silueta por su aspecto¡ y, al mismo tiempo¡ provocaba burlescos comentarios entre los afi–

cionados a producir chistes alusivos a su figura Mas ha debe creerse que aquella mujer fuese de vida peca–

minosa No, era buena su reputación en su bOl rio¡ corno antes dijimos En esa tarde, según lo aseguraban sus vecinos, se echaba encima telas, cintas de sedal fleres y de cuanto atavío femenino tuviela a mano, gas–

tando en ella los ahorros del trabajo de un año, a fin de ser admirada en dicha procesión Vanidad ingénua, propia de las gentes de su clase

Entre los otros atractivos de aquella solemne fiesta religiosa, fuera de éste ya referido, estaba el de niños vestidos de ángeles o de cupidos, y otro de "cautivos" y apóstoles Los primeros llevados en andas y los demás, caminaban a pie, formando filas a los dos lados de la calle

E) Sepulcro era toga de vidrio -como antes dijimos, blniéndose las planchas con filetes dorados

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